Manila acogerá a una Hermana de la Consolación de nuestra Diócesis
El próximo 28 de septiembre, y sin fecha de regreso, la Hermana de Nuestra Señora de la Consolación, Inmaculada Agost Abril, pondrá rumbo a Manila (Filipinas) en misión para ayudar a jóvenes que se están preparando para ser Hermanas de la Consolación, y en el proyecto social «Makopa», una guardería de niños de 3 y 4 años.
La Hermana Inmaculada descubrió su vocación a través de un voluntariado del mismo colegio de Nuestra Señora de la Consolación, donde ella era alumna, para estar al servicio de los enfermos del Hospital Provincial. Fueron ellos, los enfermos, los que «cambiaron mi escala de valores», confiesa Inmaculada. Mañana hará siete años que Inmaculada se consagró a Dios.
Adentrarse en el mundo del dolor con rostros concretos le hizo «descubrir la consolación de Dios en los gestos más humanos y sencillos, como coger la mano al anciano que estaba solo, sonreír o escuchar con atención al enfermo». «Dios silenciosamente entró en mi vida y cogió de tal forma mi corazón que sólo podía responderle consolando como Él me había consolado». Y a esto va a Manila, «a vivir la vocación que Dios me ha regalado, ser Hermana de la Consolación abierta a los rostros que Dios me llame a consolar en Filipinas, con la certeza de que la verdadera Consolación es Él», testimonia la Hermana.
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