Eucaristía de acción de gracias por los frutos de los Retiros de Emaús en su VI aniversario en nuestra Diócesis
D. Casimiro exhorta a «seguir caminando en comunión, con la mirada puesta en el Señor»
La parroquia de La Santísima Trinidad acogió ayer a mediodía la Eucaristía de celebración del VI Aniversario de la bendición de los Retiros de Emaús en la Diócesis de Segorbe-Castellón por parte del Obispo, Mons. Casimiro López Llorente.


La celebración, en palabras de los organizadores, fue en acción de gracias a Dios «por nuestro Obispo, por su celo pastoral y evangelizador, y por confiar en quienes, siendo siervos inútiles, nos dejamos guiar por el Señor para llevar la alegría del encuentro con Jesucristo Vivo y Resucitado a quienes quisieran abrir su corazón a Él». Y es que como afirman, Emaús es hoy una realidad de nuestra Iglesia diocesana, «gracias a la bendición de nuestro Obispo».

Fue en septiembre de 2018, cuando, en una visita en el Palacio Episcopal de Castellón, D. Casimiro recibió la petición que venía amadrinada por Emaús Mujeres de la parroquia Maximiliano Kolbe (Valencia) y en enero de 2019 se bendijo el apostolado en el transcurso de una Eucaristía presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón y concelebrada, entre otros, por el párroco de la Stma. Trinidad, D. Rafael Manzaneque, y el que asistía los retiros en Maximiliano Kolbe, D. Mario López. En la misma se bendijeron los signos que acompañan a este apostolado de laicos en sus retiros y se invitó a la comunidad parroquial.

El primer retiro de mujeres se celebró en octubre de 2019 y en octubre de 2021 el primero de hombres. Quienes vivieron el inicio afirman que «el Señor puso en el corazón de alguien su deseo de arder en el corazón de muchos y, todo lo demás ha venido de la mano del Espíritu Santo».

La celebración de ayer representa los frutos tras estos primeros seis años de andadura: más de un centenar de hermanas y hermanos de Emaús – como ellos mismos se hacen llamar – y un buen grupo de jóvenes de Effetá, retiro para chicas y chicos de entre 18 a 30 años, que emana del carisma de los Retiros de Emaús, se unieron en acción de gracias.




De hecho, la Eucaristía, presidida por D.Casimiro, estuvo concelebrada por los tres sacerdotes que acogen el apostolado en sus parroquias: D. Rafael Manzaneque, de la Santísima Trinidad de Castellón, D. José Miguel Sala, de San Jaime Apóstol de Oropesa del Mar, y D. Marc Estela, de La Asunción de Nuestra Señora, de La Vall d’Uixó, así como por D. Ángel Cumbicos, secretario y vicario parroquial de Santa María.





El Obispo de Segorbe-Castellón, como buen conocedor de la Diócesis que pastorea, comenzó su homilía con un recuerdo a aquellos que acogieron los primeros retiros en la Diócesis en enero de 2019, destacando el crecimiento de este movimiento, que ha permitido a más de 550 hombres y mujeres, y más de 250 jóvenes en los retiros de Effetá, renovar su fe y experimentar la presencia viva del Señor.


La experiencia de la Transfiguración y el camino de la fe
En su reflexión, Mons. Casimiro López Llorente relacionó la experiencia de los Retiros de Emaús con el pasaje evangélico del día: la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor. Tal como Jesús permitió a Pedro, Santiago y Juan contemplar su gloria como anticipo de la Resurrección, «los participantes de Emaús han vivido un encuentro transformador con Cristo, recibiendo la luz de su amor y misericordia».

Sin embargo, el obispo advirtió que la fe no puede quedarse en una experiencia puntual, por intensa que sea, sino que debe sostenerse en el día a día. «Jesús nos dice: ‘Vamos de nuevo al valle’, al mundo real donde enfrentamos tentaciones, dificultades y desafíos», expresó. En este sentido, recordó que el diablo siempre busca apartar a los creyentes de su misión, sembrando la comodidad, la autosuficiencia y la indiferencia.

La importancia de la comunidad y la comunión eclesial
D. Casimiro insistió en la necesidad de permanecer unidos a la comunidad eclesial para no perder el rumbo. «Si caminamos solos, nos perdemos», afirmó, destacando la importancia de la parroquia como espacio de crecimiento en la fe. «Emaús debe vivirse dentro de la Iglesia, en comunión con el obispo y los pastores, para que no se diluya ni se desvíe de su verdadera finalidad: llevarnos al encuentro con Cristo».

Un camino de transformación y misión
El obispo también destacó el fruto visible de estos retiros en la Diócesis, no solo en quienes han participado, sino en sus familias y comunidades. «Muchos habéis recuperado la alegría de la fe, el sentido de pertenencia a la Iglesia, la certeza de ser amados y perdonados por Dios», afirmó.

Para que este camino siga dando frutos, subrayó la necesidad «de cuidar lo que Dios nos ha dado, para que Emaús siga siendo un instrumento de evangelización auténtico y fiel al Evangelio».


Finalmente, Mons. Casimiro López Llorente encomendó a la Virgen María la continuidad de este camino de fe, recordando las palabras del Padre en la Transfiguración: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Con esta exhortación, animó a los presentes a seguir caminando con la mirada puesta en Cristo, renovando cada día su compromiso con el Evangelio.
En este contexto, animó a los participantes a mantener vivo lo recibido en los retiros a través de los encuentros semanales, la oración y la participación en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía. «La fe se alimenta en comunidad, en la Iglesia, donde nos sostenemos mutuamente y avanzamos juntos hacia la Pascua definitiva».

La ceremonia concluyó con la bendición de los equipos coordinadores de mujeres y hombres de las tres parroquias que se encuentran inmersos en la formación y preparación para los retiros que se celebrarán entre marzo y noviembre, así como al nuevo equipo coordinador de los Retiros de Effetá.







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