El Obispo de Segorbe-Castellón presenta la carta pastoral para el curso 2024-2025
Puedes leer y descargar AQUÍ la CARTA PASTORAL para el curso 2024-25
D. Casimiro López Llorente ha presentado la carta pastoral que guiará a la Diócesis de Segorbe-Castellón durante el curso 2024-2025. Este documento marca el segundo año de aplicación del Plan Diocesano de Pastoral, centrándose en el acompañamiento espiritual y pastoral.
«Nuestra Iglesia diocesana está llamada a ser una comunidad que acoge, escucha, cuida y acompaña a las personas», afirma el Obispo, estableciendo así el tono para el próximo curso. La carta destaca que el pasado curso estuvo dedicado al Primer Anuncio, mientras que este nuevo período se enfocará en desarrollar una «cultura vocacional del acompañamiento».
D. Casimiro define el acompañamiento espiritual como una relación continuada entre dos personas, donde una ayuda a la otra a «buscar y realizar la voluntad de Dios según su vocación particular», y subraya que esta tarea no es exclusiva de los sacerdotes, sino que también pueden realizarla consagrados y laicos debidamente formados.
López Llorente enfatiza que el acompañamiento debe ser integral, abarcando todas las dimensiones de la persona, y el acompañante debe acercarse «con respeto y reverencia», con el objetivo de «llevar a la persona más y más a Dios en Cristo». Citando al Papa Francisco resalta: «Más que nunca necesitamos de hombres y mujeres que, desde su experiencia de acompañamiento, conozcan los procesos donde campea la prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar, la docilidad al Espíritu, para cuidar entre todos a las ovejas que se nos confían de los lobos que intentan disgregar el rebaño».
Y también hace hincapié en la importancia de la escucha: «Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. Lo primero, en la comunicación con el otro, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual.»
Sobre el papel del acompañante, señala: «El acompañante sabe reconocer que la situación de cada sujeto ante Dios y su vida en gracia es un misterio que nadie puede conocer plenamente desde afuera», y añade que un buen acompañante «siempre invita a querer curarse, a cargar la camilla, a abrazar la cruz, a dejarlo todo, a salir siempre de nuevo a anunciar el Evangelio.»
Para el curso 2024-2025, la carta propone potenciar una «cultura vocacional del acompañamiento» en diferentes ámbitos:
- Con los jóvenes: «favorecer procesos que den respuesta a los problemas reales que sienten y viven los jóvenes».
- Con las familias: «impulsar procesos que ayuden al diálogo dentro de la familia, que refuercen la formación prematrimonial y el seguimiento y acompañamiento de los matrimonios».
- Con personas en situación de vulnerabilidad: «potenciar procesos que nos conduzcan a un cambio de mentalidad a nivel familiar, eclesial y social».
- Con no creyentes: «impulsar procesos que exploren caminos de diálogo y apertura a la dimensión trascendente de la persona».
Del mismo modo, subraya la importancia de la comunidad, afirmando que «la parroquia pasa a ser una comunidad de comunidades», y destaca el papel de los movimientos y asociaciones eclesiales como «verdaderas escuelas» de acompañamiento.
La carta también aborda el papel del sacerdote, considerado «insustituible, como maestro de la Palabra, ministro de los Sacramentos y pastor y guía de la comunidad que se le encomienda».
En la conclusión, el obispo recuerda que «el protagonista es el Espíritu Santo» y que los acompañantes son instrumentos de Dios. Invita a la Diócesis a acometer la tarea del nuevo curso pastoral «unidos al Señor, que nos envía de nuevo a todos a su misión».
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