Ignacio Carbajosa: «En lugar de quejarnos de la sociedad, estamos llamados a montar hospitales de campaña»
Ignacio Carbajosa, responsable nacional de CL y comisario de la exposición Job y el sufrimiento
Del 17 a l 19 de octubre, el Real Casino Antiguo de Castellón acogió la exposición “Job y la pregunta sobre el sufrimiento del inocente”. Ha sido una iniciativa del movimiento eclesial de Comunión y Liberación (CL), que puso de manifiesto la pregunta sobre el sufrimiento y, sin dar respuestas hechas, acompañó los visitantes en un recorrido vivencial que, al final, presentaba la razón que a ellos les permite mirar de cara el dolor con esperanza: Jesucristo muerto y resucitado. La inauguración contó con la intervención de su responsable nacional, el sacerdote Ignacio Carbajosa
- ¿Qué mensaje ha transmitido esta exposición?
- Quiere partir ante todo de una cuestión que es tremendamente actual, en nuestros días como en el siglo pasado: el porqué del sufrimiento inocente como el del los campos de concentración o la vida en un hospital. En este sentido, el libro de Job introduce en occidente un cierto modo de vivir el dolor. Para el mundo griego y mesopotámico,el dolor y el mal eran un dato más dela realidad, que por otra parte no se consideraba como un todo coherente. Pero con Job senos transmite que la realidad es buena, dada y creada por Dios que lo ha hecho todo bien único dio que lo ha creado todo bien, y donde el mal tiene un componente de libertar personal. Entonces, puede surgir la pregunta del por qué del sufrimiento inocente.
- La muestra ya ha estado en la facultad de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Qué reflexión provocó en los que la han visitado?
- Tuve la oportunidad de explicar la exposición a profesores de filosofía, y el primer impacto fue muy positivo porque entra en diálogo con el mundo contemporáneo, con literatos o la filosofía que ha reflexionado sobre los campos de concentración después de la II Guerra Mundial. Fue muy interesante hacer ese recorrido con un libro bíblico.
- Puede sorprender esa referencia a la Sagrada Escritura.
- En nuestro país existe un prejuicio contra los cristianos y, también,contra laBíblia. “¿Qué pinta un libro bíblico en una facultad de filosofía?”, se preguntarán algunos. Pero la parte final introduce el mundo de Cristo que da un significado al dolor, y ese acontecimiento histórico de Cristo ha dado rostro a occidente, de modo que en una facultad de filosofía se estudian autores que están determinados por la respuesta al dolor desde Cristo. También presenta algunos testigos, como el P. Kolbe, que frente a los que acaban en el ateísmo o la rebeldía, él abraza el sufrimiento de otras personas y da la vida por ellos. Ante Cristo y los santos, no puedo negar que viven el dolor de un modo excepcional y por tanto la pregunta sobre cómo es posible.
- En una sociedad alejada de la Iglesia y muy plural, ¿la mejor manera de acercarse es provocando preguntas?
- Más que una estrategia de nuestra época, provocar preguntas pertenece a la misma esencia del acontecimiento histórico de Jesucristo: Cuando encuentra los primeros discípulos les pregunta “¿qué buscáis?”, o a los fariseos con una actitud cerrada no les responde. Un famoso pedagogo americano decía que no hay nada más absurdo que la respuesta a una pregunta no planteada. Desgraciadamente en nuestro país durante mucho tiempo hemos dado demasiadas respuestas y dogmas a preguntas no suscitadas, o quizás no hemos acompañado esas respuestas al hilo de las preguntas y humanidad delas personas.
- ¿Cómo acompañar al descubrimiento de Cristo como “La respuesta”?
- Debemos partir de las exigencias del corazón, de las preguntas radicales, para sorprender con la acción y testimoniar de un punto de paz y serenidad. Entonces nos preguntarán por qué vivimos así.El interrogante nacerá ante otro que no suelta un sermón sino que vive transformado por su dolor.
- CL es una realidad reciente en la Iglesia. Se creó en 1954. Como otras realidades eclesiales, ¿qué indica una madurez eclesial?
- Ya tienen decenios alas espaldas, y por tanto es obvio que han vivido el momento cuando surgen y florecen de modo extraordinario, planteando una realidad nueva como vino nuevo que precisa odres nuevos. Por parte de la institución que tenía que acoger algo nuevo, un momento especial fue e magisterio de San Juan Pablo II durante el año dedicado al Espíritu Santo, en 1998, porque abrazó este florecimiento como un bien, como una nueva primavera para la Iglesia. En estos 20 años del siglo XXI, asistimos cómo los movimientos se implican cada vez más en la vida de las diócesis y de las parroquias, incluso la misma Iglesia pide ayuda como nos pasa a CL con la colaboración en varias universidades.
- Precisamente, el carisma de CL también se desarrolla en entornos universitarios. ¿Qué atrae o interpela a los jóvenes hoy?
- Estudié ciencias económicas en la Complutense en la segunda mitad delos 80 y recuerdo que entonces el ambiente universitario era muy duro, cerrado y con gran prejuicio hacia la fe y la Iglesia católica. Con el tiempo he vuelto como sacerdote y profesor, me muevo en un ambiente universitario laico, y me sorprende que en las nuevas generaciones el prejuicio duro ha desaparecido. Quizás porque no conocen nada de la Iglesia, y al mismo tiempo llegan muy heridos y cuando tienen la posibilidad de acercarse a un compañero que vive la fe, les llama la atención cómo viven, la relación en la familia, ¡y algunos no quieren irse de su casa! Creo que hoy en día, en lugar de quejarnos de la sociedad, estamos llamados a montar hospitales de campaña, también en la universidad, para poder presentar los que somos, la alegría que nace de haber encontrado el significado de la vida en compañía de la Iglesia.
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