Comienza la Peregrinación Diocesana a Roma con una Eucaristía en la Basílica de Santa María la Mayor
Ayer por la mañana llegaron a Roma las 110 personas que, encabezadas por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, están participando en la Peregrinación Diocesana como colofón al Año Jubilar diocesano con el que hemos celebrado el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe, y el origen de nuestra Iglesia diocesana.
Muchas generaciones de peregrinos han llegado a Roma, procedentes de todos los rincones del mundo cristiano, con el fin de venerar las tumbas de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, y profundizar en su comunión con la Iglesia de Cristo, fundada sobre los apóstoles. De esta forma fortalecen las raíces de su fe. Durante estos días lo hace la Iglesia de Segorbe-Castellón, porque junto a ellos y junto a nuestro Obispo vamos todos, unidos en la oración.
Por la tarde visitaron la Basílica de Santa María la Mayor, construida por el Papa Sixto III en el año 432 en recuerdo del Concilio de Efeso, que en el año 431 había definido que María sí es Madre de Dios. Se trata de una de las cuatro Basílicas papales de Roma y es la única que ha conservado la antigua estructura paleocristiana.
Allí celebraron una Eucaristía, que presidió D. Casimiro y concelebraron los ocho sacerdotes de la Diócesis que están participando en la Peregrinación. “Venimos a dar gracias a la Madre”, dijo nuestro Obispo en la homilía, con el deseo de que “la Peregrinación nos lleve al encuentro con Cristo Jesús, a las raíces de nuestra fe, por medio de María, Madre de la Iglesia”.
Además, explicó que María está implicada en la redención, es la Madre de la Iglesia y la Madre de los creyentes, que nos lleva a la salvación. Ella es la creyente por excelencia por su gran fe. “Da una muestra de fe plena y total al ángel que le habla de parte de Dios, y pone toda su existencia en la acción de Dios”. Además, su fe “es operativa a lo largo de la vida, en servir a Isabel, en el nacimiento de su hijo y en su entrega en la cruz”, continuó. “María nos dice que creer en Dios es acogerlo en la vida, es llegar a la convicción de que sin Dios nada somos”. Nos enseña pue a creer y a fiarnos de Dios.
También es mujer de caridad, porque “la fe nos impulsa a la caridad”. Ella “no solo va a ayudar a Isabel sino a llevar al Señor”, indicó. Del mismo modo, todo cristiano debe llevar el amor a Dios al prójimo, sirviendo.
Y María es modelo de unión con Dios en su Hijo, y nos llama al encuentro con Él, “a mantenernos en la fe y a no fiarnos de nuestras propias fuerzas”, sino más bien “que nos aliente la Madre de Dios a llevar la caridad, a Cristo, a las personas que tenemos a nuestro lado”.
Del mismo modo, “el Papa nos enseña que toda acción misionera es llevar a Jesús, que está en María, imagen de la Iglesia”. “Pedimos por nosotros, para que nos haga agentes de evangelización. Te lo pedimos a ti, Salus Populi Romani”.
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