Miércoles de Ceniza 2022: Iniciamos “un tiempo para recuperar a Dios en nuestra vida”
D. Casimiro ha presidido esta mañana la Santa Misa del Miércoles de Ceniza en el Seminario Menor, Segorbe, que ha congregado a los alumnos de los colegios diocesanos de La Milagrosa y del Seminario Menor, así como a las directivas y al equipo docente de ambos centros educativos.
«Rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso»
Nuestro Obispo ha reflexionado en la homilía sobre el sentido y el significado de la Cuaresma, “son 40 días de preparación para la Pascua y para el encuentro con el Señor”, ha explicado. Es un tiempo, pero también es “un camino de preparación a la Pascua del Señor, a la muerte y resurrección de Jesús, pero que en esta ocasión tiene también una meta, prepararnos para celebrar el Año Jubilar diocesano, que comenzaremos el Martes Santo”, ha recordado. Es un tiempo “que nos recuerda nuestro caminar hacia el encuentro con el Padre Dios”, ha continuado, “hacia el encuentro definitivo con el Señor”.
«En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé»
Muchas veces nos despistamos en este caminar, y la Cuaresma “nos llama a la conversión, a volver nuestra mirada y nuestro corazón a Aquel de quien venimos y hacia el que caminamos, que es Jesús, camino, verdad y vida”. “Cuantas veces vivimos como si Dios no existiera”, perdiendo de vista “el camino, que es Jesús”, pues este es “un tiempo para recuperar a Dios en nuestra vida”.
«y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
Para ello ha exhortado a poner en práctica el trípode de Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración. Es un tiempo de oración, “para orar, es decir, para estar con Dios, para escucharle”. Es un tiempo de ayunar, que se expresa en la comida, pero abarca todas las dimensiones de la vida, de tantas cosas que nos estorban para estar atentos a Dios y a las necesidades de los demás. Y es un tiempo de limosna, como actitud de misericordia hacia los pobres y necesitados, de los que no podemos desentendernos, ejercitándonos en el amor fraterno.
El Obispo también ha recordado que hoy, acogiendo el llamamiento del Papa Francisco, celebramos una Jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania. “Es terrible ver esas escenas de los edificios, de las personas muriendo, también niños, de las familias que tienen que huir ante la invasión”, ha lamentado. En este sentido ha animado a colaborar en las campañas que varias entidades de la Iglesia han puesto en marcha para recaudar fondos para enviar a Ucrania.
Del mismo modo, ha citado el mensaje del Papa para la Cuaresma 2022, «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga. 6,9-10a).
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