La fecundidad centra el Encuentro de Matrimonios en el Mater Dei
D. Casimiro participó en la jornada, coincidiendo con su onomástica
El Encuentro de Matrimonios que, de forma mensual, se está celebrando en el seminario Mater Dei, tuvo la fecundidad como eje central en este primer sábado de marzo.
La Hermana Catalina Nowak, de la Congregación de las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret, fue la encargada de exponer el tema que partió del Génesis en el que se repite con cierta asiduidad «sed fecundos y multiplicaos». Abordó la fecundidad como «signo de la bendición de Dios » y citó el Antiguo Testamento (Dt 25,5-10 e Is 54,1) para referenciar que «Dios va educando poco a poco a su pueblo, ampliando su pensamiento y su comprensión».
A pesar de que el tema se desgranó en el contexto del matrimonio, durante su intervención dejó patente que «es igualmente importante en la vida de las personas solteras, las personas separadas, los novios, las viudas, las personas mayores y también las personas consagradas y los sacerdotes». En este sentido aseguró que pese a que Jesucristo no tiene descendencia carnal, «si tiene antepasados y una posteridad espiritual, de hecho – dijo – invita incluso a la virginidad voluntaria pero con fecundidad espiritual de quienes les rodean» citando el Evangelio de San Mateo (19,12) y exponiendo el ejemplo de la Virgen María.
En este sentido aseguró que Jesús se refiere a la fe como fecundidad espiritual y sin rechazar «la importancia de los vínculos de sangre, entiende que son superiores los vínculos espirituales», y así, subrayó, «el creyente que se une a Dios participa en la generación de su Hijo», afirmando que «la fecundidad espiritual presupone una fe viva».
Se refirió también al «apostolado fecundo de la Iglesia» pues los creyentes, «esforzándose por la fecundidad espiritual, participan en la fecundidad de toda la Iglesia». Así, matizó citando el Apocalipsis (12) «la Iglesia es comparada con una mujer que da a luz, la madre del hijo varón», y «todo creyente debe también dar fruto en la Iglesia, como verdadero sarmiento de la vid verdadera».
Tras la introducción se abordó la fecundidad matrimonial, teniendo muy presente la idea de que la fecundidad «es dar de sí a la comunidad y va más allá de la dimensión biológica». Se refirió así a la «fecundidad mutua» de la comunidad matrimonial y la fecundidad biológica. Pero también a la «fecundidad social» de la que dijo, tiene un doble sentido: «acoger al otro, al diferente, al extraño en nuestra comunidad; y en el de compromiso con externo, con lo valioso que hay que realizar en la sociedad o en el mundo».
Tras la charla se sugirieron algunas preguntas a los participntes para reflexionar al respecto y, como viene siendo habitual en todos los encuentros, finalizó con la exposición del Santísimo Sacramento, ante quienes los matrimonios, ya con sus hijos, se unen en oración.