Ordenación de tres nuevos sacerdotes, «para aprender a vivir, a sufrir y a actuar con Cristo, por Él y como Él»
Desde este mediodía, la Diócesis de Segorbe-Castellón cuenta con tres nuevos sacerdotes. Se trata de David Vázquez de 27 años y natural de Morón de la Frontera (Sevilla); Wilson González, que tiene 31 años y es de Santo Domingo (República Dominicana); y de Jae Kang Albino Hang, de 37 años y natural de Corea del Sur. Formados en el Seminario Internacional Redemptoris Mater de Betxí, han recibido, a través de la imposición de las manos de nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, el Sacramento del Orden Sacerdotal en la S. I. Concatedral de Santa María, en Castellón, consagrándose así al Ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios.
Familiares, amigos y hermanos de sus respectivas comunidades han participado en esta celebración que alegra, fortalece y alienta a la Iglesia de Segorbe-Castellón gracias a la generosa respuesta de los jóvenes sacerdotes a los que hoy Cristo ha consagrado y enviado a la misión sacerdotal por la fuerza del Espíritu. A partir de hoy, David Vázquez, Wilson González y Jae Kang Albino harán presente a Jesucristo sirviendo a la Iglesia, cumpliendo así con la misión de ser sal de la tierra y luz del mundo entre las gentes de la Diócesis, anunciando el Evangelio como ministros de los sacramentos y de la Eucaristía.
Proclamación de la Palabra
Tras la proclamación de la Palabra ha dado comienzo el Rito del Orden Sacerdotal, siendo los candidatos llamados, por su nombre, por el Rector del Seminario Redemptoris Mater, D. Pablo Vela, superior que los ha presentado ante el Obispo de la Diócesis como dignos de recibir la ordenación sacerdotal por parte De la Iglesia, dando paso a la homilía de D. Casimiro.
Tras el saludo inicial a los sacerdotes concelebrantes, al Cabildo de la Concatedral, a los Vicarios, a los rectores de los seminarios y los ordenados, también a seminaristas y consagradas presentes en la celebración, se ha dirigido a los padres y familiares. Lo ha hecho, especialmente, a través del canal de youtube de la Diócesis a los padres de Wilson González que han seguido en directo la ordenación de su hijo; y también a los presentes, padres de David González y, en coreano, a los padres y familiares de Jae Kang Albino, lo que ha supuesto un aplauso espontáneo en agradecimiento sincero hacia nuestro Obispo, D. Casimiro.
En alusión al Salmo cantado: «El Señor es mi Pastor, nada me falta», ha comenzado la homilía de D. Casimiro que ha dado gracias a Dios «porque hoy nos regala tres nuevos sacerdotes» para así solicitar de todos los presentes «la renovación de nuestro agradecimiento a Dios por el don del sacerdocio». Nuestro Obispo ha puesto en valor el Ministerio sacerdotal citando a San Pablo, porque el sacerdocio, ha dicho, «es una gracia preciosa, renovadora y sacramental de la presencia del Buen Pastor que camina y cuida de su pueblo llamando hombres a este Ministerio». Así ha solicitado al Señor, en nombre de todos los sacerdotes presentes «que nos conceda la Gracia de hacernos cada día más conscientes del don inmenso que hemos recibido para no cansarnos de vivirlo en servicio a nuestros hermanos, y para no dejar de pedirle que siga enviando pastores a su pueblo».
«Lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá»
La homilía se ha centrado en tres pilares fundamentales: la elección de Dios para que estos tres nuevos sacerdotes sean «amigos de Jesús»; consagrados a Él «para siempre»; y «enviados para ser pastores del Pueblo de Dios».
«No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo el que os ha elegido, dice el Señor», ha resaltado D. Casimiro, quien les ha hecho saber que «os ha elegido a pesar de vuestra pobreza y de vuestra debilidad, os hizo sus amigos y os elige para ser, en su nombre, pastores del Pueblo santo de Dios, no lo olvidéis nunca». La elección de Dios para el sacerdocio ordenado, ha dicho el Obispo, «es un gran regalo del amor del Señor para cada uno de vosotros pues llegáis al sacerdocio, no por méritos propios, sino por el amor de Jesús a cada uno», dirigiéndose a los tres diáconos. De hecho, ha enfatizado, «en este día de vuestra ordenación Jesús, además os dice, ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos», destacando que este es realmente el significado profundo de ser sacerdote, «ser amigo de Jesucristo y comprometeros con esta amistad cada día; amistad de pensamiento, de voluntad, de sentimientos de vida y de acción que implica conocer a Jesús de una manera cada vez más personal, dejándoos encontrar por Él, en la oración, en la escucha orante de la Palabra, en la Eucaristía, en las personas que pone en vuestro camino o en los acontecimientos de cada día para que calen en vuestro corazón hasta identificaros con Él para desempeñar el servicio sacerdotal y llevar a Cristo y su Evangelio a los hombres y mujeres de hoy».
Partiendo del texto de las lecturas proclamadas en la liturgia de la Palabra (Juan 15, 9-17), D. Casimiro ha instruido al pueblo y a los elegidos sobre el Ministerio de los presbíteros. «Esto os mando, que os améis unos a otros como yo os he amado», ha dicho el Obispo recordando el Evangelio para incidir en que ser sacerdote es «ser hombre de oración para aprender a vivir, a sufrir y a actuar con Cristo por Él y como Él». Les ha exhortado a mantener la amistad con Cristo desde la comunión con el Obispo, con sus hermanos sacerdotes y en el amor y la cercanía al santo Pueblo de Dios. «Solo unidos a Cristo y en el amor al hermano tenemos la garantía de permanecer en el amor de Dios». Por ello les ha invitado a “no caer en el rencor, los chismes, las críticas o las envidias” porque así, ha dicho «no permanecemos en el amor de Dios, sino que nos engañamos a nosotros mismos».
Respecto a su consagración como sacerdotes, nuestro Obispo ha recordado a los ordenados que quedarán «capacitados para santificar en nombre de Cristo, el sumo y eterno Sacerdote. Ello pide de vosotros una permanente conversión a Él y una identificación profunda con Aquel a quien vais representar». En el ejercicio del sacerdocio, ha dicho D. Casimiro, «vais a ser, en nombre de Cristo, rectores y guías de la comunidad», solicitando para los tres «que Jesucristo, el Buen Pastor, os conceda crecer cada día en caridad pastoral y en amor a los fieles; que los améis con entrañas de padre, los acompañéis y dirijáis con auténtico espíritu de servicio; que descubráis cada día su presencia en los más pobres y sencillos, en los enfermos, los ancianos, los niños y los jóvenes, amando y sirviendo a todos».
Citando la exhortación de San Pedro de la segunda lectura de la liturgia de la Palabra, D. Casimiro ha recordado el modo de obrar de los pastores del Pueblo de Dios, que es, ha dicho, «un verdadero programa de vida para vosotros que comenzáis hoy vuestro Ministerio como presbíteros». Los ha invitado «a pastorear el rebaño de Dios como testigos auténticos», llevando lo que han visto y oído, y lo que viven en su encuentro con el Señor, «al pueblo que se os encomiende porque el único modo de responder a la misión que se nos ha encomendado es la generosidad de nuestra entrega, sin pensar en la ganancia, el éxito personal o pastoral, el reconocimiento o un futuro brillante».
La homilía ha finalizado pidiendo la intercesión de María, «la Redemptoris Mater y Mater Dei, os mantenga siempre en el amor a su Hijo, el Buen Pastor, os proteja y aliente en la nueva etapa de vuestra vida, que ahora va a comenzar con vuestra ordenación sacerdotal».
Rito del Orden Sacerdotal
Frente al Obispo de la Diócesis, los ordenados han expresado públicamente su deseo de ser sacerdotes prometiendo ser fieles en el cumplimiento de su ministerio sacerdotal, en la predicación de la Palabra de Dios, en la celebración de los sacramentos y en la oración asidua, así como obediencia a la Iglesia en la persona del Papa, del Obispo y de sus superiores.
Así se ha dado paso al rito central de la celebración litúrgica, con los elegidos postrados en tierra en señal de humildad, de amor y de donación a Dios que les ha llamado, y se han cantado las letanías de los Santos pidiendo su intercesión por los ordenados.
Arrodillados ante el Obispo de nuestra Diócesis, mediante la imposición de sus manos les ha sido transmitido el poder sacramental del Espíritu Santo siendo acompañados por toda la Asamblea en pie y en oración silenciosa, dando paso a la oración consagratoria de D. Casimiro quien, ha elevado súplica al Padre Todopoderoso para conferir a David Vázquez, Wilson González y Jae Kang Albino, la dignidad del presbiterado, renovando en su corazón el Espíritu de santidad, recibiendo de Él, el segundo grado del Ministerio Sacerdotal y sean, con su conducta, ejemplo de vida.
A continuación se les ha investido con los ornamentos sacerdotales, les han sido ungidas las manos con el Santo Crisma y se les ha entregado la patena con el pan y el cáliz con el vino, como gesto concluyente del rito a través del cual los tres han sido ordenados sacerdotes para celebrar el sacrificio eucarístico y participar en el sufrimiento y la cruz redentora del Señor.
El rito ha finalizado con el abrazo de la paz, que D. Casimiro ha dado a los tres nuevos sacerdotes, como signo de caridad sacerdotal.
A continuación se ha celebrado la liturgia Eucarística, en la que han concelebrado, junto a nuestro Obispo, los tres nuevos sacerdotes, dando paso al rito de la Comunión.
Antes de la bendición final, D. Casimiro ha anunciado a la Asamblea la misión encomendada a cada uno de ellos que, a partir del próximo lunes, D.M., David Vázquez la tendrá como Vicario Parroquial de Santo Tomas de Villanueva, en Benicàssim, y Adscrito a la parroquia de Oropesa del Mar; Jae Kang Albino como Vicario Parroquial de Nules; y Wilson González como Vicario Parroquial de Nules y sacerdote encargado de Bejís, Teresa y Torás, y que con estas encomiendas aprendan a ejercer el Ministerio invitándoles a ser Iglesia «en salida y en misión».
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