D. Casimiro recuerda que «el hombre es grande, solo si Dios es grande en su vida», en la festividad de San Pascual Bailón
El Obispo de la Diócesis ha presidido la Eucaristía en la Basílica, en Vila-real
Cientos de fieles devotos se han sumado hoy a la Solemne Eucaristía que se ha celebrado en la Basílica de San Pascual Bailón, en Vila-real, en recuerdo y sentido homenaje al santo, patrono de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
La celebración de hoy no ha hecho más que poner de manifiesto el sentir y devoción que ya se vivió ayer tarde en la ofrenda de flores que destacó por la masiva participación no solo de la representación religiosa de la ciudad, sino del conjunto de la sociedad en general.
Desde primera hora de la mañana, los alrededores de la Basílica hacían presagiar que el de hoy es un día grande para todo Vila-real, pero también para quienes formamos parte de la Iglesia de Segorbe-Castellón. Y convocados en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, a las 11 horas se ha celebrado en la Basílica de San Pascual Bailón, la Santa Misa que ha congregado a las principales autoridades locales, las Reinas de las fiestas, así como una importante representación del tejido social de la ciudad y fieles que han recordado y honrado a San Pascual, el eterno adorador.
Tras la liturgia de la Palabra, la homilía del Obispo ha centrado la reflexión el el «extraordinario valor evangélico» de San Pascual. Así, D. Casimiro ha destacado «sus virtudes de humildad y de confianza en Dios, su entrega al servicio de los hermanos y su caridad hacia los más pobres y necesitados». Y todo ello, ha dicho el prelado, lo alimentaba en su «devoción a la Eucaristía».
Modelo de vida
Se ha referido a la vida de los santos como san Pascual, como «modelo de vida» que siempre son actuales porque están conformados «según el Evangelio y a la medida del Corazón de Cristo, y, a la vez, cercanos al hombre de su tiempo». A través de ellos, ha dicho D. Casimiro, «Jesucristo se hace presente en el corazón de la Iglesia y en medio del mundo, y muestra la extraordinaria fuerza que brota del Amor de Dios». El sentido de la vida de los santos se basa en la humildad y la sencillez, huyendo de halagos, se centran en «la oración, la escucha de Dios y la unión con Cristo».
A la luz de la Palabra proclamada, tres son las virtudes de San Pascual Bailón que hoy ha puesto de relieve D. Casimiro: fe, esperanza y caridad. Así nos ha interpelado respecto a este momento «de indiferencia religiosa y de alejamiento de la fe de tantos bautizados». Con honda preocupación, se ha referido a la autosuficiencia del hombre de hoy que vive inmerso en un mundo entendido como si Dios no existiera.
Esta exclusión de Dios afecta, ha matizado el Obispo, a todos los niveles, afectando a la familia, el trabajo, las relaciones humanas y la sociedad en general. «Esa es la tentación permanente del ser humano: pretender ser dios, ocupar el lugar de Dios». Silenciar a Dios, su presencia, su verdad y su providencia «abre el camino a una vida humana sin rumbo y sin sentido, a idolatrías de distinto tipo, a proyectos que acortan el horizonte y se cierran en intereses inmediatos».
El hombre es grande, sólo si Dios es grande en su vida
Con rotundidad y fuerte convicción, el Pastor de la Iglesia de Segorbe-Castellón, ha definido con esta frase a San Pascual Bailón, reforzando su reflexión respecto a estos tiempos «de individualismo egoísta, de exclusión del diferente y del descarte de los más vulnerables». Y así, ha puesto en valor la santidad de San Pascual por ser un hombre «de fe profunda, sencillo y humilde» exhortándonos a «ver a Dios con los ojos de la humildad y la admiración, desde la oración y la adoración», como hizo el santo patrono de la Diócesis de Segorbe-Castellón, ante el Sacramento de la Eucaristía. Y de ella, ha insistido D. Casimiro, es de donde recibía «la fuerza en el camino de la fe, en el camino de la vida, en el camino del amor a los hermanos».
En su reflexión no ha faltado la llamada a imitar «la esperanza y la confianza en Dios», pues el diálogo con el Señor, ha continuado, «oración ofrece siempre salidas en cualquier situación». Frente a la desesperación, el apocamiento o el encerrarse en uno mismo, «la esperanza de San Pascual tiene un nombre y un rostro: Jesucristo».
Sintiéndose amado por Dios, San Pascual, ha dicho D. Casimiro, «vivió la caridad con la medida del amor de Dios, regalando el amor mismo de Dios, desde su comunión plena con Jesucristo en la Eucaristía». Destacando la humildad del santo, que se dejó amar y transformar por Jesucristo en la Eucaristía, «pudo entregarse al servicio de los pobres, al cuidado de hambrientos y sedientos, y a dar cobijo a los sin techo», D. Casimiro ha advertido la necesidad actual de «corazones generosos como el de Pascual para salir al paso de tantas necesidades presentes y futuras».
Para concluir ha instado a no obviar que que la historia de Vila-real y de nuestra tierra está fraguada por la fe cristiana y ha elevado petición de intercesión al santo» para se aviven en nosotros la fe y la confianza en Dios, el espíritu de oración y la devoción a la Eucaristía».
La celebración ha continuado dando paso a la Litrugia de la Eucaristía, núcleo de toda la celebración, y centro del encuentro personal con el Señor al que nos ha exhortado el Obispo durante la homilía siguiendo el ejemplo de San Pascual.
La parte musical a cargo de la Coral «Sant Jaume», Veus de Cambra, Supramúsica y la Unión Musical » La Lira»; bajo la dirección de D. Alfredo Sanz y al órgano Dª María Isabel Casalta.
Concierto de Carrillón
Tras la Santa Misa se ha celebrado también uno de los conciertos de carrillón del ciclo que se ha programado en esta semana festiva, que ha corrido a cargo del pianista y pedagogo, Bali Ciurana.
Cabe recordar que el 17 de mayo de 1998, día de la festividad de San Pascual Bailón, se inauguró y bendijo el Carrillón de la Basílica de Vila-real, así como el conjunto de 84 campanas de volteo que albergan las dos torres campanario, donadas por el empresario local José Gómez Mata.
El canto de las campanas evoca la pertenencia a una comunidad de vida y de fe, y en ella, la campana canta el dolor y la muerte, la alegría y la celebración que, como hoy, ha tenido lugar en Vila-real.
Esta tarde, a las 18,30 tendrá lugar la Solemne Procesión general en honor a San Pascual que recorrerá las principales calles de Vila-real y en la que está prevista una gran participación.
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