Canto del Magnificat en conmemoración del XCVIII aniversario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó
Con devoción y fervor a la Mare de Déu del Lledó, cientos de castellonenses se han reunido esta mañana en la Concatedral de Santa María para el Canto del Magnificat a la Reina y Patrona de la ciudad de Castellón, acto que ha presidido nuestro Obispo, D. Casimiro, en el nonagésimo octavo aniversario de la Coronación, y vigesimotercero de la Consagración de la Concatedral. La parte musical ha corrido a cargo de la Coral de Barreros, con Augusto Belau en el órgano.
Se ha procedido al traslado de la imagen de la Virgen del Lledó desde la capilla lateral del templo hasta el Altar Mayor y, posteriormente, el Prior de la Real Cofradía del Lledó, D. Miguel Abril, ha proclamado el Evangelio de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel.
La Virgen “lleva a otros, en este caso a Isabel, la alegría que da el encuentro con el Señor”, ha dicho D. Casimiro, exhortando al encuentro con Dios y a hacer su voluntad, “cuando Dios actúa en nuestra vida nos hace más grandes, no tengamos miedo a dejar entrar a Dios en nosotros como hizo María”.
“Dios no quita nada, lo da todo”, y la condición que nos pone, ha indicado el Obispo, es que seamos humildes, pues “solo cuando uno se siente necesitado de Dios y de los demás es capaz de abrir su corazón a los dones que el Señor ofrece”.
“La tentación del ser humano desde el origen es querer ser Dios al margen de Dios”, ha explicado, “y María nos muestra que lo contrario es el camino: dejar a Dios entrar en nuestra vida”.
Lo que le ha pedido hoy el Obispo a la Virgen es que toda la Iglesia diocesana y toda la ciudad de Castellón se encuentre “con el Señor resucitado, para que así crezcamos en humanidad y en santidad”.
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