El Papa Francisco visita a los últimos cristianos de Irak
El Papa Francisco acaba de llegar a Irak para realizar una visita que durará hasta el próximo lunes, 8 de marzo. Es la primera vez que un Santo Padre visita este país, y es el primer viaje apostólico del Papa tras el parón que ha provocado el Covid-19.
El cristianismo llegó en el siglo I a Irak de la mano del apóstol Santo Tomás, y, como recoge la Biblia, Irak es la casa de Abraham y el lugar de Nínive, a donde fue enviado por Dios el profeta Jonás. Pero la Iglesia de este país se encuentra hoy en riesgo de desaparecer, pues la comunidad cristiana se ve año a año mermada ante la discriminación, la falta de futuro, la emigración y los ataques terroristas.
Una Iglesia pequeña, mártir y pobre, pero imprescindible
Francisco transmitirá un mensaje de cercanía y aliento a la castigada minoría cristiana que queda en el país (menos del 1% de la población) y que se ha mantenido heroica en la fe a pesar de tanto sufrimiento. Pretende también llevar consuelo a todo el pueblo iraquí y establecer puentes de diálogo y acercamiento entre las distintas religiones.
La historia de los cristianos de Irak es una historia de martirio y testimonio de la fe hasta entregar la vida. En estos últimos años, y especialmente tras la caída de Sadam Hussein en 2003, se han sucedido continuos ataques contra iglesias, secuestros y asesinatos de cristianos por parte del creciente yihadismo islámico. En los años anteriores a 2003, los cristianos iraquíes llegaron a ser un millón y medio (6%). Hoy en día, quizás queden menos de 250.000.
Sin ellos no hay diálogo, ni convivencia, ni paz en una sociedad dividida por el odio. Estos cristianos de Irak son únicos. Son luz y sal. Con su presencia, están cambiando el corazón herido de su país. Hoy son minoría y tienen grandes dificultades para acceder a puestos de trabajo que les permitan reconstruir sus casas e iniciar una nueva vida. Por esta razón, son muchos los que ven en la emigración la única salida.
El trabajo de Ayuda a la Iglesia Necesitada
Ayuda a la Iglesia Necesitada está, desde 1972, apoyando a la Iglesia local iraquí con proyectos pastorales, de construcción y humanitarios. En los últimos diez años, ha sido permanente su apoyo a las necesidades materiales y espirituales de estos hermanos nuestros para que puedan mantenerse y salir adelante.
Es una Iglesia pobre, y por ello trabajan en la reconstrucción como posibilidad de supervivencia del cristianismo a largo plazo:
- Incentivando el reasentamiento: animando a las familias a regresar desde Kurdistán o el extranjero a sus hogares en las llanuras de Nínive, haciendo de estas ciudades lugares más atractivos para vivir. Los núcleos de población cristiana estables en Nínive serán especialmente importantes si, como muchos esperan, el Kurdistán se separa algún día y no pueden anexionarse pueblos cercanos a Mosul.
- Reduciendo la emigración: Ofreciendo a los cristianos iraquíes, especialmente a los jóvenes, fuertes vínculos comunitarios y oportunidades de empleo adicionales, que limiten su deseo de emigrar. Lugares como los salones de bodas y las guarderías fomentan la vida comunitaria mientras que también ofrecen oportunidades de empleo limitadas. La emigración perjudica directamente a las Iglesias Caldea, Católica Siriaca y Siro-Ortodoxa, que luchan por mantener vivos sus ritos mientras están dispersas por países occidentales fuertemente secularizados.
- Fortaleciendo las Iglesias locales: Ayudando a las Iglesias locales a proclamar y vivir el Evangelio, reparando infraestructuras críticas, como iglesias y salones parroquiales.
Unidos a la Intención de Oración del Papa
«Recemos para que las comunidades cristianas, en especial aquellas que son perseguidas, sientan la cercanía de Cristo y tengan sus derechos reconocidos».