Los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, junto a nuestro Obispo D. Casimiro, han participado esta mañana en el retiro de Adviento, organizado por la Vicaría para el Clero. Celebrado en el Desierto de las Palmas, en esta ocasión ha predicado D. Miguel Navarro Sorní, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia y Doctor en Historia Eclesiástica.
“El Adviento nos invita a comenzar de nuevo nuestra vida en Cristo y a reavivar el don del sacerdocio”, ha dicho D. Miguel. Para ello es necesario realizar una “revisión de nuestro sacerdocio desde el día de la ordenación”, para ver “el sacerdote q soy ahora”.
Ha incidido en la parábola del buen samaritano para meditar. En ella vemos a “diversas personas que recorren un camino, al igual que el camino sacerdotal”. Y ahí podemos “ver en qué tipo de sacerdote me he convertido”.
En este sentido, les ha exhortado a preguntarse por “si en vez de dar la vida por las ovejas, nos aprovechamos de ellas”. “No podemos dejar de lado a las personas, porque nuestro ministerio es para ellas”, ha recalcado. “No seamos sacerdotes mediocres”.
Por último, ha invitado a la alegría. “Si estamos con Cristo experimentaremos la alegría del sacerdocio”, ya que “un sacerdote alegre es el mejor testimonio de Dios en una sociedad secularizada”, siendo “el pesimismo uno de los peores efectos de la secularización”.
Dirigido por el Sacerdote Operario D. Emilio Lavaniegos, se celebró ayer en Nules
Los sacerdotes de la Diócesis celebraron ayer en Nules el primer retiro mensual de este 2023 y tercero del presente curso pastoral. Bajo el título «La relación fraterna en el presbiterio», el Padre D. Emilio Lavaniegos, sacerdote operario y Director de la Residencia Mosén Sol de Alquerías, partió de una cita de los Hechos de los Apóstoles (20, 17-38) para centrar la charla en el principio evangélico de «la unión con Dios».
Aseguró que la relación fraterna en el presbiterio «es un medio porque ayuda a traducir en nuestra vida el Evangelio, y un fin, porque la fraternidad es un dato esencial del ministerio presbiteral».
Abordó varios aspectos clave para fomentar esa «relación fraterna». Así se refirió a la «espiritualidad sacerdotal» que, consecuentemente, supone «comportarse como hermano siguiendo el ejemplo de la familiaridad del mismo Jesús cuyo trato hacia sus discípulos era de hermanos. Una familiaridad, dijo, que encuentra su punto culminante en la pasión, refiriéndose » a la celebración íntima de la última cena». Si estos lazos que el señor establece con sus discípulos son definitivos, advirtió, «el puente que los mantiene es el perdón». En este sentido, aseguró que «la fraternidad no es posible si no hay perdón» y les exhortó a contemplar «el perdón de Jesús hacia aquellos que había elegido, y el perdón de María que le permitió hacer vida común con ellos más allá del dolor de la traición».
Puso en valor también la importancia de «vivir y actuar con la conciencia de construir una comunidad que es signo de toda la comunidad diocesana». en este sentido aseguró que todos ellos han recibido una misión «en la que otros nos han precedido y nuestro deber es el de implementar en la misión encomendada el plan pastoral de la diócesis». Una común vocación y una común misión, dijo, «constituyen la raíz profunda de nuestro ministerio y nuestra espiritualidad sacerdotal.
Respecto a la fraternidad sacramental, se refirió a la necesidad de fomentarla con comportamientos «de ayuda mutua, la oración de unos por otros, la solidaridad en las diversas circunstancias de la vida, y en la colaboración pastoral» entre otros.
Citando al Papa Francisco les invitó a «buscar la amistad entre vosotros pues ayuda a vivir la vida sacerdotal, la vida espiritual, la vida apostólica, la vida comunitaria y también la vida intelectual».
En la última parte de la charla los sacerdotes tuvieron la oportunidad de conocer «los medios para construir relaciones fraternas», entre los que el Padre Emilio Lavaniegos, destacó» la sensibilidad ante el hermano», siendo capaces de percibir las situaciones y necesidades de los hermanos en el presbiterio; «actuar de acuerdo a esa percepción», estableciendo vínculos de caridad, oración y la total cooperación con el hermano; «la fidelidad sacerdotal» compartiendo los valores aceptados como buenos que ayudan mutuamente al seguimiento de Jesús; y «ayudar y dejarse ayudar».
Ayer, día 14 de noviembre, en la parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles de Betxí tuvo lugar el segundo retiro mensual de los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, que en este curso pastoral están versando sobre la espiritualidad propia del sacerdote diocesano.
El Rvdo. D. Emilio Lavaniegos, operario y Director de la Residencia Mosén Sol de Alquerías del Niño Perdido, está siendo el encargado de las meditaciones que, en esta ocasión, ha tratado sobre “la oración que alimenta la vida y el ministerio sacerdotal”.
Durante esta semana, del 6 al 11 de febrero, 20 sacerdotes diocesanos están participado en los ejercicios espirituales organizados por la Vicaría del Clero, y que se están desarrollando en la Casa de Espiritualidad Santa Teresa, en el Desierto de las Palmas, Benicàssim.
En esta ocasión, el Director de los Ejercicios es Mons. Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo emérito de Zaragoza. Es natural de Ágreda (Soria), licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en Teología Moral por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma y en Filosofía por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma. En 2004 fue nombrado obispo de Osma-Soria, en 2007 de Santander, y en 2014 arzobispo de Zaragoza. El Papa Francisco aceptó su renuncia al cumplir los 75 años de edad, el 6 de octubre de 2020.
Los ejercicios suponen una ocasión propicia para renovar el compromiso pastoral del clero, y también para descansar en el Señor en atenta escucha y oración, para responder a las necesidades de los fieles, así como a lo que el Señor espera de cada uno de ellos, siendo instrumentos de su luz y esperanza cristiana para los demás.
Los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, junto a nuestro Obispo, D. Casimiro, han participado esta mañana en el retiro de Adviento, organizado por la Vicaría para el Clero. Celebrado en el Centro Sagrada Familia de Castellnovo, en esta ocasión ha predicado Mons. José Vilaplana Blasco, obispo emérito de la Diócesis de Huelva, que ha realizado dos meditaciones centradas en la esperanza y en la motivación pastoral.
D. José ha advertido a los sacerdotes presentes sobre la crisis de la esperanza, la acedia espiritual y sobre la superficialidad al no ir al fondo de las cuestiones. Ante ello, ha exhortado a meditar sobre el lugar en el que ubicamos el cimiento de nuestra esperanza, indicado que éste no debe ser uno mismo, sino Dios, pues Él es el protagonista y fundamento de nuestra esperanza. “El Señor no defrauda a quienes ponen en Él su esperanza”, ha dicho recordando lo que nos dice el Señor en Ez. 37, «Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis». “El auténtico creyente sabe que Dios siempre lleva adelante su historia de salvación”, ha recordado, y debemos estar agradecidos al Señor “porque nos ha elegido en nuestra debilidad para hacerle presente a Él en medio de este mundo”.
También ha animado a dejarse sorprender por el Señor. “No sé si nosotros esperamos mucho o poco del Señor – ha dicho –, pero Él si que espera de nosotros”, porque “se fía de ti y te hace capaz”. Ha puesto como ejemplo a Zaqueo, que al conocer a Jesús se deja sorprender por su persona y decide cambiar de vida, y a San Pedro, “que mete la pata hasta el fondo, pero se deja sorprender por la mirada del Señor”.
En este Adviento, D. José ha exhortado a los sacerdotes a preparar el corazón para acoger al Señor, que “debe estar limpio, ordenado y habitado por el Señor, el más fuerte”, pues “el que tiene la casa defendida por el más fuerte es el que gana”. Para ello ha citado una homilía de San Macario: «¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!».
En la segunda meditación ha tratado el tema de la falta de motivación pastoral, consecuencia de la falta de esperanza. Ha citado como ayuda a la Primera Carta de San Pedro: «Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad; no como dictadores, sino como modelos para el rebaño.»
Ha destacado también tres puntos como apoyo a la reflexión sobre la motivación pastoral. En primer lugar, ha indicado la necesidad de “tomar conciencia siempre de quien nos envía”, sabiendo “que somos enviados”. Para ello es necesario huir de la tentación de encerrarse, de centrarse en la propia debilidad y en la complejidad de la situación, pues a pesar de ello el Señor sigue sosteniendo, se hace presente y sigue enviando a la misión, enviando su Espíritu Santo, que capacita.
En segundo lugar, una motivación muy importante es la necesidad de las personas, ya que “el mundo está tan necesitado porque le falta el fundamento”, y “aunque el hombre no lo sepa nos está pidiendo ver a Jesús”. Como ha explicado, existen dos anhelos fundamentales en el corazón de todo hombre: “el amor infinito, que es el que puede curar un sufrimiento infinito”, y “la comunión fraterna, de sentirnos acogidos, acompañados y queridos por los hermanos”.
Y la tercera motivación es la comunión con los hermanos y con la Iglesia, pues “no hay misión sin comunión”. “Debemos tener pasión por la unidad, reconociendo los diferentes carismas”, no como elementos destrucción, sino de construcción y de complementariedad, que nos enriquezcan mutuamente. En este sentido ha recordado el Proceso Sinodal que estamos viviendo en la Iglesia, como “una oportunidad más que el Señor nos da, un camino que nos abre para caminar juntos”, porque “estamos llamados a ser guías en una sociedad desorientada, desvinculada y dispersa”, a ser “generadores de comunión”, y a ser “testigos de misericordia en una sociedad herida, necesitada de iconos de la misericordia del Padre”, y para ello “tenemos un mensaje precioso que ofrecer”.
Organizado por la Vicaría del Clero, esta mañana se ha celebrado, en el Palacio Episcopal de Castellón, el retiro mensual para los sacerdotes de la Diócesis, al que ha asistido nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
D. Jordi Mas, encargado de San Lorenzo Mártir de Vilar de Canes y Capellán de la prisión de Albocàsser, ha sido el encargado de la meditación, que ha tratado sobre la necesidad de tener clara la visión y sobre las cualidades que debería tener el pastor.
Para ello ha leído el pasaje evangélico del ciego Bartimeo, protagonista del último milagro de curación de Jesús, narrado en Marcos 10:46. Jesús pasaba por Jericó y Bartimeo oye ruido. Está al borde del camino, fuera del seguimiento de Jesucristo, y se entera de que Jesús está pasando cerca de él.
Como ha explicado, estar sentado al borde del camino sin poder seguir a Jesús, es sinónimo de no tener visión, y “sin visión no podemos ir a ningún lugar, estamos desorientados”. En cambio, “la visión nos orienta, nos lanza, nos apasiona y nos ilusiona”, ha dicho. Es por ello que, “cuando Bartimeo recobra la vista sabe a dónde ir, tiene clara la visión”.
“Es fundamental tener la visión clara, nítida, tener claro nuestro horizonte, saber a dónde vamos”, ha explicado con rotundidad, y “una parroquia o una Diócesis sin visión muere, desfallece”. Es muy importante aquí el pastor, ha indicado, y “que se dirija hacia el lugar adecuado para llevar a sus ovejas, al lugar donde vale la pena ir, y lo debe hacer decidido”.
Por otra parte, del mismo modo que “Jesús no puede llevar a cabo la misión solo, porque necesita a sus discípulos, a los apóstoles, a los que va enseñando por el camino”, también el pastor “debe tener la visión clara, fácil de transmitir”, ya que “cuando las personas participan de ella se ilusionan”. Además, “cuando la Iglesia no comparte y no transmite la visión, las personas se alían con todo tipo de ideologías”.
Es por ello que “el pastor necesita incorporar a la misma visión a otras personas de su alrededor, cada una con sus cualidades, que complementan al pastor”. Estas personas, los laicos, “tienen como tarea fundamental llamar a todos aquellos que están postrados, por cualquier herida o limitación, para decirles como a Bartimeo: «Ánimo, levántate, que te llama»”.
Asimismo, D. Jordi ha indicado aquellas cualidades que debería tener todo pastor. Éstas son: entusiasmo, con la visión; humildad, porque solo no puede, necesita de los demás y de Dios; audacia, con capacidad para emprender proyectos; justicia, tiene que ser justo, elogiar en público y reprender en privado; prudencia, midiendo las consecuencias de los actos y de las palabras; fortaleza, con capacidad de afrontar las dificultades; y templanza, con paz interior e inteligencia emocional, capaz de gestionar las emociones.
Los sacerdotes de la Diócesis han acudido esta mañana al Centro Sagrada Familia de Castellnovo de la comunidad de Hijas de la Caridad, para participar en el retiro de Cuaresma, organizado por la Vicaría para el Clero, y que ha tenido como predicador al Obispo, que ha realizado dos ponencias centradas en la llamada a la conversión y renovación desde el encuentro con Cristo vivo.
“Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc. 1,15)
En su meditación, D. Casimiro ha exhortado a la conversión, una llamada que en este tiempo de Cuaresma se vuelve más apremiante, y para ello la Iglesia nos ofrece con más intensidad la Palabra de Dios, la gracia del sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía. “La vida de un cristiano consiste en convertirse continuamente” ha dicho, “es un proceso constante y necesario”.
Tal y como dice el Papa Francisco, los sacerdotes “siempre tenemos necesidad de una nueva conversión, de más contemplación y de un amor renovado. Estas tres fases se entrecruzan y vuelven a aparecer. Nada une más con Dios que un acto de misericordia, y esto no es una exageración: nada une más con Dios que un acto de misericordia, ya sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, ya sea de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre. Nada ilumina más la fe que el purgar nuestros pecados y nada más claro que Mateo 25, y aquello de «Dichosos los misericordiosos porque alcanzarán misericordia», para comprender cuál es la voluntad de Dios, la misión a la que nos envía”.
“Convertirse equivale a renovarse”, ha subrayado, es “dejarnos transformar en hombres nuevos y mujeres nuevas”, se trata de una “conversión a fondo, de una renovación desde el corazón”, pues estamos llamados a una “conversión personal, espiritual, pastoral y misionera “, aceptando “a Jesucristo como único Señor y centro de nuestra vida y misión”.
Nuestro Obispo también ha advertido de varias tentaciones, pecados y peligros en la vida personal y ministerial:
“De ponerse en lugar de Dios y de su voluntad”: para lo que ha invitado a reflexionar sobre el puesto que ocupa Jesús en la vida y en el ministerio.
“La pérdida de fervor y entusiasmo misionero”: lo que está íntimamente relacionado con el individualismo y con las crisis de identidad, llevando a vivir como si Dios, los pobres y los demás no existieran.
“La acedia egoísta y paralizante”: no teniendo motivación para hacer las cosas, lo que lleva a la ruptura de la relación espiritual con Dios, a la pereza y a la mediocridad.
“El pesimismo estil y paralizante”: invitando a analizar cómo se reacciona ante el desierto espiritual, la indiferencia religiosa y la secularización. A ello se puede reaccionar escudándose en la dificultad y buscando excusas, lo que paraliza la búsqueda de nuevos caminos y lleva a la inacción, o se puede reaccionar confiando en el Espíritu, teniendo en cuenta que el triunfo cristiano es siempre el triunfo de la cruz, pero una cruz que es al mismo tiempo signo de victoria.
“El aislamiento de la comunidad”: cerrarse en uno mismo es un peligro muy grande, pues estamos llamados a la relación, a abrirnos y salir de nosotros mismos. Además, “los sacerdotes estamos llamados a vivir como comunidad”, “no podemos ir por libre” porque “quien se aísla suele terminar mal, personal y ministerialmente”.
“La mundanidad espiritual”: “que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, y busca, en lugar de la gloria del Señor, la propia gloria humana y el bienestar personal”. Quien cae en ello “mira a los demás desde arriba y desde lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien le quiera cuestionar, incluso ayudar u ofrecer la corrección fraterna, y destaca constantemente los errores de los demás”.
“Las guerras entre nosotros y la falta de fraternidad sacerdotal”: en un mundo tan dividido, y herido por el individualismo, “la mundanidad espiritual lleva a algunos a estar en guerra con los que se interponen en su búsqueda de poder, prestigio, o de seguridad”. Además, “algunos dejan de vivir con cordialidad, con amor, su pertenencia a la Iglesia”, y “más que pertenecer a la Iglesia, que es rica en diversidad, pertenecen a tal o cual grupo que se siente diferente o especial”. Ante ello, “el Papa nos pide un testimonio de comunión fraterna”, “que todos puedan admirar como nos queremos unos a otros, y admirar como nos cuidamos unos a otros, como nos acompañamos, como nos perdonamos”.
En respuesta las sugerencias de los sacerdotes, la Vicaría para el clero ha modificado el formato de los retiros mensuales. Este curso durarán toda una mañana y se realizarán en un lugar abierto y tranquilo para que sean un acontecimiento de “intensa oración”. El primero fue el lunes pasado, 16 de noviembre, en la Casa de Espiritualidad de Santa Teresa en el Desierto de las Palmas.
Esta mañana los sacerdotes han participado en el primer retiro del 2020 en el Palacio Episcopal de Castellón. El predicador ha sido el párroco del Carmen, Joaquín Muñoz, que ha tratado el tema de las Bienaventuranzas. «Estamos acostumbrados a explicarlas a los demás, ¿pero nos las aplicamos a nosotros?», preguntaba el ponente para comenzar un recorrido por las ocho bendiciones expuestas por el evangelista Mateo.
Los sacerdotes han retomado este lunes sus retiros mensuales. El tema del primer encuentro ha sido la esperanza. D. Pedro Cid, párroco de El Salvador de Burriana, ha expuesto la meditación como un buen punto de partida al inicio de curso, recurriendo a citas de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. D. Marc Estela, vicario del clero, ha explicado que este año se seguirá con la fórmula de celebrar este encuentro en diferentes lugares.
Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.
Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.
Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.
Cookies Necesarias
Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.
Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.
Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.
Cookies para Google Analytics
Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.
Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:
Otros servicios externos
También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.
Google Webfont:
Google Maps:
Google reCaptcha:
Vimeo and Youtube videosembeds:
Política de Privacidad
Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.