El próximo martes 10 de septiembre, a las 10:00 horas, se llevará a cabo el rezo del Rosario por las almas del purgatorio en la capilla del cementerio San José de Castellón. Este evento coincide con la festividad de San Nicolás de Tolentino, conocido por su intercesión por las almas en el purgatorio.
El itinerario del evento incluye un encuentro en la capilla del cementerio, la encendida de velas benditas, el rezo del Rosario por el campo santo y de las letanías en la capilla. Se invita a toda la Diócesis a participar en esta jornada de oración con el objetivo de liberar almas del purgatorio y recordar a nuestros seres queridos.
La imagen de la Virgen llegaba a primera hora de la mañana a las inmediaciones del Cementerio de San José, en Castellón. A las puertas la esperaba el Capellán, D. Samuel Torrijo y D. Vicent Sales, concejal de Agricultura que representa a Perot de Granyana, que la ha portado en brazos desde la entrada principal hasta la cruz central, acompañada, por el Presidente de la Real Cofradía del Lledó, algunas camareras de la Virgen, y en los cantos, por el coro Pentecosta, así como los fieles que se han sumado a la celebración.
En su intervención, D. Vicent Sales ha recordado que «la mareta» visita hoy «a nuestros antepasados, abuelos, padres y tantos otros familiares que tiempo atrás la veneraron, a quien se encomendaron y transmitieron la fe de generación en generación, así como el fervor y devoción que hoy nosotros sentimos por la Virgen».
A continuación se han rezado los Misterios Dolorosos del Santo Rosario por todos los difuntos y las almas del purgatorio. D. Samuel Torrijo ha recordado los hechos acontecidos en 1366, cuando Perot de Granyana, labrando la tierra halló una pequeña imagen a quien con posterioridad se le rendiría culto y se veneraría. Hoy, representando a Perot de Granyana, D. Vicent Sales, ha referido el Capellán «trae a este santo lugar la imagen de la Mare de Déu del Lledó para recordarnos que debajo de esta tierra y de este santo campo, descansan aquellas gentes, que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna».
Así, en el marco de la celebración del Centenario de la Coronación de la Patrona de Castellón se ha recordado «a aquellos que vieron este acontecimiento» y más aún, ha dicho D. Samuel Torrijo, «lo plasmaron en sus mentes y en su corazón y vieron coronada a María».
Finalmente ha elevado oración pidiendo a la Virgen que otorgue» el descanso, la esperanza y la purificación a todos cuantos aquí descansan y la salvación para todos aquellos difuntos del olvido», así como aquellos otros que no pudieron conocerla bajo la advocación de Lledó por no haber sido todavía encontrada. La oración ha incluido la petición de salvación para las almas del purgatorio, así como para la concesión de esperanza y consuelo a todas las familias que, habiendo perdido a algún ser querido, aún siguen rotas por el duelo.
Para terminar, se ha procedido a la bendición de una imagen de la Virgen del Lledó, tallada en madera, que ha sido donada por un particular y que se ha ubicado en el Altar de la capilla del cementerio que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna.
La Mare de Déu del Lledó ha sido trasladada a continuación a la Universidad CEU Cardenal Herrera que visita la institución académica coincidiendo con el 50º Aniversario de presencia en la ciudad de Castellón.
Mons. Casimiro López Llorente, ha presidido también la Eucaristía en el camposanto
La celebración de la Solemnidad de Todos los Santos se ha trasladado esta tarde a Segorbe. El camposanto de la capital del Alto Palancia ha acogido a primera hora de la tarde el rezo del Santo Rosario.
D. Casimiro, junto al Cabildo Catedral, D. Federico Caudé, el Rvdo. José Manuel Beltrán, y el secretario, D. Ángel Cumbicos, han elevado oración a la Santísima Virgen a través de los Misterios Gloriosos, teniendo muy presentes a los fieles de Segorbe, así como a todos los de la comarca.
El rezo se ha celebrado, como suele ser tradicional, recorriendo todas las calles del camposanto. A continuación, D. Casimiro ha presidido la Eucaristía en la que ha recordado el significado de la celebración hoy, en la que la Iglesia recuerda a todos aquellos que nos han precedido en la santidad, tanto los que han sido reconocidos por la Iglesia, «sino también a tantos y tantos de toda raza, pueblo y nación, que siguiendo las huellas del Cordero han alcanzado la santidad, la perfección del amor para participar del amor que es Dios para siempre».
El Obispo ha recordado que «el Señor está presente como el Señor de vivos y no de muertos, que quiere ofrecernos la vida misma de Dios para participar para siempre del gozo, de la alegría». Así se ha referido a la vida eterna como «una vida para siempre gozando de la visión de Dios, que es amor, que cura todos nuestros deseos, que completan nuestro deseo de ser felices para siempre». «Es el único capaz de colmar esa ansia de infinitud, de felicidad, de plenitud que todos llevamos dentro de nuestro corazón», ha concluido.
Durante la homilía de la Solemnidad de Todos los Santos en Castellón
El camposanto de Castellón ha acogido esta mañana la celebración eucarística de la solemnidad de Todos los Santos. Un día en el que la Iglesia honra a todos aquellos que, difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Los santos tampoco son sólo los que se encuentran en los altares de las iglesias, sino que es la multitud incontable de los bienaventurados, incluso anónimos la gran mayoría de ellos para nosotros, pero que desde el cielo interceden por nosotros que estamos todavía aquí en la tierra.
La ceremonia ha estado presidida por Mons. Casimiro López LLorente, Obispo de la Diócesis, que esta tarde también presidirá la celebración en Segorbe.
Junto a él han concelebrado, el Vicario de Pastoral, los arciprestes de Santa Maria y La Trinidad, el Capellán del cementerio y una representación de los sacerdotes de diferentes parroquias de Castellón, a quienes D. Casimiro ha agradecido su presencia. También ha asistido la alcaldesa de Castellón, Dª Begoña Carrasco, junto a miembros de la Corporación Municipal.
Tras los ritos iniciales y la proclamación de la Palabra de Dios, D. Casimiro ha recordado que la liturgia del día «nos invita para participar del gozo del que ya participen para siempre de tantos y tantos que siguiendo las huellas de Jesucristo participan ya de la gloria de la vida de Dios, del amor de Dios para siempre», en alusión a la muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de la que nos habla el libro del Apocalipsis, refiriéndose también a «la mayoría no conocidos». Todos, ha dicho el Obispo, «acogieron a Cristo Jesús como camino, como verdad de vida y creyendo en Él y dejándose encontrar por Él, lo confesaron con su vida o fueron mártires», pero también, «tantos otros que han sido testigos del amor de Dios manifestado en Cristo con su propia vida».
Encender el deseo de ser como ellos
El Obispo ha exhortado «a vivir como ellos para llegar a esa meta que perdura para siempre» recordando a san Bernardo quien aseguraba que contemplar a los santos enciende el deseo de ser como ellos.
Para hacerlo D. Casimiro nos ha animado a «acoger lo que Dios ha sembrado en nosotros; una vida eterna y feliz y para siempre que está implantada en cada uno de nosotros por nuestro bautismo, y que brota del misterio pascual, de la muerte y la resurreción del Señor, que es lo que Dios implantó y sembró en el bautismo».
En referencia a la Palabra proclamada, el Obispo nos ha recordado también que «somos hijos de Cristo Jesús, hijos adoptivos de Dios y estamos llamados a dejar que crezca en nosotros esa semilla para que así de frutos de santidad para siempre».
Es así, ha resaltado D. Casimiro, «no gracias a nuestras fuerzas, sino gracias a ese amor de Dios que nos impulsa, que nos ayuda, que nos llama a acoger el amor de Dios implantado en nosotros. Todos estamos llamados a la santidad y es posible porque es un don de Dios».
Todo pecado afecta a la santidad de la Iglesia
El Obispo ha puesto en valor el Evangelio de las Bienaventuranzas afirmando que Jesús nos muestra el camino: » Cristo Jesús es el primer bienaventurado fue pobre en el espíritu, que lloró, que fue misericordioso, que fue manso, que fue artífice de la paz, que fue misericordioso con tantos y tantos, que también sufrió por causa de la justicia, que fue perseguido hasta la cruz. Ese es el camino», ha destacado D. Casimiro.
Así ha exhortado a acoger la voluntad de Dios, «y pidamos perdón por nuestros pecados, porque todo pecado afecta a la santidad de la Iglesia: los pecados personales, los sociales, y los delitos también», en referencia , ha dicho, a algunos que están especialmente en la opinión pública de estos días, como son los abusos sexuales». En este sentido, el Obispo ha pedido perdón una vez más por estos delitos, y ha manifestado el dolor que causan a la Iglesia: «nos duelen las víctimas, hemos de acogerlas a ellos, a sus familias, hemos de acompañarlas para que se salen, para que también nuestra Iglesia se vea liberada», al tiempo que ha advertido de alejarnos del engaño de algunas cifras que se dan de forma interesada.
De esta forma, ha concluido, ha animado a los presentes a «acoger a Cristo Jesús, camino, verdad y vida. Acojamos su palabra. Dejémonos llevar por la fuerza del Espíritu, por este camino hacia la sanidad, hacia la prudencia de la vida, para compartir con tantos y tantos que nos han pedido del Señor esa gloria para siempre».
Con motivo de la solemnidad litúrgica de Todos los Santos, nuestro Obispo D. Casimiro presidirá la celebración de la Eucaristía, en el Cementerio de San José de Castellón, el miércoles día 1 de noviembre a las 10:30 h.
También, el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril, presidirá la Santa Misa en el Cementerio Nuevo de la ciudad a las 12.00 h.
En el Cementerio Municipal de Segorbe, la celebración presidida por el Obispo comenzará con el rezo del Santo Rosario, a las 16.00h., y la posterior Eucaristía.
En este sentido, D. Casimiro ha remitido una carta a los sacerdotes de Castellón y de Segorbe pidiéndoles que se unan a ambas celebraciones. Además, deberán anunciarlas al final de las Misas vespertinas del sábado, día 28 de octubre, y en las del domingo día 29, animando a los fieles a participar.
D. Casimiro ha presidido la Eucaristía en el camposanto de Castellón por la mañana, y por la tarde en el de Segorbe
“Hoy celebramos el triunfo de tantos y tantos que han llegado a la meta y contemplan ya la gloria del Padre”. Con estas palabras de nuestro Obispo, D. Casimiro, daba comienzo esta mañana la Misa, en el cementerio de San José de Castellón, en la solemnidad de Todos los Santos. También ha sido así por la tarde en el camposanto de Segorbe, donde previamente se ha rezado el Santo Rosario en memoria de los fieles difuntos.
En la Santa Misa de esta mañana en Castellón, han concelebrado numerosos sacerdotes de la ciudad, entre ellos el capellán del cementerio, D. Juan Manuel Enrich, y el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril, acompañados de varios diáconos y de los seminaristas de la Diócesis.
Un gran número de fieles y de familias ha acudido a la celebración en el camposanto, así como la alcaldesa, Dña. Amparo Marco, junto a varios miembros de la corporación municipal y a otras autoridades.
Por la tarde, en Segorbe, tras el rezo del Santo Rosario se ha celebrado también la Eucaristía, también presidida por D. Casimiro y concelebrada por el Deán de la Catedral, D. Federico Caudé, el Rvdo. José Manuel Beltrán, y el secretario, D. Ángel Cumbicos, acompañados por el diácono.
«Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas»
La liturgia de hoy, indicaba el Obispo en sendas homilías, “nos invita a compartir la alegría y el gozo de todos los santos, que son todos aquellos que son felices para siempre”, ellos son “una multitud inmensa que nadie puede contar”, son los santos reconocidos por la Iglesia, “pero también esa inmensa mayoría de santos desconocidos que supieron acoger la santidad de Dios en su vida, y que siguiendo a Cristo Jesús han podido llegar también a la gloria para siempre”.
Ellos eran padres, “que supieron entregar su vida por los hijos, educándoles en la fe, y que supieron vivir el amor de Dios en su matrimonio”; también “sacerdotes, religiosos y religiosas, que entregaron su vida para que el amor de Dios pudiera llegar a los demás”; eran “trabajadores, que supieron colaborar con el bien común con honradez”; también “políticos, que supieron trabajar desinteresadamente por el bien común, por la paz y por la justicia”; “empresarios, que entregaron su vida y su dinero para colaborar en el desarrollo de la sociedad”; “personas mayores, sencillas, que supieron orar para que la Iglesia del Señor siguiera caminando hasta el encuentro definitivo con el Señor”, ha explicado D. Casimiro.
«Veremos a Dios tal cual es»
“Los cristianos no celebramos la muerte, ni la ocultamos, celebramos la vida porque por el Señor la muerte ha quedado vencida para siempre”, y así, como San Pablo podemos decir: “Nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo”.
El Obispo también ha respondido a la pregunta de qué es la santidad. “Dios es el único santo, y la santidad es la síntesis de la plenitud de Dios, que es amor, que se derrama enviándonos a su Hijo Jesucristo”.
Solo a través de Él podemos participar de la santidad de Dios, “y esa es nuestra vocación, ser santos”. Como nos enseña la Iglesia, “todos los cristianos, de cualquier estado o condición, estamos llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección en el amor”, ha señalado.
«Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo»
Por lo tanto, “son santos los que viven unidos a Cristo Jesús, cultivando el estado de gracia y la vida nueva que el Señor ha implantado en nosotros, desde el mandamiento nuevo del amor”. “Ellos son para nosotros un ejemplo de como es posible la santidad, don de Dios”.
D. Casimiro ha exhortado a celebrar el día de hoy “con alegría, pero también con esperanza, porque ellos nos muestran que el final de nuestro recorrido por esta vida no es el muro de la muerte y la oscuridad, sino el encuentro con el Padre, para participar de su luz por los siglos de los siglos junto a tantos que nos han precedido”.
Tras la Eucaristía, el pasillo central del cementerio ha acogido la procesión hasta la Cruz, donde el Obispo de la Diócesis ha rezado un responso por el descanso eterno de todos los fieles difuntos. Además, la Alcaldesa ha depositado una corona de flores en memoria de todos ellos.
Hoy, como cada día 1 de noviembre, celebramos el Día de Todos los Santos. Un día en el que miramos hacia el cielo para homenajear a todos los santos, conocidos y desconocidos. A los que están en los altares y a tantos cristianos que después de una vida según el Evangelio participan de la felicidad eterna. Son nuestros intercesores y nuestros modelos de vida cristiana.
En esta solemnidad, nuestro Obispo, D. Casimiro, ha presidido la Eucaristía en el cementerio de San José de Castellón por la mañana, y en el cementerio de Segorbe por la tarde, donde, como es tradición, ha estado precedida por el rezo del Santo Rosario. Ha concelebrado D. Federico Caudé, D. José Manuel Beltrán y D. Ángel Cumbicos.
La muerte no es el final
“Aunque es duro tener que pasar por el trance de la muerte, los cristianos sabemos que la muerte no es el final”, ha indicado el Obispo en la homilía, y por eso “no necesitamos celebrar la muerte”, porque sabemos que “al final está el Padre Dios para acogernos, para darnos el abrazo de la paz para siempre”.
«Santo eres en verdad Señor, fuente de toda santidad»
Dios es amor y fuente de la santidad, ha explicado, “Él es la fuente de tantos y tantos que nos han precedido en el Señor y participan ya de su amor en plenitud”. En este día tenemos en cuenta a todos los santos, ha continuado, tanto a los conocidos como a los desconocidos. “Con muchos de ellos hemos convivido, y forman parte de esa muchedumbre inmensa que nadie puede contar, de toda raza, lengua, nación y condición, que supieron acoger en su vida el amor de Dios”.
Muchos de ellos fueron “padres y madres que cuidaron y formaron con amor y delicadeza, y lo siguen haciendo, a sus hijos”, “tantos enfermos que ofrecieron su dolor”, “tantas personas mayores que en su ancianidad no perdieron la sonrisa”, ha recordado D. Casimiro. “De ellos nos acordamos, a ellos les cantamos, y a ellos les pedimos su intercesión para que también nosotros sepamos acoger el amor de Dios, y caminar como ellos por el camino de las Bienaventuranzas”.
Ellos ya gozan de la paz y de la plenitud de la vida eterna, y su recuerdo “debe servirnos a los que todavía peregrinamos por esta vida para estimularnos al seguimiento de Jesucristo, para así, como ellos, participar de la vida de Dios para siempre”.
«Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos»
“Todos estamos llamados a la santidad”, ha recordado, “que no es cosa de unos pocos, sino que está destinada a todos, porque es la vida misma de Dios en plenitud lo que se nos ofrece”, que colma nuestro deseo de felicidad “cuando acogemos su amor y amamos al prójimo”. Pero la santidad “es un don de Dios que no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino viviendo el día a día dándole al Señor espacios en nuestra vida”.
La oración desde la esperanza cristiana
“Hoy recordamos a los fieles difuntos, a nuestros familiares, a nuestros amigos”, ha recalcado el Obispo, y “lo hacemos con una oración” que permanece para siempre ante la presencia de Dios. También a exhortado a rezar “por aquellos que están en el purgatorio”, y “por los difuntos que ya contemplan a Dios eternamente, a ellos les pedimos que intercedan por nosotros, para que el Señor nos de fortaleza para el peregrinaje en esta vida, para vivir siendo fieles al Señor”.
Monseñor Casimiro López Llorente ha presidido, esta mañana, la Eucaristía en la Solemnidad de Todos los Santos en el cementerio de Castellón
La explanada del Camposanto de Castellón, ha sido el escenario de la celebración litúrgica que ha rendido culto a Todos los Santos. La ceremonia ha estado presidida por el Obispo de nuestra Diócesis y concelebrada por el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril; el Arcipreste de Castellón norte, D. Joaquín Muñoz; y el secretario particular, D. Ángel Cumbicos.
La liturgia de esta Solemnidad lo ha sido de celebración, no solo por los santos conocidos, sino también por todos aquellos anónimos que practicaron silenciosamente la plenitud del Evangelio en la vida cotidiana. La de hoy es una fiesta que, sin duda, nos invita a la esperanza de quienes, aún en esta tierra, nos encomendamos a todos ellos para, que no solo intercedan por nosotros, sino para seguir su ejemplo en nuestro camino a la santidad. Porque como ha resaltado D. Casimiro, «todos estamos llamados a la santidad».
Ya en la introducción de la liturgia se nos invitaba a la reflexión respecto a los santos que, con la misma carne y sangre que nosotros tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida a la manera extraordinaria de Cristo, de quien toman su valor y a quienes hemos de imitar siguiendo su ejemplo de integridad, de entrega a Dios y a sus hermanos, trabajando por la justicia, la verdad y la paz.
Hay tantos como asegura el vidente del Apocalipsis (7,2-4.9-14) «una gran multitud, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua (…) los que han sobrevivido al tiempo de la gran angustia; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la Sangre del Cordero». Frente al pueblo que anhela ver el rostro del Señor, el salmista nos ha recordado quien podrá subir al monte de El Señor y quien podrá estar en su lugar santo, que no será sino aquel cuyas manos están libres de pecado, cuyo corazón es limpio, que no desea lo que es vano.
A través de la Palabra proclamada (1 Juan 3,1-3) nos hemos sentido hijos amados por Dios, lo que viene a refutar la esperanza basada en Él y en que cuando se revele «todo se hace puro como Él es puro». Los santos nos revelan la esperanza cristiana por haberla vivido plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en práctica las Bienaventuranzas que Jesús predicó y que hoy han resonado en el Camposanto de Castellón a través del Evangelio de Mateo (5,1-12).
Así lo ha resaltado nuestro Obispo en la predicación de su homilía pues la santidad, ha dicho, «es la búsqueda de la perfección del amor y la felicidad plena que todo ser humano desea y busca y a la que todos estamos llamados». Para lograrlo, ha asegurado D. Casimiro, «no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales sino acoger en Jesús el amor de Dios y seguirlo por el camino de las bienaventuranzas y de los mandamientos, del servicio y de la entrega de sí por amor a Dios y al prójimo, sin desalentarse ante las dificultades».
Citando a San Bernardo, nuestro Obispo nos ha recordado que el significado real de esta fiesta lo es, no por honrar a los santos, sino porque «su recuerdo y la contemplación de su ejemplo, susciten en nosotros el gran deseo de ser como ellos, de caminar a la patria celestial, felices por vivir para siempre junto a Dios, participando de su amor, de su luz y de su gloria, formando parte de la gran familia de los amigos de Dios».
«No es imposible ser santos», ha dicho D. Casimiro, «porque se nos es dado por la Gracia de Dios a vivir y a participar de su misma vida y amor con nuestra perseverancia, nuestro esfuerzo para no desviarnos del camino que nos muestra Jesús en las Bienaventuranzas». Y hoy estamos invitados, como los apóstoles, «a ir al monte de las Bienaventuranzas y escuchar una vez más a Jesús, que nos llama a los pobres de espíritu y ponen su esperanza en Dios». Porque, recordando el Evangelio, «dichosos son aquellos que saben perseverar en el camino iniciado en el Bautismo pese a la dificultad, la persecución, los insultos, porque saben que están en manos de Dios y que Él camino con ellos con la fuerza del espíritu, y ese el camino para llegar a la santidad, a la perfección del amor, a la plenitud de la vida y a ese encuentro para siempre con Dios», ha enfatizado el Obispo.
La homilía ha finalizado pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen María, que siempre acompañó a los discípulos en en el seguimiento de Jesús, «nos guie, nos acompañe y nos lleve también a estar junto a Ella por ser madre asunta a los cielos y coronada como Madre de toda la Creación».
Tras la celebración, el pasillo central del Camposanto ha acogido la procesión hasta el monolito de la Cruz, donde el Obispo de la Diócesis ha rezado un responso en recuerdo de todos los fieles difuntos, a quienes también ha recordado durante su homilía, y cuya festividad conmemora, manaña 2 de noviembre, la Iglesia católica.
Cabe recordar que esta tarde, a partir de las 16.00h, en el cementerio de Segorbe, D. Casimiro presidirá también el rezo del santo Rosario y la cleberación litúrgica de Todos los Santos.
El próximo lunes, día 1 de noviembre, celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, en la que la Iglesia peregrina venera a todos aquellos que ya están contemplando eternamente el rostro de Dios misericordioso.
Por ello, este año como en los anteriores, nuestro Obispo, D. Casimiro, presidirá la celebración de la Santa Misa a las 10:30 h. en la plaza delante del Cementerio de San José de Castellón. Después, alrededor de la Cruz del cementerio, dirigirá una oración por todos los difuntos.
Por la tarde se desplazará al Cementerio Municipal de Segorbe, donde a las 16 h. se rezará el Santo Rosario. Posteriormente presidirá la celebración de la Santa Misa.
Así lo indicado en una carta que ha dirigido a los párrocos y sacerdotes de la Ciudad de Castellón. Es esta una “buena y hermosa costumbre que me encontré al llegar a vosotros como Obispo”, les dice.
Por ello les pide que, en la medida de lo posible, asistan a esta celebración, y “que lo difundáis en todas las parroquias de Castellón”, para animar a los feligreses “a participar en la Misa y en la oración” de este día.
Además, explica que “este año tendremos especialmente presentes a los fallecidos a causa de la pandemia del Covid-19”, pues “han seguido falleciendo diocesanos” desde que se celebraran los funerales por los difuntos de la pandemia, tanto en la Concatedral como en la Catedral.
Por otra parte, a las 12 h. también se celebrará una Eucaristía en el Cementerio Nuevo de Castellón.
En la solemnidad de Todos los Santos de este año, el Obispo preside la celebración eucarística en la S.I. Concatedral de Santa María en Castellón, por la mañana, y en el cementerio de Segorbe, por la tarde. Este segundo acto está precedido, como es tradición, por el rezo del rosario. D. Casimiro López Llorente ha explicado que esta fiesta habla antes que nada de Dios mismo, y ha asegurado que “la riqueza de nuestra iglesia peregrina son todas las personas fieles a su condición cristiana, que viven en su día a día cara a Dios”.
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