Belenes y cabalgatas anuncian la Encarnación y promueven la caridad
En las ciudades y pueblos de la Diócesis las parroquias y comunidades cristianas organizan belenes y cabalgatas que movilizan muchas personas más allá del feligrés habitual. Dos elementos son comunes a estas iniciativas: es un anuncio del misterio de la Encarnación en la calle, y a menudo también promueven proyectos para ayudar a las personas y familias necesitadas.
Antonio Sanfélix, delegado diocesano para la Liturgia, explica que si “la liturgia es la celebración del misterio, aquí entramos en una dimensión de inculturación por la que la tradición cristiana se ha arraigado en estas expresiones que ya forman parte de la vivencia de nuestros pueblos y ciudades”. Y en este sentido asegura que “son importantes para dar el sentido cristiano de la Navidad”.
Esta es la experiencia que tiene en su parroquia de la Asunción de Chilches. Desde hace 13 años las actividades de catequesis no desaparecen en las vacaciones navideñas. Al contrario, se intensifican con un belén que realizan los niños y niñas de comunión y post comunión. Este año han participado cuarenta que representan las escenas del Nacimiento ante la fachada de la iglesia. Para Reyes, los Magos de Oriente participarán en la misa de la Epifanía y repartirán regalos a los niños y las 20 familias atendidas por Cáritas parroquial.
Este año, Altura ha estrenado la organización de un Belén viviente que ha movilizado a todo el pueblo. La iniciativa surgió dentro de los actos del Año Mariano de la Virgen de Gracia, inaugurado en octubre, y el éxito del evento hace que se planteen seguir en adelante. De esta actividad, organizada por la Cofradía,se han recaudado 1.405 € que se destinarán a los Hogares de Vida y Luz de las Terciarias Capuchinas a través de Cáritas parroquial.
La parroquia de San José Obrero, en Castellón, ya tiene una larga tradición en el Belén viviente. Este año ha cumplido 20 años de un evento hecho con espíritu de auto sacramental y que emociona por su fidelidad y sencillez. A través de diversos escenarios intenta transmitir toda la carga de Fe y humanidad que conlleva el nacimiento de Jesús de Nazaret, anunciado por los profetas. En su organización está implicada toda la comunidad parroquial de los Mercedarios.
Entre todas las iniciativas navideñas, una de las más antiguas en la Diócesis es la cabalgata de la Joventut Antoniana de Vila-real, iniciada en 1923 y celebrada prácticamente sin interrupción desde la parroquia de San Francisco. Después del desfile real, que concluye con la adoración del Niño en la plaza mayor y un parlamento desde el balcón del Ayuntamiento, los Reyes Magos llevan en persona los regalos a las casas.
El año pasado lo solicitaron de 325 familias que, con un aguinaldo, colaboran en mantener la entrega de comida y visitas domiciliarias que los antonianos hacen cada martes para ayudar a 70 familias. Esta noche mágica está llena de historias: desde el niño que abre con sorpresa la puerta a un rey, o al que el sueño lo vence y uno de los magos lo despierta para entregarle los presentes. Carmen María Folch, presidenta de la Junta, explica que están “muy contentos de cómo toda la gente responde en la solidaridad, y tanto niños como mayores nos volvemos niños para vivir esta noche”.
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