El niño de La Llosa que quería «ser rector»
Ha sido el primero y, de momento, el único sacerdote nacido en La Llosa. Los restos de Vicente Faubell, escolapio, descansan desde marzo en su pueblo natal. Los familiares, amigos y vecinos participaron en la misa funeral celebrada el Viernes de Dolores. Fue un acto más del reconocimiento por aquel niño que, en unas obras en la iglesia parroquial, fue seducido por los frailes enterrados bajo el piso del templo, que organizaba procesiones con sus amigos y que pedía con insistencia a sus padres: “Vull ser rector”. Al final de su vida aseguraba que, si volviera a nacer, volvería a ser sacerdote.
El Padre Vicente Faubell Zapata nació el 5 de abril de 1932, en el seno de una familia religiosa. Fue el mayor de cinco hermanos. Sus hermanas María y Ángeles recuerdan la normalidad con la que se vivía la fe en el hogar: “Cada domingo íbamos juntos a Misa. Nos sentábamos a la derecha frente al altar, en las sillas que nos traíamos y con una botella de agua para los pequeños. Siempre hemos sentido la iglesia como nuestra casa”. Ahí se alimentaba un deseo que el joven Vicente reproducía entre juegos: había convertido un armario en altar, lo había decorado con multitud de estampas, tenía una copa de vidrio recogida en un bar que hacía de cáliz y se había hecho estolas y casullas.
Entrada en los escolapios de Godella
Ante su insistencia, a los 13 años sus padres decidieron ver cómo responder al deseo del hijo mayor. Dada la imposibilidad de ingresar en el seminario de Tortosa por falta de recursos, se abrió una puerta en los escolapios. Un vecino que vivía en Valencia arregló las cosas para que entrara en Godella. De allí prosiguió sus estudios en Pamplona y en Roma, donde fue ordenado en 1955. Poco antes volvió a La Llosa por primera vez después de siete años. Sus hermanas recuerdan que la gente lo recibió con mucha alegría al saber que sería sacerdote.
Antonio Sanfélix, actual párroco, quiere aprovechar la estima que le tienen para despertar nuevas vocaciones: “Queremos darlo a conocer porque no se puede amar lo que no se conoce. Y su testimonio de sacerdote puede interrogar a los jóvenes en esta vocación tan particular y necesaria”. Sanfélix destaca en el recorrido de Vicente Faubell el papel de la familia, de la comunidad parroquial y de la oración: “De las familias cristianas pueden crecer las vocaciones, las comunidades vivas en el seguimiento a Jesucristo despierten la cautivación por este seguimiento, y la oración tiene un papel muy importante”.
Especialista en Historia de la Educación
Una vez ordenado, el Padre Vicente destacó como investigador en historia de la educación, siempre desde el carisma propio de los escolapios. Impartió clases como catedrático en la Universidad Pontificia de Salamanca y dirigió el Instituto San José de Calasanz de la Universidad Católica de Valencia.
Siempre mantuvo una estrecha vinculación con sus orígenes. Escribió la Historia de La Llosa, publicada poco antes de morir, y es autor de la letra del Himno de La Llosa y del Himne a Sant Felip, patrón local. El colegio público lleva su nombre.Y fue gracias a su intervención que la parroquia cuenta con una reliquia de su titular, San Felipe Neri (foto). Falleció el 18 de junio de 2012 en Madrid, donde se le dio sepultura en el panteón de los Escolapios. Ahora, por expreso deseo de su familia, descansará para siempre en el pueblo que le vio nacer y al que tanto amó durante toda su vida, esperando que su testimonio despierte otros jóvenes a la llamada de Dios.
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