La parroquia implica todos los niños de Montanejos en el Belén Viviente
A pesar de que el ritmo fuerte de Montanejos es en verano, la parroquia de Santiago Apóstol sigue activa en invierno. El sábado pasado se organizó un Belén viviente con los niños de la población, tanto aquellos que están haciendo la catequesis de primera comunión como los que son de fuera y vienen por las fiestas. El párroco, D. José Miguel Sala, asegura que es un medio para que los más pequeños descubran el sentido de la Navidad.
El Belén viviente de la parroquia de Montanejos comenzó hace tres años como un recurso catequético para los niños. “En una sociedad en la que todo es consumismo, tienen que descubrir desde pequeños tienen el sentido de Navidad”, explica D. José Miguel Sala.
El acto comienza en la plaza pública, desde donde se va en procesión hasta la iglesia parroquial. Allí entran José y María con el Niño, que este año ha sido un bebé de pocos meses. Les siguen los pastores y los reyes que hacen un gesto de adoración. Todos acaban cantando villancicos.
En la organización están implicados catequistas y padres para hacer los vestidos de los niños y la decoración. El párroco ha manifestado su agradecimiento por su implicación y anima a seguir comprometidos con la parroquia.
Con pobres y enfermos
Durante las fiestas navideñas la iglesia es la referencia de otras actividades. Este año la cabalgata municipal los reyes llegarán ante la parroquia, y entrarán a adorar al Niño. A la ropa que se ha recogido durante el Adviento para Cáritas, se unirán los productos de alimentación reunidos con motivo de una carrera solidaria el dos de enero.
Y durante la visita de los enfermos de diciembre, el párroco obsequiará los feligreses con una planta de Navidad y les acercará la imagen del Niño Dios. Entre ellos están Asensio y Josefina, un matrimonio de 105 y 100 años respectivamente, o Dolores, de 97. “Es una manera de acercar la caricia de Dios a las personas que forman parte de la comunidad parroquial pero no pueden participar por enfermedad o por ser demasiado mayores”, explica D. José Miguel Sala.
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