Educar a los hijos es la vocación natural de la familia
8º video del diálogo del Papa con las familias en el «Año de la Familia» Amoris Laetitia
A partir de los capítulos de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, el Santo Padre, con la ayuda de algunas familias, nos está invitando mensualmente a releer el documento papal y a redescubrir el valor y la belleza de la familia.
En este octavo video de diálogo del Santo Padre con las familias se nos invita a la reflexión del capítulo séptimo de la Exhortación Apostólica que se refiere a la educación de los hijos. En este sentido, el Papa Francisco advierte que «la familia tiene una vocación natural de educar a los niños» y nos invita a no renunciar a tener hijos por miedo a no poder educarlos y prepararlos para afrontar los retos y responsabilidades de la vida, «la crianza de los hijos requiere amor y el deseo de sacar al otro lo mejor de sí mismo».
El testimonio de dos familias misioneras acompañan el mensaje del Santo Padre. Para Javier y Araceli (de misión en Rusia) es fundamental «transmitirles la fe y enseñarles a vivir como cristianos porque así han aprendido a vivir con Dios desde muy pequeños, han aprendido que pueden perdonarse, que pueden amar de una manera diferente, como Dios ama, que pueden descubrir una manera diferente de vivir».
Massimo y Patrizia (de misión en Holanda) han hecho partícipes a sus hijos desde pequeños, de la fe que ellos viven «llevándolos con nosotros a la Eucaristía, rezando con ellos por la mañana y por la noche, antes de las comidas haciendo una oración, y especialmente los domingos haciendo una celebración en casa muy festiva, en la que el padre de familia pregunta a cada uno de ellos: “¿Cómo ilumina tu vida la Palabra de Dios?». Y es a través de este diálogo, cómo los hijos se acostumbran a crecer sabiendo que « Dios está presente en su historia y que actúa en ella », afirma Patrizia.
Cabe recordar que cada video va acompañado de un subsidio pastoral que puede ser utilizado de manera flexible tanto por las familias como por las distintas realidades eclesiales (diócesis, parroquias, comunidades). Cada subsidio, además, está subdividido en 4 partes, cada una de las cuales puede ser utilizada para profundizar en la familia o la comunidad, incluso en momentos diferentes.
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