Intenciones de oración de la CEE y del Papa en enero
En este primer mes del año 2024, el Papa nos pide que oremos por el don de la diversidad en la Iglesia: “Oremos al Espíritu Santo para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
En la Audiencia General del 1 de octubre de 2014, Francisco decía lo siguiente:
Desde los inicios el Señor colmó a la Iglesia con los dones de su Espíritu, haciéndola así cada vez más viva y fecunda con los dones del Espíritu Santo. Entre estos dones se destacan algunos que resultan particularmente preciosos para la edificación y el camino de la comunidad cristiana: se trata de los carismas.
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La experiencia más hermosa, sin embargo, es descubrir con cuántos carismas distintos y con cuántos dones de su Espíritu el Padre colma a su Iglesia. Esto no se debe mirar como un motivo de confusión, de malestar: son todos regalos que Dios hace a la comunidad cristiana para que pueda crecer armoniosa, en la fe y en su amor, como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. El mismo Espíritu que da esta diferencia de carismas, construye la unidad de la Iglesia. Es siempre el mismo Espíritu. Ante esta multiplicidad de carismas, por lo tanto, nuestro corazón debe abrirse a la alegría y debemos pensar: «¡Qué hermosa realidad! Muchos dones diversos, porque todos somos hijos de Dios y todos somos amados de modo único». Atención, entonces, si estos dones se convierten en motivo de envidia, de división, de celos. Como lo recuerda el apóstol Pablo en su Primera Carta a los Corintios, en el capítulo 12, todos los carismas son importantes ante los ojos de Dios y, al mismo tiempo, ninguno es insustituible. Esto quiere decir que en la comunidad cristiana tenemos necesidad unos de otros, y cada don recibido se realiza plenamente cuando se comparte con los hermanos, para el bien de todos. ¡Esta es la Iglesia! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en la comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de ese sentido sobrenatural de la fe, que da el Espíritu Santo a fin de que, juntos, podamos entrar todos en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida.
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española (CEE), por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por todos los que creemos en Cristo, para que desde el respeto y el reconocimiento mutuo avancemos con pasos concretos hacia la unidad querida por Él”.
En su carta del 15 de enero de 2022, nuestro Obispo D. Casimiro nos decía lo siguiente:
La unidad de los discípulos de Jesús es de vital importancia para hacer creíble que Jesús es el Hijo de Dios, enviado por el Padre para la salvación del mundo, y para la credibilidad de sus discípulos, es decir, de la Iglesia enviada por Jesús para anunciar la Buena Nueva de la salvación. Por dos veces alude Jesús a esta finalidad: “para que el mundo crea”. La unidad está conectada con la misión misma de la Iglesia en el mundo. Así como la unidad refuerza la misión de la Iglesia, la falta de unidad la debilita. La Iglesia debe vivir una unidad que sólo puede derivar de su unión con Cristo.