Un centenar de diocesanos participan en la renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón
El Domingo pasado, 30 de junio, se renovó la consagración de España al Sagrado Corazón que en 1919 hizo en nombre del pueblo el rey Alfonso XIII. Cien años después no faltó representación de políticos de distinto color, aunque fuera a nivel personal. Pero sobre todo respondieron los fieles: 12.000 personas de todo el país, entre los que también se encontraban un centenar de fieles de Segorbe-Castellón. Antes de que se clausure el año jubilar, el próximo 24 de noviembre, la Diócesis ha previsto tres grandes actos: una peregrinación, un marcha por la vida y una consagración diocesana.
Los diocesanos llegaron el sábado. Venían de Castellón, Nules, Onda y Vila-real. Entre los peregrinos habían 30 jóvenes que participaron durante la noche en la vigilia nocturna de adoración, con el Santísimo expuesto en la explanada de la Basílica del Cerro de los Ángeles. Pablo Abril, uno de los participantes, declara su alegría por reencontrarse con conocidos de diversos lugares. También ha manifestado la esperanza de haber visto muchos sacerdotes y consagradas jóvenes.
El domingo, los fieles comenzaron a llenar la explanada a partir de las seis y media de la mañana. A las 10h, comenzó la Eucaristía, presidida por el arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro. Hacía mucho calor, pero justo después de la consagración una nube cubrió los asistentes, como sobre el Arca de Alianza cuando el pueblo de Israel iba por el desierto, recuerda con emoción y alivio Pablo Abril.
Devoción muy viva
Mons. Ginés García, obispo de Getafe, ha declarado que tenían constancia «que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es muy importante en el alma de los creyentes y en el alma de España. Según hemos podido ver a lo largo del Año Jubilar, iba a ver una afluencia grande, y me consta de tantas personas que siguieron esta celebración a través de la televisión y de la radio. Muchas personas se han preparado para esta celebración».
Pablo Abril, confirma cómo se encontraban personas de «diversas realidades y movimientos, y todos juntos rezamos la oración de consagración; ¡100 años después, el Sagrado Corazón sigue reinando!». Los peregrinos de Segorbe-Castellón regresaron el domingo por la noche conscientes de que forman parte de «una gran familia que es la Iglesia», y cada uno con un propósito personal: «Yo siento un llamado a movilizarme, a no estar tan pendiente de mí mismo y ver a los demás desde el Corazón de Cristo», asegura uno de ellos.
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