«¿Qué sería del mundo si no existieran los religiosos?»
«En realidad, la vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que «indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana» y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo». San Juan Pablo II, ‘Vita Consecrata‘, 25 de marzo de 1996.
El próximo jueves, 2 de febrero, la Diócesis de Segorbe-Castellón estará de conmemoración por la Presentación del Señor y Día de la Vida Consagrada. Por este motivo, nuestro Obispo, don Casimiro López Llorente, presidirá la Santa Misa en la Concatedral a las 19 horas, a la que invita a todos los feligreses a participar en una fiesta tan importante para la Diócesis y la Iglesia.
Nuestra Diócesis lleva ya veinte años celebrando esta fecha, tan significativa para la Iglesia que diversos Papas se han preocupado en hablar y reflexionar sobre este tema. Tanto es así, que San Juan Pablo II decidió en marzo de 1996 convocar un Sínodo para profundizar en su significado y perspectivas, y afirma en su Exhortación apostólica Vita Consecrata: «La presencia universal de la vida consagrada y el carácter evangélico de su testimonio muestran con toda evidencia que no es una realidad aislada y marginal, sino que abarca a toda la Iglesia. Los Obispos en el Sínodo lo han confirmado muchas veces: «de re nostra agitur», «es algo que nos afecta»».
San Juan Pablo II fue el primer Papa en celebrar la I Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el 2 de febrero de 1997, lanzando un mensaje de vida para toda la Iglesia: «La misión de la vida consagrada en el presente y en el futuro de la Iglesia, en el umbral del tercer milenio, no se refiere sólo a quienes han recibido este especial carisma, sino a toda la comunidad cristiana».
Por su parte, en la homilía como nuevo Papa en la X Jornada Mundial de la Vida Consagrada, Benedicto XVI expresó que gracias a quienes viven la vida consagrada, el resto del mundo es capaz de ver a Dios: «Vuestro modo de vivir y de trabajar puede manifestar sin atenuaciones la plena pertenencia al único Señor; vuestro completo abandono en las manos de Cristo y de la Iglesia es un anuncio fuerte y claro de la presencia de Dios con un lenguaje comprensible para nuestros contemporáneos. Este es el primer servicio que la vida consagrada presta a la Iglesia y al mundo».
El Papa Francisco tuvo, justo hace un año, coincidiendo con la clausura del Año dedicado a los religiosos, una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano con consagrados y consagradas en el Jubileo de la Vida Consagrada, a los que les preguntó: «¿Sus corazones, ante este disminuir de las vocaciones, rezan con intensidad? Nuestra congregación tiene necesidad de hijos, nuestra congregación tiene necesidad de hijas… El Señor, que ha sido tan generoso, no faltará a su promesa. Pero debemos pedirlo. Debemos tocar la puerta de su corazón».
En la Diócesis de Segorbe-Castellón actualmente están presentes 23 comunidades de vida religiosa, entre las de vida contemplativa, vida activa y vida apostólica. La tarea evangelizadora de estas comunidades en la Diócesis es tan amplia como comunidades hay, ya que cada una tiene un papel distinto. Por ejemplo, La Consolación, los Salesianos de Burriana o Los Escolapios de Castellón tienen una importante misión educadora en los colegios, Las Terciaras Capuchinas de Segorbe tienen un colegio internado de menores, y las de Nules, el centro de acogida ‘Plana Baixa’; por su obra social están Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, las Hijas de San Vicente de Paul o Las Siervas de la Pasión con la ‘Casa cuna’, una casa que acoge a mujeres embarazadas en riesgo de exclusión social. A través de las parroquias, en Vila-Real están los Franciscanos, y los Mercedarios en Castellón, que también animan la presencia de la Iglesia en los centros penitenciarios. Entre los que disponen de casas de ejercicios espirituales están los Carmelitas, Carmelitas Misioneras y Carmelitas Misioneras Teresianas que atienden el Desierto de las Palmas. Los Agustinos, por un lado, tienen una Iglesia en el centro de Castellón dedicada al culto, mientras que las Agustinas, situadas en el barrio de Montornés de Benicasim, poseen una casa de ejercicios con hospedería. Las Angélicas, presentes en Almenara, han dado la primera Santa canonizada nacida en la Diócesis.
Por su parte, existe una orden muy especial y digna de mención con una misión particular: la oración permanente durante 24 horas por los sacerdotes. Ellas son las ‘Oblatas de Cristo Sacerdote‘. Una de las peculiaridades de la orden es que cuenta con diversos monasterios alrededor de España y uno de ellos se encuentra en Valencia, en Moncada, en la misma provincia eclesiástica que nuestra Diócesis. El pasado fin de semana pudimos entrevistar a algunas de ellas, como podrán leer en la última página de La Hoja.
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