Manos Unidas sigue trabajando para paliar los efectos de la pandemia entre los más desfavorecidos del planeta
La delegación de Manos Unidas Castellón ha permanecido cerrada durante el periodo de confinamiento, no así las voluntarias, que desde sus hogares han seguido manteniendo contacto telefónico y trabajando según permitían las circunstancias.
Por esta razón, algunas de las actividades previstas durante este tiempo se han tenido que anular, como es el caso de la Asamblea Nacional de delegadas y la Asamblea Diocesana, que en este mes de junio se suele realizar en alguna comarcal. Precisamente, la presidenta-delegada, Amparo Faulí, hace ahora un año que asumió el cargo.
No obstante, desde enero hasta mediados de marzo se han podido realizar cuatro de las diez Cenas de Hambre programadas en la ciudad de Castellón, y tres de las diez programadas en el resto de la Diócesis. También se pudieron realizar las colectas del segundo domingo de febrero, así como la campaña en medios de comunicación y centros educativos, llevada por el misionero camerunés Marcel Bikongnyuy.
Las actividades se irán retomando a partir de septiembre, según permitan las circunstancias, para poder responder a la financiación de los proyectos de desarrollo con los cuales Manos Unidas Castellón se ha comprometido, teniendo que realizar un esfuerzo extra debido a que la pandemia también está afectando a los pueblos más desfavorecidos. En este sentido, la ONG católica está aportando ayuda de emergencia para paliar las necesidades más básicas, como productos de higiene y alimentos.
La delegación en Castellón permanecerá abierta en horario de lunes a viernes, de 10 a 13,30 horas, y la cuenta de emergencia que se ha abierto para hacer frente a las consecuencias del coronavirus es:
ES42 0049 6791 7420 1600 0102
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