La Arciprestal San Jaime celebra la fiesta de la Virgen de Lourdes
La Congregación de Hijas de María Inmaculada, de Vila-real, ha festejado la Virgen de Lourdes en la Arciprestal San Jaime con la celebración de una Eucaristía en la que hubo una elevada participación.
Al ser Ntra. Sra. De Lourdes la patrona de los enfermos, durante la Misa, se administró el Sacramento de la Unción de Enfermos.
Durante la homilía, el párroco, D. Javier Aparici, centró la predicación en los mensajes que la Virgen dio a Santa Bernardita, poniendo de relieve que la felicidad plena la obtendremos en la otra vida. En este sentido se refirió a las dificultades por las que todos atravesamos en la vida, siendo una de ellas la enfermedad y de cómo, desde la fe, se puede afrontar el dolor, el sufrimiento y las dificultades. Recordando a San Agustín advirtió que “nuestro corazón está hecho para el Señor” y solo descansará plenamente cuando se encuentre con Él.
Se refirió también al hecho simbólico de la vela encendida que llevaba Bernardita en uno de sus encuentros con la Virgen y significó como de este hecho nació la costumbre de acudir a la Gruta con las velas encendidas “que nos recuerda el bautismo y cómo el cirio pascual representa la luz de Cristo y que nosotros también hemos de ser luz en medio del mundo” en contraprestación ante el pecado, “fruto del odio y de la maldad” y en nosotros, como cristianos tenemos que ser testigos de esa luz “y reflejarla en todos los que nos rodean”.
Por otra parte, exhortó a los presentes a realizar pequeños sacrificios por la conversión de los pecadores, recordando el encargo expreso de la Virgen a la santa a través de la penitencia y la oración, rezando por todos los que se alejan de Dios. Así puso de relieve “lo hermoso que es el ofrecimiento del dolor de tantos enfermos que vais a Lourdes por la salvación del mundo”.
Santa Bernardita, dijo D. Javier Aparici, se dejó guiar por la Virgen haciendo todo aquello que le había pedido, incluso beber agua con barro y comer hierba, “esas cosas que hechas con los ojos del mundo parecen locuras pero que, hechas con fe, son para la salvación del mundo”. Destacó la valentía de la santa, confiando plenamente en la Virgen y convirtiéndose en “apóstol de la caridad viviendo entregada a esta causa”.
Tras la celebración, se expuso el Santísimo Sacramento ante quienes los presentes se recogieron en oración íntima con el Señor, especialmente los enfermos que recibieron la bendición al igual que se hace en el santuario de Lourdes.
La celebración finalizó con el rezo del Rosario de antorchas en el interior del templo.