Stella Maris: «el hogar de los marinos lejos del hogar»
Seis años del Apostolado del Mar en la Diócesis de Segorbe-Castellón
Hoy, Solemnidad de la Virgen del Carmen, las gentes del mar veneran a su Patrona. también este año, coincidiendo con las festividad de San pedro, se ha cumplido el sexto aniversario del Apostolado del Mar, «Stella Maris» con sede en el Puerto de Castellón, aunque este servicio de permanente cercanía a la gente del mar desde la fe, a nivel mundial, cumplió su primer centenario el pasado año.
Los cien años de historia de Stella Maris están llenos de momentos en que los testigos de la fe cristiana han iluminado la vida de los hombres y de las mujeres del mar y está presente, de un modo muy cercano, en las parroquias marineras como la de San Pedro, del Grao de Castellón (desde 2015), donde su párroco, Albert Arrufat, y los voluntarios que sirven en este apostolado de nuestra Diócesis están al servicio del bienestar de los marinos de la marina mercante en el puerto de Castelló, y presencia de la Iglesia como servicio humano y espiritual para las tripulaciones de los grandes buques mercantes que recalan en el puerto comercial, así como en puertos cercanos por ser el único Stella Maris de la Diócesis.
La presencia y el testimonio de Stella Maris en nuestra Diócesis va más allá del acompañamiento a los marineros pues, tal como afirma Albert Arrufat, «nuestra presencia y nuestra relación con ellos, conlleva también un contacto directo directo con todas las instituciones marítimas, sobre todo del puerto: la autoridad portuaria y sus trabajadores, las empresas consignatarias y las empresas auxiliares que están dentro del puerto, haciendo que el testimonio de Iglesia sea muy amplio». Reconoce que son un pequeño eslabón de la amplísima cadena del comercio a nivel mundial, de hecho, asegura, «así se demuestra cuando hay se produce algún accidente o el abandono de un barco, pues los que más sufren las consecuencias son las personas qué están en el interior de los barcos (marineros) pero también los que están fueras (estibadores), y que muchas veces se juegan la vida». Por ello, fieles a su lema de ser «el hogar de los marineros lejos del hogar, nos mantenemos a su lado que, muchas veces, es más que facilitar una casa o la comunicación con los suyos».
Tal como reconoció el Papa Francisco, el apostolado del mar está presente en más de 300 puertos de todo el mundo «ofreciendo asistencia espiritual y material a marineros, pescadores y a sus familias». También destacó la importancia de la industria marítima y de la gente del mar para la economía y el sustento de la sociedad mundial, y transmitió a los pescadores y marineros su profundo aprecio y su aliento. El Papa hizo un llamamiento al especial cuidado de la vida de los profesionales del mar, que está marcada por el aislamiento y la lejanía, también por el abuso y la injusticia, por los peligros de la naturaleza y por los ataques de la piratería y del terrorismo. La Iglesia ha nacido entre las gentes del mar, siendo maestra en el acompañamiento de los problemas y de las vidas de los marineros.
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