Por los que han apagado su voz. Conmemoración de los Fieles Difuntos
Mons. Casimiro López oficiará mañana, 1 de noviembre, la Eucaristía en el Cementerio de Castellón a las 10:30h y en el de Segorbe a las 16h
El próximo viernes, día 2 de Noviembre, la Iglesia celebra – como cada año – la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Esto es, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos los que han muerto en este mundo – los fieles difuntos -, pero aún no pueden gozar de la presencia de Dios porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma. La Iglesia llama «Purgatorio» a esa purificación.
Aunque la Iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón. Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.
A veces surge la siguiente pregunta: ¿Por qué celebrar una Eucaristía por los difuntos? Pudiéndose conmemorar a los fallecidos de otras formas… El papa San Gregorio Magno lo explicó muy bien: «Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso». Es por esto la gran importancia – y necesidad – de enmarcar y conmemorar a los difuntos en la celebración de la Eucaristía.
Por otro lado, es importante no confundir el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. El primero se enmarca dentro de un día de fiesta, mientras que el segundo queda encuadrado en un ambiente de oración. Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones, llamadas sufragios, y la Misa para que los fieles difuntos lleguen a la presencia de Dios. Hay pues, una gran diferencia en la fiesta del día primero de noviembre y el ambiente de oración y sacrificio del día dos.
Por su parte, el Día de Todos los Santos nos recuerda quiénes son estas personas. Que no fueron diferentes a nosotros, sino personas comunes, de diferentes edades, condiciones o color de piel. Algunas llevaron una vida muy humilde, otras tenían muchas riquezas, y otras no conocían a Dios, hasta que se encontraron con Jesucristo y decidieron seguirle. Esto nos recuerda que todos estamos llamados a ser santos. ¿Cómo? San Juan Pablo II invitó a vivir la santidad en numerosas ocasiones, llevó al altar a muchos santos e incluso él llevó una vida de santidad. Este Papa nos dice que para ser santos hay que rezar, participar en la Eucaristía y comulgar, confesarse, escuchar la Palabra de Dios y anunciarla, es decir, ser misioneros, llevar a otros la alegría de encontrarse con Jesús a través de la palabra y el modo de vivir.
Misas presididas por el Sr. Obispo, mañana, día 1 de noviembre
Cementerio de Castellón, a las 10:30h.
Cementerio de Segorbe, a las 16h.
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