Moncofa celebra el 600 aniversario del Desembarco de Santa María Magdalena: “discípula, testigo y misionera del Señor”
Moncofa está en plenos festejos de Santa María Magdalena, celebrando este año el 600 aniversario del Desembarco (1423-2023), declarado Fiesta de Interés Turístico Provincial. Todos los vecinos y vecinas del municipio esperan con ilusión este acto cada mes de julio, que tuvo lugar ayer, lunes 24.
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A las 18.45 h. daba comienzo la ofrenda en la ermita por parte de todas las festeras y corte de honor. Posteriormente, en este año tan especial de la Fiesta de la Ermita, los moncofinos recibieron a su patrona Santa María Magdalena por la orilla del mar, saliendo en procesión desde la ermita.
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Tras el Desembarco, como es ya tradición, se recitaron los versos y continuaron en procesión hasta la ermita, donde se celebró la Misa, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
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Como si fuera un barco, Santa María Magdalena “quiere guiar también esta nave que es vuestra comunidad parroquial por los mares de esta vida. Es lo que hace el patrón, el que especialmente en la tempestad ayuda a que el barco navegue hacia buen puerto, hacia puerto seguro”, dijo en al comienzo de la homilía.
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Ella es “una discípula del Señor, la testigo de su vida y de su resurrección”, recordó. También “la segunda misionera en la historia”, tras la Virgen María. Formaba parte “del grupo que seguía a Jesús, fue la mujer pecadora a la que perdono Jesús, aquella de la que fueron expulsados varios demonios, por eso le seguía con más amor, con más intensidad. Ella acogió la palabra que Jesús iba proclamando y se dejó convertir en su corazón cada vez más al Señor”, explicó.
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También fue testigo “de la palabra, de las obras, de los milagros de Jesús. Ella, junto con las otras mujeres y María, la madre de Jesús, fue testigo directo del caminar hacia el calvario, de la crucifixión, de la muerte y del enterramiento de Jesús”. Pero también de la resurrección, porque “fue elegida por Jesús para ser la primera que se encontrase con Él en esa nueva forma de vida, resucitado, para que todo el que crea en Él tenga vida y vida eterna”.
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Y ella es misionera, porque recibe el encargo de Jesús “de ir a comunicar a sus hermanos lo que ha visto”, y “llena de alegría por haberse encontrado con el Señor corre hacia Jerusalén para anunciar a los discípulos, a los apóstoles encerrados en una sala por miedo a los judíos, que el Señor había resucitado”.
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D. Casimiro animó a fijarse en estos rasgos de Santa María Magdalena, gran modelo para los cristianos. “Si queremos realmente que nuestra devoción a la Magdalena no sea una tradición anual, sino que realmente ella sea nuestra patrona y guíe los caminos de nuestra vida, tanto personal como familiar o comunitaria, tenemos que seguir estos rasgos”. Ser de verdad discípulos del Señor.
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