Madrid acoge la Asamblea final del Sínodo con representación de la Diócesis de Segorbe-Castellón
El pasado 4 de junio celebrábamos, en la Diócesis de Segorbe-Castellón, la Asamblea de clausura de la fase diocesana del Sínodo, en la que se presentaron la principales aportaciones de los grupos que han participado, recogidas todas ellas en la “Síntesis Diocesana en el Proceso Sinodal”, remitida a la Secretaría del Sínodo de la Conferencia Episcopal Española.
PUEDES CONSULTAR LA SÍNTESIS DIOCESANA AQUÍ
El siguiente paso en todo este proceso, que se inició en octubre de 2021, se dio el sábado pasado en Madrid, en una Asamblea conjunta de todas las diócesis de España para concluir esta etapa del Sínodo. En ella se presentó una síntesis final, recogiéndose todas esas aportaciones recibidas de este proceso sinodal de la Iglesia en España, y que ahora se va a enviará a la Secretaría General del Sínodo.
En esta Asamblea participaron 600 personas de todos los ámbitos eclesiales en España. Estuvieron presentes 58 obispos; el nuncio apostólico en España; 80 sacerdotes; 360 laicos; así como más de 100 representantes de la vida consagrada: religiosas y religiosos, monjas de clausura, miembros de Institutos seculares, vírgenes consagradas; y miembros de otras confesiones religiosas. Entre ellos una delegación de la Diócesis de Segorbe-Castellón encabezada por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
Gran participación de personas y de grupos. El sínodo ha sido el acontecimiento eclesial que más gente ha convocado para un trabajo continuado en la experiencia de la Iglesia en España. Ha multiplicado por 7 el número de personas que participaron en el proceso del Congreso de Laicos.
En este camino compartido han participado en España 14.000 grupos sinodales que han implicado a más de 215.000 personas, en su mayor parte laicos, también consagrados, religiosos, sacerdotes y obispos. Se han involucrado las 70 diócesis, con 13.500 grupos parroquiales, numerosas congregaciones religiosas y 11 CONFER regionales, 215 monasterios de clausura, 20 Cáritas diocesanas, 37 movimientos y asociaciones laicales, 21 institutos seculares.
Lo más valorado ha sido el proceso mismo: una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento. También la continuidad con el Congreso de Laicos de febrero 2020.
Ha crecido con el paso del tiempo. El movimiento sinodal ha ido creciendo con el paso del tiempo superando dificultades ocasionadas por la pandemia, por la fatiga sinodal (en diócesis que ya habían tenido sus procesos) y por la falta de entusiasmo de algunos sacerdotes.
Un tiempo de gracia y de agradecimiento. Ha sido un momento de gracia en la Iglesia en España. Los grupos han mostrado su profundo agradecimiento por este tiempo vivido: un momento de gracia, construido desde la escucha mutua, activa y respetuosa, la apertura para hablar con franqueza, compartiendo experiencias gratificantes y con intercambios constructivos.
Palabras que resuenan con fuerza: Comunión, comunidad, escucha y diálogo, discernimiento corresponsabilidad, formación, presencia pública y misión.
Más fuertes en la escucha que en el discernimiento. Lassíntesis son más un sumatorio de aportaciones, con el deseo de escuchar y recoger todas las voces, que el fruto de un ejercicio de discernimiento, tarea que también es necesaria ya que sinodalidad exige escucha y discernimiento.
Dos ideas fuerza para la misión de la Iglesia: conversión personal y proximidad. Avanzar en el cumplimiento de la misión de la Iglesia requiere por un lado, partir de una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral (oración, sacramentos, formación). Por otro lado; ser Iglesia próxima (prójima): Iglesia que escucha y acompaña. Resulta imprescindible la apertura, la escucha, ir allí donde están quienes nos necesitan y el acompañamiento espiritual.
Para ello:
- Complementariedad y corresponsabilidad. Conviene recordar la complementariedad de las tres vocaciones: laicado, sacerdocio y vida consagrada, todas ellas son una llamada a la santidad en un camino concreto y las tres son imprescindibles: hay que evitar el clericalismo, la falta de compromiso laical o la vida consagrada poco consagrada. Cada uno tiene su identidad y su misión en el campo de la Iglesia.
- Necesidad de la formación. Llamada a una formación continua de todos y en todos los temas de la vida pública y de la enseñanza de la Iglesia.
Temas con clara incidencia
- El papel de los laicos y de la mujer, de manera muy especial, en los órganos de responsabilidad y de decisión en la Iglesia.
- Los abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia, evidenciando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación.
- Necesidad de institucionalizar y potenciar los ministerios laicales.
Tres llamadas entrelazadas
- Crecer en sinodalidad. y que este mismo espíritu guíe la vida diocesana y la de toda la Iglesia. Esto exige formación en sinodalidad, capacidad de acogida, escucha activa, comprensión, acompañamiento y discernimiento. Dar cabida a las preguntas con el fin de conocer, a partir de la escucha abierta a las aportaciones de todos, el plan de Dios para este tiempo y para este lugar.
- Promover la participación de los laicos. Definir los asuntos respecto de los cuales la participación de los cristianos laicos tuviera carácter decisorio, especialmente en aquellos campos que son más propios de su vocación en el mundo.
- Superar el clericalismo. Superación del clericalismo como una inercia de tiempos pasados, en los que todas las responsabilidades recaían en la figura del sacerdote. Esa superación implica también vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia.
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