Un nutrido grupo de feligreses de la parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. de Albocàsser ha visitado la exposición itinerante que, con motivo del Año Jubilar por el 775º aniversario de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe (1247-2022), se ha inaugurado recientemente en la parroquia.
Personas de todas las edades han recibido esta exposición con mucho interés y alegría por tan importante Jubileo, explica el párroco, D. Gabriel Bettín. La exposición «Segobricensis 775: Comunión y Misión» permanecerá abierta al público durante dos semanas.
El pasado sábado, día 25 de febrero, en el transcurso del VI Encuentro Diocesano de Jóvenes, celebrado en Segorbe, un nutrido grupo de catequistas acompañantes de los jóvenes tuvieron un encuentro de oración y reflexión sobre los frutos que el Jubileo Diocesano para la catequesis.
Según explica el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado, D. Juan Agost, “esta segunda catequesis, como la celebrada en la Jornada de la Infancia Misionera el mes pasado, nos ha ayudado a comprender mejor la necesidad de avanzar en el proceso de la Iniciación Cristiana en clave catecumenal, de la acogida y acompañamiento de los adolescentes y jóvenes en el seno de nuestras comunidades parroquiales y movimientos, así como de la importancia de una adecuada propuesta del Primer Anuncio del Evangelio también en las familias de los niños y jóvenes. Porque la Alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”.
Fue un encuentro muy enriquecedor, “del que salimos con el aliento del Espíritu para avanzar en la gracia de la conversión personal que el Jubileo nos ofrece, intensificando nuestro anuncio y testimonio gozoso del Señor Resucitado en nuestra vida diaria”, concluye.
VI Encuentro Diocesano de Jóvenes en Segorbe con motivo del Año Jubilar Diocesano
Casi 250 adolescentes y jóvenes confirmandos se han unido hoy a la celebración del Año Jubilar Diocesano durante el VI Encuentro que, organizado por la Delegación para la Infancia y la Juventud, se ha celebrado extraordinariamente en Segorbe.
La S.I. Catedral ha acogido a los peregrinos, procedentes de diferentes comunidades parroquiales de la Diócesis, así como a sus párrocos y catequistas en una jornada que ha sido de júbilo y celebración, pero también de reencuentro con Jesucristo en este proceso de maduración y crecimiento de fe que supone prepararse para recibir el Sacramento de la Confirmación. Han participado las parroquias de San Miguel, San Vicente Ferrer, Santa María y La Sagrada Familia (Castellón); la parroquia de San Francisco, y la Arciprestal San Jaime (Vilarreal): También las parroquias de San Bartolomé de Nules, San Jaime de Oropesa del Mar, San Bartolomé de Torreblanca, Santo Tomás de Benicassin; La Asunción de La Vall d’Uixó, y las parroquias de Betxí, Segorbe y Azúebar. Del mismo modo se han sumado a este Encuentro Casa de Misericordia, Jòvenes en el corazón de Cristo, Juniors el Carmen y Scouts Tramuntana Almassora, entre otros movimientos juveniles de la Diócesis
A primera hora de la mañana se concentraban en la explanada del Santuario de la Cueva Santa, Patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, y en el interior ha habido una pequeña celebración, con la bendición de los peregrinos y la lectura del Evangelio. Desde allí han emprendido camino a pie hasta Segorbe.
En este especial peregrinaje a la Iglesia Madre de nuestra Diócesis, «hemos considerado muy oportuno hacerlo de la mano de María, que acoge y abraza a todos nuestros jóvenes para llevarlos hasta su Hijo», ha señalado D. José Miguel Sala, Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud.
Con gran entusiasmo y alegría se ha iniciado la jornada «en camino» simbolizando que ellos – los jóvenes – «también lo hacen en comunión con nuestro Obispo para salir a la misión que la Iglesia les encomienda de anunciar la alegría del Evangelio a aquellos otros que están más alejados o que ni tan siquiera conocen a Jesucristo».
Acompañarles en este proceso supone, según advierte el Delegado Diocesano, «compartir sus inquietudes y sus anhelos, escucharles y comprender las dificultades a las que muchas veces se enfrentan en el camino de la vida». De hecho para el Encuentro de hoy, la Delegación Diocesana ha preparado material que les ha ayudado a vivir la jornada de la mano del mejor amigo: Jesús, a través del Sacramento de la Confesión.
Llegados a Segorbe, han sido acogidos en la Capilla del Seminario Diocesano. En procesión se han dirigido a la S.I. Catedral donde, tras cruzar la Puerta Santa, renovar el Bautismo y profesar su fe, han participado en la Santa Misa que ha presidido Mons. Casimiro López Llorente.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro ha agradecido al Cabildo Catedral la acogida y ha mostrado su agradecimiento a los catequeistas y sacerdotes que han acompañado hoy a los jóvenes catecúmenos “por sembrar en ellos la Palabra del Señor y llevarlos hasta el encuentro con Él” por todos los frutos que ello supone.
Durante la homilía, se ha referido a la importancia histórica de la celebración que supone casi ocho siglos de historia de nuestra Diócesis desde que la Santa Sede creara la Cátedra del Obispo en Segorbe, como signo de la sucesión apostólica, que ininterrupidamente, nos remonta a la Iglesia misma de Jesús, por lo que sus primeras palabras han sido para dar gracias a Dios por la Iglesia de Segorbe-Castellón y por los dones concedidos a lo largo de la historia.
Así ha repasado junto a los adolescentes y jóvenes los signos de la celebración jubilar y que, como recordaba “comenzaba en la Cueva Santa para caminar juntos al encuentro con el Señor” resaltado la importancia de “caminar juntos como cristianos tal como lo hacía Jesús junto a sus discípulos” y formar así “la familia de los amigos de Jesús”.
La unión de todos hoy, forma, ha dicho D. Casimiro, una parte del Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, “independientemente de la parroquia a la que pertenecemos o del movimiento de la Iglesia con el que caminamos en la fe, todos formamos parte de la familia de los Hijos de Dios y amigos de Jesús”.
Ha recordado el paso por la Puerta Santa, “signo vivible del mismo Jesús que es la puerta para entrar en su comunidad e ir al Padre, haciendo estación ante la presencia real de él en medio de nosotros a través de la Eucaristía”.
Les ha animado a ser piedras vivas de la Iglesia que camina en Segorbe-Castellón “en comunión con Dios y con los hermanos para salir a la misión y anunciar la alegría del Evangelio”. No ha sido ajeno nuestro Obispo a las especiales dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en la sociedad actual y que, en alguna circunstancia provocan consecuencias irremediables haciendo alusión al elevado índice de suicidios entre la gente joven.
En este sentido les ha animado a “mirar a Jesús ante la falta de esperanza, ante el desaliento o el desánimo porque Él es la luz que nos guía en el camino” y hacerlo presente en los demás, sintiéndose siempre “invitados por el Señor a llevar todos juntos la alegría y la esperanza que da su Evangelio bajo la protección de la Virgen de la Cueva Santa”.
La jornada ha continuado con la comida fraterna para participar, ya por la tarde, en tres interesantes talleres que se han organizado pensando, precisamente, en aquellas cuestiones que son más susceptibles de empatizar con ellos y así dar respuesta cristiana a las muchas inquietudes que manifiestan. Así, los influencers católicos Quique y Mery han sido los ponentes del taller sobre el noviazgo; Juan Colomina, psicólogo y experto en adicciones les ha ayudado a conocer pautas y herramientas para evitar caer en este mal que, en diferentes tipologías atrapa a muchos jóvenes. Por último se ha celebrado una charla de series y películas ofrecida por el escritor y director de cine, Diego Blanco.
Los jóvenes confirmandos también han podido celebrar un rato de oración íntima con el Señor a través de la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar. Y como no hay encuentro de jóvenes sin música, la Delegación Diocesana ha organizado un concierto con la rapera católica Aisha que ha servido para poner el colofón a un Encuentro en el que los adolescentes y jóvenes de nuestra Diócesis, han ganado también su Jubileo.
Palabras de D. Casimiro en la Peregrinación Jubilar de los Arciprestazgos de Vila-real y Burriana
Cientos de personas de las comunidades parroquiales de los Arciprestazgos de Vila-real y Burriana, celebraron ayer la Peregrinación Jubilar a la Catedral de Segorbe lo hicieron acompañados de los párrocos y sacerdotes de las diferentes parroquias y en comunión con nuestro Obispo tal como viene sucediendo este Año de Gracia en el que estamos celebrando el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.
Los peregrinos se reunieron a primera hora de la mañana en la Capilla del Seminario Diocesano donde se unieron en oración ante el Santísimo Sacramento expuesto en el Altar, donde se celebró un acto penitencial para, a través del Sacramento de la Reconciliación, recibir la misericordia de Dios, a través del perdón de los pecados. Así, a través de la gracia del perdón recibida, los peregrinos partieron en procesión hacia la Catedral, donde, tras cruzar la Puerta Santa, renovaron la fe haciendo parada en la pila Bautismal y frente al Sagrario, uniéndose así a Cristo Jesús, a través de la Eucaristía.
Tras la celebración de la Liturgia de la Palabra, D. Casimiro manifestó «la alegría del corazón al ver a los hermanos unidos en oración, en la escucha de la Palabra y la renovación del Misterio Pascual que es la muerte y resurrección del Señor para que todo el que crea en Él tenga vida eterna», en una celebración muy especial que, como viene siendo habitual en este Año Jubilar la Iglesia de Segorbe-Castellón celebra en la Iglesia Madre Catedral.
El Obispo, saludó afectuosamente al Cabildo Catedral, a los arciprestes de Vila-real y Burriana, así como a los párrocos y vicarios parroquiales que, «en sus manos, el Señor ha puesto al cuidado de cada una de las comunidades parroquiales» dijo D. Casimiro, dirigiéndose con especial cariño «a los fieles que representan a la Iglesia peregrina del Señor» en dichos arciprestazgos.
Y allí, frente a la cátedra del Obispo en la Iglesia Madre de nuestra Diócesis, origen de nuestra Iglesia Diocesana, dio gracias a Dios «por tantos dones que, como Iglesia del Señor, hemos recibido de Él, fuente y origen de todo don, a quien también pedimos perdón para que nos purifique de todos los pecados que a lo largo de la historia haya podido cometer nuestra Iglesia por no haber sido transparente del Señor entre los hombres o bien, por nuestros propios pecados».
D. Casimiro recordó que el Señor, que es misericordia, «nos ha concedido la gracia del perdón y limpiar así las huellas que el pecado deja en nuestra alma y que nos impiden caminar hacia el bien, logrando así la indulgencia plenaria», recordando el acto penitencial que se celebró previamente en la Capilla del seminario.
La celebración estuvo cargada de «signos visibles que como los sacramentos nos ayudan y nos llevan a contemplar lo invisible». Uno de ellos la propia peregrinación, dijo D. Casimiro, que es «signo de nuestra condición de Iglesia peregrina del Señor, integrada por cuantos forman la porción del Pueblo de Dios que representan los arciprestazgos de Vila-real y Burriana y llamados a caminar siempre al encuentro con el Señor».
Y, en ese encuentro «hemos atravesado la Puerta Santa que es signo de Cristo Jesús, puerta que nos lleva a ingresar en su comunidad», recordando que así lo hacemos al recibir el Bautismo, «a través del cual no solo somos limpiados de todo pecado sino también somos hechos hijos e hijas de Dios, hermanos de Cristo y miembros de esta Iglesia».
La entrada en esta Iglesia, templo físico y morada de Dios entre los hombres, «es signo de que aquí vive Dios, y al mismo tiempo símbolo de nuestra Iglesia Diocesana», donde nos reunimos bajo la presidencia de su Pastor «alentada por el Espíritu, congregada en torno a la Palabra y a la Eucaristía para crecer en comunión con Dios y con los hermanos para salir así a la misión y que nos invita a ser un templo de piedras vivas».
Así, exhortó a los presentes a vivir, «con intensidad desde la raíz y desde el fundamento con una fidelidad creciente esa nueva vida que recibimos el día de nuestro bautismo para que así nuestra Iglesia sea de verdad transparencia de Dios ante los hombres». Y no para poseer y como ámbito de poder, resaltó D. Casimiro, sino «para servir a Dios sirviendo a los hermanos, siendo instrumento para crear unidad con Dios y entre los hombres». Estamos llamados «a recuperar nuestra identidad como Iglesia – dijo el Obispo -. En este sentido se refirió a las comunidades eclesiales en la medida que están insertas en la Iglesia Diocesana y así en la Iglesia Apostólica y «trabajar para no perder la eclesialidad «que toda la Iglesia sea una transparencia de la presencia del Señor», invitándoles «a vivir nuestra condición de Iglesia del Señor elegida para ser su signo de salvación entre los hombres».
Prosiguió la homilía detallando el resto de los signos y destacó aquellos otros como el altar, donde además de la sede episcopal se encuentra el ambón desde donde se proclama de la Palabra y el mismo altar que representa a Cristo que «es la piedra angular desde donde se ha de construir cada comunidad cristiana y cada vida cristiana, todo ello bajo la acción del Espíritu Santo que sigue presente entre nosotros, para seguir siendo Iglesia peregrina del Señor».
Y desde esa comunión, dijo D. Casimiro, «el Señor nos envía a la misión», y, refiriéndose a la Palabra proclamada durante la celebración, acentuó que «es la misma Palabra de Dios, de Cristo Jesús vivo, aquí y ahora». Una Palabra con la que el Obispo bendice tras su proclamación, a los fieles. Una Palabra que está dirigida a cada uno de los que, «entorno a su mesa, nos reunimos y que somos enviados a predicar el Evangelio y llegar a la plenitud de la vida». «Él nos envía como a Jeremías – dijo D. Casimiro en referencia a las lecturas – y lo hace recordándonos que contamos con su presencia todos los días hasta el fin del mundo».
Por ello, si creemos de verdad que «Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, y que fuera de Él no hay salvación ni transformación de la humanidad, no hay justicia ni gracia, tenemos que ofrecerlo a otros porque gratis lo recibimos y gratis lo hemos de ofrecer según nuestra condición, vocación, ministerio y carisma recibido», refiriéndose a los niños, jóvenes, adultos y presbíteros que ayer le acompañaron en la celebración «y hacerlo juntos según los dones recibidos al servicio de los demás, y, sobre todo, al servicio del anuncio del Evangelio, aún cuando las mujeres y los hombres de hoy intenten eludir la presencia de Dios en su vida».
La misión hay que realizarla «juntos» resaltó D. Casimiro, «porque solos nos perdemos, nos desalentamos y nuestra fe va menguando y nuestro ánimo se desalienta y caemos un poquito en la tristeza o el tibieza de ser cristianos». Y, en este sentido, se refirió a cómo, a través de la celebración Jubilar, «el Señor nos invita a recoger su gracia, su vida, su comunión, para salir a la misión y para crecer como Iglesia Diocesana que es don de Dios para toda la humanidad, sirviéndole y amándole integrados en ella para vivir mejor nuestra condición de cristianos».
Para concluir, elevó petición «para que Dios nos conceda la gracia de abrir nuestros corazones a la acción del Espíritu y salir con esperanza y alegría a la misión», todo ello de la mano de la Virgen, siguiendo su ejemplo, haciendo siempre «lo que Él os diga».
Los próximos 9 y 10 de febrero, en el contexto de celebración del Año Jubilar
Este próximo fin de semana tendrá lugar, en dos sesiones, la Conferencia de Pastoral, que se va a celebrar en el contexto de celebración del Año Jubilar Diocesano.
Bajo el título «Segobricensis 775, una Pastoral para nuestro tiempo», D. Juan Manuel Gallent, tratará de «volver a las huellas de Jesús guiados por el Espíritu Santo» con el objetivo de realizar una «mirada evangélica a nuestra Diócesis» desde la renovación espiritual y pastoral, pero también estructural, haciendo una lectura atenta de los signos de los tiempos para afrontar los caminos de renovación de nuestra Diócesis a partir de la luz de la Palabra de Dios.
Así, este próximo jueves, 9 de febrero, la conferencia tendrá lugar en el salón de actos de la Parroquia de Santa María, en Castellón, a las 19.00h de la tarde.
Ya, el viernes, 10 de febrero, para todos los fieles de la comarca del Alto Palancia, se celebrará, a las 19.30h de la tarde, en la S.I. Catedral de Segorbe.
Palabras de D. Casimiro en la peregrinación jubilar de los Arciprestazgos de Castellón a la S. I. Catedral
Este sábado los Arciprestazgos de Castellón, en comunión con nuestro Obispo, han celebrado el Año Jubilar Diocesano. Los fieles de todas las parroquias de Castellón, junto a sus respectivos párrocos, así como a movimientos eclesiales, cofradías y asociaciones de fieles han peregrinado a la Santa Iglesia Catedral.
Como preparación a la jornada de hoy, el pasado martes se organizó una celebración penitencial en la Concatedral de Santa María, en Castellón que, iniciándose a las 18h. de la tarde se prolongó hasta las 20h, donde en adoración y oración ante el Santísimo Sacramento quienes lo desearon pudieron confesarse.
La celebración de hoy ha arrancado a primera hora de esta mañana en la Capilla del Seminario Diocesano de Segorbe, desde donde, cumpliendo con los ritos de la peregrinación, han salido en procesión hasta la Puerta Santa.
Mons. Casimiro López Llorente ha presidido la Misa del Peregrino que ha estado concelebrada también por todos los sacerdotes participantes. Tras la proclamación de la Palabra, la homilía de nuestro Obispo se ha centrado en la importancia de la celebración como acción de gracias a Dios por el legado de fe de quienes nos precedieron y también como oportunidad única de acoger la gracia del Año Jubilar uniéndonos a Cristo para crecer en comunión y juntos contribuir a la misión de anunciar el Evangelio.
El Obispo ha dado gracias gracias a Dios por cada uno de los presentes y por las comunidades parroquiales a las que representan «porque con vuestra presencia, hoy aquí, manifestáis vuestro deseo de acoger la gracia de Dios que nos ofrece en este Año Jubilar para dejarnos renovar en nuestra fe, en nuestra vida cristiana y en nuestra vida diocesana encontrando el camino para llevar a Cristo Jesús y a su Evangelio a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo».
D. Casimiro se ha referido «a la renovación que el Señor nos ofrece para hacerla desde Él porque somos Iglesia peregrina al encuentro definitivo del Señor». «Él es el centro de nuestra fe y de nuestra vida», ha dicho el Obispo. Ha recordado que los signos de la peregrinación nos hablan permanentemente de Él, y se ha referido a la parada en cada una de las estaciones, desde la entrada por la Puerta Santa «que es Cristo mismo y la puerta para entrar en la vida de los Hijos de Dios por el Bautismo», ha dicho nuestro Obispo, uniéndonos a Jesucristo frente al Sagrario como paso previo a la solemne celebración de la Eucaristía y al encuentro con Él a través de la Palabra.
En este sentido se ha referido a «la Eucaristía y la Palabra de Dios como elementos que no pueden faltar en la vida de un cristiano porque ahí está la fuente de la vida, del amor y de la comunión con Dios y con los hermanos». Durante la homilía D. Casimiro ha recordado la importancia de peregrinar a la la sede episcopal, donde se encuentra la cátedra del Obispo «que nos sitúa como Iglesia Diocesana en la sucesión apostólica y nos entronca con el mismo Cristo Jesús».
La de hoy ha sido una celebración en la que también se ha recordado que mañana domingo, la Iglesia celebra la Jornada del Domingo de la Palabra. En este sentido, como padre y Pastor de la Iglesia de nuestra Diócesis, nos ha exhortado a «darla a conocer, divulgarla, acogerla y hacerla viva». La Palabra de Dios «es actual – ha recordado D. Casimiro, «y nos interpela aquí y ahora para renovarnos en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestra vida y que hemos de acoger para que de verdad sea una palabra viva que va transformándonos hacia Cristo».
La Palabra de Dios «nos lleva a la Eucaristía donde renovamos el Misterio Pascual y el Señor se nos da uniéndose a nosotros y crea fraternidad entre nosotros», ha destacado D. Casimiro, «uniendo a las hijas e hijos de Dios, siendo testigos del amor proclamado y celebrado en la Eucaristía». Así ha invitado a los presentes a participar activamente en la Eucaristía e invitar a otros a hacerlo porque sin ella, «nuestra vida personal y comunitaria se debilita y nos quedamos sin fuerza para proclamar lo que hemos celebrado a otros».
Estas palabras ha servido a nuestro Obispo para recordar el lema de este Año Jubilar en el que todos estamos convocados a «crecer en comunión para salir a la misión». La misión de todos nosotros como Iglesia Diocesana «no es para nuestro propio deleite, sino para mostrar a otros lo que hemos recibido que es a Cristo Jesús muerto y resucitado para que todo el que crea en Él tenga vida eterna porque Él es luz en nuestro caminar».
¿Cómo hacerlo?, ha interpelado D. Casimiro a la asamblea, «cada uno ha de ver el momento y el lugar, pero si se vive la fe, – ha dicho recordando a Jeremías – se transmite por el testimonio de vida, tanto si se es joven como si se es mayor porque toso somos piedras vivas de este templo que simboliza a nuestra Iglesia Diocesana», invitándonos a convertirnos en testigos de Jesús, «trabajando juntos para que la buena nueva llegue a todos, porque el Señor nos ha llamado a vivir la comunión».
Para concluir ha recordado que «el Señor nos acompaña siempre y no hay que tener miedo, a pesar de que los tiempos son difíciles». Todos unidos y, «alentados por el Espíritu hemos de salir al encuentro con las mujeres y los hombres de hoy», ha concluido D. Casimiro. Y así ha pedido intercesión a la Virgen, «para que como ella acojamos la Palabra de Dios y hacer la voluntad del Señor».
La jornada de hoy lo ha sido de júbilo y alegría para todos cuantos han participado en la peregrinación. La Parte musical de la celebración ha corrido a cargo de la Capilla de la S.I. Catedral de Segorbe
Alrededor de 30 catequistas del Arciprestazgo “Nuestra Señora Virgen de la Misericordia” (Burriana), se han reunido esta semana para participar en un Encuentro de Formación, organizado por la Delegación diocesana para la Catequesis y el Catecumenado.
Han sido dos sesiones que se han celebrado en los salones parroquiales de María Auxiliadora, Burriana, dirigidas por el Delegado diocesano, D. Juan Agost, y en la que también ha participado el párroco, el salesiano D. José Gómez.
En la primera de ellas, los catequistas hablaron de los frutos que esperan del Año Jubilar diocesano para la catequesis, interrogándose por lo que el Señor les pone en el corazón, por lo que espera Él de ellos en su misión. Algunas de las respuestas fueron proponer a los niños y jóvenes un encuentro profundo del Señor, también a los padres, deseando una mayor implicación en la transmisión de la fe por parte de las familias.
Para ello realizaron una revisión del magisterio de los últimos Papas, concretamente desde San Juan Pablo II, pasando por Benedicto XVI, hasta Francisco. Y realizaron un análisis de un problema que D. Casimiro menciona en su Carta Pastoral con motivo del Jubileo: la existencia de cierto desaliento, desesperanza, acedia y tibieza; para lo que es necesario la urgente «conversión pastoral y misionera de toda nuestra Iglesia».
En la segunda sesión se centraron en el Primer Anuncio, en su significado, contenido e importancia para el primer encuentro de las personas con Jesucristo. Para ello revisaron las palabras del papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra”.
También los nuevos métodos de evangelización, en el momento actual, y una conferencia de Mons. Fisichella sobre el Primer Anuncio, en la que, situada dentro de las Jornadas Nacionales de Apostolado Seglar, analizaba su importancia y prioridad pastoral en el actual contexto social.
En este sentido, alguna de las respuestas fue la importancia de la experiencia cristiana y del mejor testimonio de vida, tanto personal como comunitario, que hable a los demás con amor y humildad de Jesucristo como Hijo de Dios y Salvador de la humanidad, e invitando a establecer una primera o una renovada relación personal con Él.
La jornada de Infancia Misionera se celebrará en toda España el próximo 15 de enero
Con el comienzo del nuevo año, arrancamos la campaña de Infancia Misionera. Aunque su lema fundacional es “los niños ayudan a los niños” y ellos también aportan su granito de arena, Infancia Misionera no es solo cosa de los más pequeños. Desde que, hace 100 años, esta iniciativa se asumiera como una Obra Pontificia, se convirtió en el cauce oficial de la Santa Sede para sostener el trabajo que la Iglesia realiza con la infancia en los territorios de misión. Las necesidades son enormes, así que también los adultos están invitados a conocer los proyectos que se llevan a cabo y colaborar.
Para ello, se ha renovado la web: https://infanciamisionera.es/ – disponible desde el inicio de Adviento, con materiales y actividades para colegios y parroquias-, con algunos de los 2.577 proyectos financiados por Infancia Misionera en 2022. La campaña viene acompañada, además, de un vídeo, en esta ocasión protagonizado por tres niños: Harriet, de Uganda, Chan, de Tailandia, y Vikhonuo, de India. ¿Qué tienen en común? Los tres han encontrado apoyo y una familia en la Iglesia Católica. Y, como ellos, más de cuatro millones de niños han sido ayudados por Infancia Misionera.
En palabras de Fernando González, responsable de esta Obra en España, “conocer un poco de la vida de estos niños nos hace ponerle cara y nombre a todo lo que hace Infancia Misionera. A veces, no somos conscientes de que nuestra ayuda puede cambiar la vida de muchos niños. Cada cosa que hacemos, cada euro que donamos o cada vez que rezamos por ellos y por los misioneros, estamos mejorando las condiciones de vida de estos niños. Y todo esto es gracias a la ayuda que cada uno de nosotros damos en la jornada de Infancia Misionera. Sin duda, una oportunidad única para colaborar en mejorar el mundo”.
XX Encuentro Diocesano de la Infancia Misionera
Este habitual encuentro en nuestra Diócesis, que no se ha celebrado en los últimos años a causa de la pandemia, tendrá lugar el sábado 28 de enero en el Seminario de Segorbe. Están convocados todos los niños de la Diócesis, sus padres, los catequistas y maestros.
Además, los niños misioneros se unirán a la celebración del Año Jubilar diocesano por el 775º aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe, pues peregrinarán a la Catedral para ganar el Jubileo. Deberán llevar el almuerzo, la comida, la bebida y una aportación voluntaria de 2 €.
Para su organización está prevista una reunión el lunes 23 de enero a las 20 h. en la Casa Sacerdotal (Pl. Bisbe Pont i Gol, 3, Castellón), siendo este el último día para entregar las inscripciones. Deberá acudir un representante por parroquia o colegio.
Los miembros de las Cofradías, Hermandades y Asociaciones de Semana Santa de la Diócesis de Segorbe-Castellón han acudido esta tarde a la S.I. Catedral para ganar el Jubileo en este 775º aniversario de la sede episcopal en Segorbe.
Estaban convocados a las 16,30 h. en la capilla del Seminario, donde se han preparado desde la oración y la reconciliación con el Señor y con los hermanos cofrades. De esta manera han peregrinado hacia la Catedral, pidiendo la intercesión de los santos, y han entrado por la Puerta Santa.
Han visitado la Fuente Bautismal para renovar la fe de la Iglesia que nos gloriamos en profesar en Cristo Jesús, Señor Nuestro. Y se han detenido ante el Sagrario para el encuentro personal con el Señor, presente en la Eucaristía.
Tras ello han celebrado la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, y concelebrada por D. Federico Caudé, Deán y Consiliario diocesano para la Junta; D. José Manuel, miembro del Cabildo; y D. Ángel Cumbicos, Secretario Particular.
Del mismo modo que este Jubileo, el tiempo de Adviento, ya cercana la Navidad, “nos habla del encuentro con el Señor que nace en Belén, para mostrarnos y darnos el amor y la vida de Dios”, indicaba el Obispo en la homilía.
El edificio de la Catedral “remite a la comunidad que aquí celebra, la Iglesia diocesana que está llamada a ser la morada de Dios entre los hombres, para ser signo e instrumento de Jesucristo y de su Evangelio en el mundo – ha explicado – y esa es nuestra misión como Iglesia”.
Para ello, el Año Jubilar nos llama, en primer lugar, “a la conversión de corazón a Dios, a Cristo y a nuestra Iglesia, para sentirla como propia y para amarla”, y desde ahí “dejarnos renovar y purificar en nuestra vida cristiana”, para poder ser de verdad piedras vivas. La Iglesia, como dice el lema, “está llamada a crecer en la comunión para salir a la misión, cuya fuente está en Cristo Jesús, que genera comunión entre nosotros”, también entre las Cofradías y Hermandades, ha recalcado.
Los cofrades deben proponer a los demás, y durante todo el año, “a lo mejor que tenemos, que es Cristo Jesús y la Virgen, en las diferentes advocaciones”. La procesión es “una manifestación pública de la fe, pero también una muestra de los misterios básicos de nuestra fe, que para muchos ya son desconocidos”. D. Casimiro ha exhortado a “anunciar al Señor a tiempo y a destiempo”. “El Señor y la Iglesia diocesana cuenta con vosotros para ello”.
Asamblea General Extraordinaria
Posteriormente se ha celebrado la Asamblea General Extraordinaria, teniendo entre los puntos del orden del día informar del calendario de actividades y eventos en el próximo año 2023, entre los que está el XIV Encuentro Interdiocesano (11 de febrero en Crevillente), el XXXIII Pregón Diocesano (25 de febrero en la Concatedral de Santa María, Castellón), el Via-Crucis Diocesano con motivo del Año Jubilar (4 de marzo en Segorbe), y el XXX Procesión Diocesana (26 de marzo en la Concatedral de Santa María, Castellón).
Otro de los puntos era el nombramiento del Hermano Mayor para los actos del año 2023, D. Juan Antonio Guzmán Martí.
Y se ha presentado e impuesto la medalla a la Cofradía de la Virgen de los Dolores de Almassora, que se incorpora a la Junta Diocesana.
Uno de los últimos puntos tratados ha sido la presentación y entrega del Boletín Diocesano nº 18 de la Junta.
Los fieles de las parroquias que integran el arciprestazgo de La Vall d´Uixó, junto a sus párrocos, han peregrinado hoy a la Catedral, símbolo de nuestra Iglesia, para ganar el Jubileo por el 775º aniversario de la creación de la sede episcopal en la ciudad de Segorbe.
Las parroquias convocadas en esta ocasión eran las de: Chilches, La Llosa, Alfondeguilla, Moncófar, La Vall d´Uixó y Almenara. Han acudido alrededor de 500 personas, llenando por completo la Catedral, siendo ésta la peregrinación que más fieles ha congregado de las que se han celebrado hasta hoy.
Como en las anteriores, los peregrinos han orado ante el Santísimo en la capilla del Seminario, donde también se han podido confesar. Tras ello, junto al Obispo, han iniciado la peregrinación guiados por la cruz hasta la Puerta Santa de la Catedral. Atravesado su umbral, han hecho estación en la primera fuente bautismal y en el Sagrario.
Luego, mientras se interpretaba el Himno del Año Jubilar “He aquí la morada de Dios”, ha dado comienzo la Misa del Peregrino.
En la homilía, el Obispo ha señalado que la Catedral de piedra nos recuerda que los cristianos estamos llamados a ser – a través de la acción del Espíritu Santo, de la Palabra de Dios y de los sacramentos – un templo de piedras vivas, la casa de Dios.
Pero para ello debemos edificarnos en Cristo, siendo necesario dejarse transformar y purificar continuamente por Dios, y viviendo con alegría el gran don que cada uno de nosotros hemos recibido, de forma que el Señor y su Evangelio llegue a todos.
Además, ha exhortado a aprovechar este Año Jubilar, un tiempo de gracia para convertirnos al Señor, que nos ayudará a crecer en la comunión y a sentir y a amar a la Iglesia diocesana como propia. Sin esa conversión de corazón a Dios no será posible la necesaria renovación personal y de nuestra Iglesia, para salir a la misión y llevar a otros la alegría del Evangelio.
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