La Diócesis de Segorbe-Castellón participa en la Eucaristía de inicio de pontificado de León XIV
En una jornada histórica, el Papa León XIV inició oficialmente hoy su ministerio petrino con una solemne Eucaristía en la Plaza de San Pedro, celebrada el V Domingo de Pascua. Ante más de 150.000 personas y 150 delegaciones internacionales, el Santo Padre dio comienzo a su pontificado con un mensaje de unidad, amor y esperanza, instando a la Iglesia a ser fermento de reconciliación en el mundo.

Una Misa llena de simbolismo
La ceremonia comenzó con una oración ante la tumba del Apóstol Pedro, ubicada en la cripta de la Basílica Vaticana. Acompañado por los Patriarcas de las Iglesias Orientales, León XIV rezó en el mismo lugar donde San Pedro dio su vida por la fe y por amor a Jesucristo. Desde allí, el Evangeliario, el Palio y el Anillo del Pescador fueron llevados en procesión hasta el altar, mientras el coro entonaba las letanías de los santos.

Durante la liturgia, el Santo Padre recibió el Palio, símbolo de su misión pastoral, y el Anillo del Pescador, una insignia que remite a la autoridad y responsabilidad que Cristo le confió a Pedro y a sus sucesores. El cardenal Mario Zenari impuso el Palio y el cardenal Luis Antonio Tagle entregó el Anillo del Pescador, momentos que simbolizan el inicio del pontificado de León XIV como Pastor de la Iglesia universal.

“Fui elegido sin ningún mérito”
León XIV comenzaba su homilía recordando al Papa Francisco, cuando impartió la bendición Urbi et Orbi el domingo de Resurrección. “Precisamente en el día de Pascua recibimos su última bendición y, a la luz de la resurrección, afrontamos ese momento con la certeza de que el Señor nunca abandona a su pueblo, lo reúne cuando está disperso y lo cuida como un pastor a su rebaño”.

También expresó con humildad: “Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría”. Con estas palabras, el Papa subrayó su sentido de servicio y su deseo de guiar a la Iglesia en la unidad y el amor de Cristo. León XIV se comprometió a custodiar el «rico patrimonio de la fe cristiana» y afrontar los desafíos contemporáneos con la mirada puesta en el ejemplo de San Pedro.

Una llamada a la unidad y el amor
Destacó las dos dimensiones fundamentales de su misión: amor y unidad. Aseguró que el ministerio de Pedro, y de sus sucesores, está marcado por un amor incondicional que nunca debe ceder ante la tentación de convertirse en un líder autoritario. «El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo», enfatizó, y recordó que la verdadera autoridad en la Iglesia proviene de la caridad de Cristo, no del poder mundano.

«Quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado», manifestó el Papa, haciendo un llamado urgente a la fraternidad y al entendimiento mutuo en un mundo dividido por el odio y la violencia.

Mirar a Cristo, la fuente de la unidad
A lo largo de su homilía, León XIV instó a los fieles a “mirar a Cristo”, a acercarse a Él y acoger su palabra. “¡Miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! ¡Escuchen su propuesta de amor para convertirse en su única familia!”, exclamó. En un mundo marcado por la discordia y la división, el Papa reafirmó el espíritu misionero de la Iglesia, que debe abrir sus brazos al mundo y anunciar el amor de Cristo sin sentir superioridad alguna.

Una Iglesia misionera
El Papa concluyó su homilía con un firme y esperanzador llamado a la acción: “Hermanos, hermanas, ¡esta es la hora del amor!”, exhortando a todos los presentes a trabajar juntos por una Iglesia misionera que anuncie la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo.
Puedes leer AQUÍ la homilía completa del Papa León XIV

Entre las autoridades eclesiásticas españolas se encontraban, entre otras muchas, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, el cardenal José Cobo, vicepresidente, y el secretario general, Mons. Francisco César García Magán. Además de la delegación oficial de España, encabezada por los Reyes Don Felipe y Doña Letizia.
Presencia de la Diócesis de Segorbe-Castellón
Entre los cientos de sacerdotes concelebrantes estuvo el Delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Héctor Gozalbo, quien ha destacado que “ha sido una ceremonia cargada de mucho simbolismo donde se aprecia la catolicidad y la universalidad de una institución con más de dos mil años de historia, y en donde además se ha puesto de relevancia la sucesión apostólica a través del Palio y el Anillo del Pescador”. “Puedo decir que he vivido con mucho respeto y sentido una Eucaristía muy solemne y a la vez muy significativa”, ha declarado. “Una celebración que me emocionó con repetidas menciones del Papa León XIV al ya fallecido Papa Francisco”. “Y donde me impresionó el silencio contenido en el momento de la consagración del pan y el vino”, ha concluido el sacerdote.

También participó en la celebración Juan Gozalbo, de la Delegación diocesana de Medios, que siguió el evento desde un lugar privilegiado como es el Brazo de Carlo Magno, la parte izquierda de la columnata de Bernini, desde donde se aprecian unas vistas imponentes de todo el conjunto arquitectónico de la que es una de las iglesias más grandes del mundo. «Estoy muy contento de haber podido participar en este acontecimiento histórico, para la Iglesia y para el mundo». También porque desde su ubicación podía ver a las miles de personas que han asistido para acompañar al nuevo Papa en el inicio de su pontificado, lo que «testimonia la vitalidad y la universalidad de la Iglesia en un momento tan significativo».

Asimismo, en la Eucaristía ha participado la comunidad de agustinas de Montornés, en Benicàssim, cuyo convento visitó Robert Prevost durante su labor como prior de los agustinos. La hermana Cecilia ha explicado que “ha sido un regalo hoy poder estar aquí en la Misa de inicio del pontificado de León XIV”. La Eucaristía ha sido “muy emotiva, así como poder ver la variedad de la Iglesia, la riqueza de todos los pueblos y de todas las naciones”.

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“Resaltaría de la homilía – ha explicado la hermana – las palabras en las que el Papa ha dicho que viene como un hermano entre nosotros, y como nos ha invitado a echar las redes y a introducir en el mundo la esperanza del Evangelio”. Concluye destacando como León XIV ha recordado que todos los bautizados hemos de caminar juntos sin caer en la tentación del poder.
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