La educación, un reto para la sociedad. Mons. José Ignacio Munilla
El Obispo de San Sebastián, mons. Jose Ignacio Munilla , ha presentado diez claves del reto educativo en la tercera ponencia del Congreso de Educación:
- El equilibrio afectivo. La emergencia educativa es la punta del iceberg que toca la emergencia afectiva. EL gran número de familias desestructuradas afecta a la conciencia de amor, y solo cuando alguien se sabe amado de manera incondicional es capaz de dar lo mejor de sí mismo. Por eso el reto educativo pasa también por los Centros de Orientación Familiar para sostener los matrimonios.
- Cultivo del hambre y sed de la verdad. De una verdad objetiva en la que se cree. El relativismo es antagónico a la educación. Educar sin amor a la verdad es como nadar sin agua.
- Educar en la fortaleza interior. La educación es una carrera de alto recorrido, en el que es básica la capacidad de resistencia ante las adversidades. Es asumir frustraciones sin venirse abajo. La paciencia es la mayor fuerza de la fortaleza. La educación en la fortaleza pasa por el sacrificio y la austeridad.
- Libertad anclada en la verdad. Hay una crisis de la noción de autoridad que se vincula a la verdad, y eso implica una crisis de la paternidad. Un ejemplo es la ideología de género: tengo libertad sin naturaleza. El mensaje cristiano tiene bien resuelto el equilibrio entre libertad y obediencia.
- La educación personal y comunitaria. Se requieren ambas facetas. La personalizada está muy ponderada hoy en día. Jesús tenía una educación personalizada. Pero al mismo tiempo es muy importante conjugarlo con la educación comunitaria.
- El equilibrio entre la educación de la razón y del corazón. La gran herejía de nuestro tiempo es contraponer razón y corazón, verdad y caridad. Esto provoca una educación desequilibrada, cayendo en un emotivismo que no es racional. Vivimos en una cultura muy sensible a lo testimonial, por eso hay que integrar el corazón con la razón.
- Educación de los deseos. Ante los deseos hay el adicto que se entrega plenamente pero que no se llena, el estoico o budista para convencerse que no tengo deseos, y el cristiano, que descubre que detrás de cada deseo interior se esconde el deseo de Dios. Su voluntad es colmar las ansias más profundas de felicidad, aunque se pase por una purificación. El primer educador de los deseos es la familia, ayudada por el acompañamiento espiritual y el colegio.
- Educación en las actitudes. E=(C+H)A Educación es Conocimientos más Habilidades, multiplicado por Actitudes. Al final, lo que multiplica es qué actitud interior de generosidad, de optimismo, alegría o entrega tienes. Si no hay entrega generosa, la educación no existe.
- Educar en lo esencial. Existe el riesgo de centrarse en las especialidades perdiendo lo básico, lo esencial. Los valores fundamentales tienen que ocupar el lugar central. Cuando religión, humanidades, historia, filosofía no son materias esenciales, la educación pierde fundamento. Hay que educar en Jesucristo con prioridad sobre los valores, porque los valores es la consecuencia de fundar la existencia en Jesucristo.
- Poder educativo de la comunión de la Iglesia. La Iglesia es madre educadora, y tenemos que confiar en eso. El que se considera humilde en la Iglesia y quiere vivir en su seno, seguro que perseverará, concluía Mons. Munilla.