Eucaristía de Acción de Gracias por el 475º aniversario de la fundación de la M. I. Cofradía de la Purísima Sangre de Vila-real
Presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón, D. Casimiro, en la Arciprestal de San Jaime
La Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Virgen de la Soledad, celebró ayer una Eucaristía de acción de gracias en el 475 aniversario de su fundación, que presidió el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro puso el énfasis de su predicación en el agradecimiento a Dios «por el Misterio Pascual, por la muerte y resurrección de Jesucristo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna», subrayó. Y siendo así, puso el acento en el agradecimiento a Dios «por las acciones de la Cofradía, a través de vosotros, que realiza en toda la Iglesia de Vila-real». Acciones del mismo Señor Jesucristo que nos llevan a la «evangelización, la celebración, el culto y también a las obras de caridad, por ello damos gracias a Dios por tantos cofrades que a lo largo de todos estos años han velado por la vida de la Cofradía».
El Obispo recordó que, este año de celebración de la Cofradía, lo es también para toda la Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón, que conmemora el 775º aniversario de la creación de la Sede episcopal, en Segorbe. Y teniendo la necesidad de recordar nuestra historia, «no podemos vivir en el pasado y debemos estar dispuestos a renovar, purificar y alentar para vivir el presente con intensidad, y hacerlo desde la Palabra de Dios, que es una Palabra viva».
En este sentido ofreció tres claves: «amar, creer y caminar con el Señor».
Amar
«Dios es amor», un amor infinito, y quiere hacernos partícipes de ese amor. Su amor nos hace renacer, gracias al Bautismo, porque «estamos llamados por amor para el amor, esa es nuestra vocación, la vocación de todo ser humano y de todo cristiano, que después se va congregando en vocaciones concretas», la vida sacerdotal, la consagrada o la matrimonial. «No hay nada más triste en este mundo que no amar ni ser amados» indicó nuestro Obispo.
Creer
Creer en Dios es «acogerlo y fiarse de Él, confiar en Él», confiar en los sacramentos, confiar en la Iglesia. «Quien así actúa deja que la Palabra de Dios, a través de los sacramentos, vaya cambiando su vida, vaya profundizando, cada vez más, en esa vocación al amor». Exhortó a «creer cada vez más en Cristo Jesús desde el encuentro personal con Él, y también en grupo, en Cofradía, escuchando su Palabra, celebrando lo más grande que tenemos, que es la Eucaristía, la actualización del Misterio Pascual, el centro de nuestra fe».
Caminar hacia la vida eterna
La vida eterna «no es una vida que comienza después de la muerte, sino que es la vida plena y feliz». A veces olvidamos «que estamos de camino hacia Dios, hacia la vida plena y eterna», y eso hace que vivamos «como si Dios no existiera, y reducir nuestras celebraciones a momentos puntuales», indicó. La fe cristiana debe vivirse con intensidad.
Fase Diocesana del Sínodo de los Obispos
D. Casimiro también hizo referencia a la apertura del proceso sinodal en la Diócesis de Segorbe-Castellón. «Una Fase Diocesana y un camino sinodal que enriquece y fortalece lo que ya comenzamos al inicio de este curso en nuestra Iglesia diocesana, ese proceso de oración y de reflexión, para prepararnos debidamente a celebrar el Año Jubilar diocesano«. En este sentido, pidió a los miembros de la Cofradía que hicieran «un grupo de oración y de reflexión desde la Palabra de Dios».
La M.I. Cofradía de la Sangre de Vila-real es medalla de oro de la ciudad, concedida en 2017. Este año de celebración del 475º aniversario comenzó el pasado mes de marzo con el acto de presentación del nº 21 de la Revista «La Sang» que edita la propia Cofradía, y finalizará el 5 de marzo de 2022 con el Pregón Diocesano.
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