Jueves Santo de la Cena del Señor: “Jesús nos muestra que nos ama hasta el extremo”
A las 19 h. ha comenzado la celebración de la Cena del Señor de este Jueves Santo, que ha presidido nuestro Obispo, D. Casimiro, en la S.I. Catedral de Segorbe. Ha concelebrado el Deán, D. Federico Caudé, el canónigo, D. José Manuel Beltrán, y el Secretario Particular, D. Ángel Cumbicos, asistiendo Manuel Zarzo, Diácono Permanente.
Cerramos el ciclo cuaresmal y abrimos el triduo Pascual, conmemorando el día en que Jesús, durante la Última Cena, instituyó el don de la Eucaristía, el sacerdocio, y el mandamiento sobre la caridad fraterna. Cristo entra en la noche de Getsemaní y comienza la Pascua del Señor.
Imitamos “aquella memorable cena” que Jesús celebró con sus discípulos antes de padecer, y en la que quiso anticipar sacramentalmente, en los signos del pan y el vino, su entrega total en la cruz, y para perpetuarla instituyó también el misterio sacerdotal. Es el día sacerdotal por excelencia.
«Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta al Señor»
(Ex. 12, 14)
“Nos trasladamos al Cenáculo, donde Jesús se ha reunido con los Apóstoles, se ha reunido con los suyos para celebrar la Pascua”, decía D. Casimiro en el inicio de la homilía, en la que los israelitas conmemoraban el paso del Señor para liberarlos de la esclavitud de Egipto y la Alianza de Dios con su Pueblo.
“Sabiendo que había llegado su hora, de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, «los amó hasta el extremo»”, esto es lo que significa esta celebración, “Jesús nos muestra que nos ama hasta el extremo”, ha recalcado. “Jesús hoy nos da tres dones, tres regalos: la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo del amor”, ha indicado el Obispo.
«Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva»
(1 Cor. 11, 26)
“Jesús nos da el gran regalo, el tesoro más grande que tenemos en nuestra Iglesia, el sacramento de la Eucaristía”, en la que Él “se entrega para liberarnos del pecado y de la muerte”. Y lo hace diciendo: «Haced esto en conmemoración mía». Con este mandato, Jesús instituye la Eucaristía, “el sacramento que perpetúa a lo largo de los siglos esa entrega de Jesús hasta el extremo”.
Teniendo presente la apertura del Año Jubilar, ha indicado que “sin la Eucaristía no habría Iglesia”, sin ella “no haríamos presente a Cristo Jesús, muerto y resucitado para que el mundo tenga vida, y vida eterna”.
Al agradecer el don de la Eucaristía, recordamos y agradecemos también la institución del sacramento del Orden. “Sin sacerdotes no hay Eucaristía”, ha indicado, “y sin Eucaristía no hay Iglesia”. Por ello ha exhortado a acoger y a cuidar a los sacerdotes, “hay que acompañarlos, cuidar de ellos”.
«Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»
(Jn. 13, 15)
D. Casimiro ha invitado a seguir el ejemplo de Jesús, que “nos muestra que solo entregándose hasta el final se encuentra la vida, solo entregando la propia persona se llega a la felicidad”, “no haciendo lo que me plazca”. “El camino para ser verdaderamente humano es el camino del amor, amor entregado y desinteresado”.
El mandamiento nuevo del amor “es la luz que nos ayuda a caminar hacia la felicidad plena, que está en darse, como Jesús nos muestra”. “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, este es el resumen de los mandamientos”, que debemos vivir con las personas que nos encontramos cada día en nuestro caminar, “porque ahí sale Jesús a nuestro encuentro”.
El rito del lavatorio de los pies se hace tal como hizo el Señor, significando su gran amor por los hombres. El Obispo ha lavado los pies a 12 cofrades de la Cofradía de la Verónica de Segorbe.
E
Terminada la Misa se traslada la Eucaristía de forma solemne y es reservada en el monumento para la adoración.
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