Cáritas facilita la vuelta al cole a las familias con pocos recursos
Con el inicio del curso, la carga que soportan las familias con la vuelta al cole se hace aún más pesada cuando se sobrevive en situaciones de pobreza y exclusión. En 2017 Cáritas de Segorbe-Castellón destinó 493.881,87 € a proyectos de educación. Cada año hay variaciones de las demandas, aunque se calcula que para este curso será un presupuesto parecido. Las Cáritas parroquiales son las que atienden las demandas inmediatas para los primeros días de clase, pero durante todo el curso se ofrece apoyo de refuerzo y recursos.
María Elena García, responsable de Animación Comunitaria, explica que son numerosas las demandas de ayuda para material escolar que llegan a las parroquias en estas fechas. En julio, el Instituto Valenciano de Estadística revelaba que el 33,1% de los menores de 16 años están en riesgo de pobreza (más de 260.000 niños). El número ha subido 4,1 puntos porcentuales en un solo año.
Desde Cáritas se acogen estas peticiones desde una atención global: “Las familias acuden con muchas carencias, y por eso se quiere conocerlas en su integralidad. Entonces la ayuda no se limita a proporcionar material, sino que también se potencian sus derechos y dignidad orientándolas a recursos disponibles ya en las AMPAS o en los propios colegios”, explica García. La colaboración con los centros educativos suele ser muy buena.
Durante el curso, se sigue apoyando a los niños y sus familias. En la ciudad de Castellón, el proyecto Sambori atiende a 140 menores de primaria y secundaria con refuerzo escolar en las parroquias de San Pedro del Grao, Ntra. Sra. del Carmen, la Stma. Trinidad, Santa María, San Juan Bautista, San Cristóbal y Ntra. Sra. de la Esperanza. Llars familiars asesora desde la matriculación (en secundaria se hace on line, y muchas familias quedan excluidas por no tener conexión) hasta problemas de absentismo.
Setenta voluntarios
En Castellón y en La Vall d’Uixó hay talleres juveniles, y el apoyo escolar es muy frecuente, como en Burriana, Nules o Almazora. Participan unos 70 voluntarios, en su gran mayoría profesores y maestros jubilados, que aportan no solo una ayuda académica, sino también una educación global que intenta compensar las deficiencias de su ambiente familiar. En el Palancia, la acción educativa pasa a través de la educación en el tiempo libre, gracias a las iniciativas de las religiosas Vedrunas en Jérica y Viver. Desde Cáritas siguen invitando a que los maestros colaboren en estos proyectos, así como a sostenerlos económicamente a través de los socios.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!