Mons. Munilla medita junto a los sacerdotes en el Retiro de Adviento
El Obispo de Orihuela-Alicante ha dirigido el Retiro de Adviento de los sacerdotes de la Diócesis
Con el rezo del Ángelus comenzaba esta mañana el Retiro de Adviento de los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón que se incluye en el programa de retiros anual organizado por la Vicaría para el Clero y que hoy se ha celebrado en la Casa de la Sagrada Familia de las Hijas de la Caridad, en Castellnovo.
Mons. Munilla ha compartido dos reflexiones con los, más de medio centenar de sacerdototes, que han podido acudir al encuentro, y que han versado sobre «la espiritualidad humilde».
Solo por hoy
La primera de ellas, basada en el Decálogo de la Serenidad de San Juan XXIII, que recoge diez actitudes o consejos de vida con un denominador común. Todos ellos empiezan con la expresión «solo por hoy». El objetivo de la reflexión, tal como ha expresado el prelado ha sido subrayar la sabiduría de esta expresión y que «está basada en la espiritualidad de vivir el momento presente y entenderlo como un don de Dios». Es un «kairós», ha dicho Mons. Munilla, «un un momento de gracia que Dios me entrega para vivirlo sin distraerme, sin alienarme pensando en lo que haré mañana, sin permitir el agobio o la tentación de pensar que no voy a ser capaz o no voy a tener fuerzas».
En este sentido, el Obispo de Orihuela-Alicante les ha exhortado a concentrarse en el «solo por hoy» para «evitar caer en la tentación de lo que toca o no toca». En este sentido ha afirmado que el decálogo «ayuda al discernimiento y nos libera de descarrilarnos del momento presente».
Centrarse en el «solo por hoy» cuando nos vemos débiles o frágiles hace que tengamos más fuerza y más energía en este momento pues «Dios permite, aunque sea solo por hoy, ser fiel». Y si la tentación lleva a plantearse lo que ocurrirá mañana, el hecho de haberlo superado solo por hoy, «nos da fuerza y energía, aumentando la autoestima y llenándome de gozo y alegría». En contraposición a la espiritualidad del «solo por hoy», se ha referido al «no te negaré» de San Pedro a Jesús (Mt, 26:35) que más tarde se comprobó que «no era más que una autoafirmación y una falsa seguridad de sí mismo que luego no fue capaz de mantener».
La expresión «solo por hoy», ha afirmado Mons. Munilla, «nos ayuda a tejer una espiritualidad humilde pues Dios nos da la gracia para este momento y comprobamos que cuando nos pide algo nos está dando la gracia para conseguirlo». Ha compartido alguna de sus experiencias personales y de cómo aplicando la sabiduría del solo por hoy ha obtenido la gracia para conseguirlo.
La importancia del solo por hoy reside, «en que esa fidelidad de Dios permitiéndonos hacerla, hoy y aquí, se viva con gozo y alegría», de lo contrario «difícilmente nos va a permitir mantener esa fidelidad», ha concluido.
La paternidad espiritual del sacerdote
Tras un rato de oración frente al Santísimo Sacramento expuesto en el que los sacerdotes han tenido la oportunidad de, en diálogo íntimo con el Señor, interiorizar el Decálogo de la Serenidad, se ha dado paso a una segunda reflexión en la que el Obispo de Orihuela-Alicante ha realizado una traslación del libro de Jacques Philip sobre la paternidad espiritual del sacerdote.
Así, desde la luz que otorga la paternidad de San José, han podido descubir «la paternidad espiritual del sacerdote» que, en palabras de D. José Ignacio Munilla, reside «en ser la sombra del Padre Dios». Se ha referido a varios textos evangélicos para exponer que «la paternidad que Dios me ha concedido como sacerdote es una sombra y una prolongación de la paternidad de Dios Padre». En este sentido les ha exhortado a asumir esa paternidad espiritual como hizo San José, «porque el sacerdocio es una sacramentalidad de esa paternidad».
De esta espiritualidad, se deriva para el sacerdote la nulidad de la posesión, pues «no me poseo en propiedad y soy para los Hijos de Dios que se me han encomendado». La espiritualidad del sacerdote, ha dicho Mons. Munilla «supone un despojamiento y una espiritualidad en humildad en la conciencia de que Dios me permite mostrar su paternidad delante del mundo y configura nuestra espiritualidad de sacerdotes».
Solo así, ha dicho, «podemos caer en la cuenta de que delante de las almas tenemos que actuar como Moisés al acercarse a la zarza siendo consciente de que pisaba un terreno sagrado». «Cuando se nos encomiendan las almas sabemos que no las poseemos, que son de Dios y es Dios quien me pide que entre en ese encuentro, entre el alma y Dios y yo me descalzo para asistir a ese momento del encuentro con el Padre», ha concluido.
Tras esta segunda reflexión, los sacerdotes han podido meditar de nuevo, en oración ante el Santísimo Sacramento. El retiro ha finalizado este mediodía con una comida fraterna.