“El sufrimiento de los inocentes y la expiación” centran la reunión del clero joven
La tercera reunión del año del clero joven, presidida por el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente, se ha celebrado esta mañana en la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón. En la misma ha participado como ponente Ángel Barahona, profesor de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Es también profesor de la facultad de Filosofía de la Universidad San Dámaso y en la Universidad CEU San Pablo.
Tras la Hora Intermedia, D. Casimiro ha agradecido la asistencia del ponente y ha saludado a los sacerdotes presentes, dirigiéndoles unas palabras. Les ha pedido que tuvieran presentes en sus oraciones a todos los contagiados a causa de la Covid-19, y ha recordado que en este tiempo de Cuaresma estamos llamados a la conversión, en lo que nos ayudará la celebración de “las 24 horas para el Señor” anunciadas, animando a los fieles a que participen.
En esta ocasión, Ángel Barahona ha realizado una exposición sobre el sufrimiento de los inocentes y la expiación, para lo que ha recurrido a una amplia bibliografía.
Expiación
«La expiación es un valor universal, pues en todas las culturas existe la figura del chivo expiatorio, uno que paga por todos. La paz de la comunidad depende del sacrificio de uno, y siempre una persona es acusada falsamente de todos los problemas, se le sacrifica y con su sangre se rocían los campos para fecundizar», ha explicado.
«Es la Pasión de Cristo la que desvela lo escondido en otras culturas, y para entenderlo es importante ver lo que está en el Evangelio», indicaba. El hilo conductor de la Revelación: Abel es sacrificado como cordero inocente, Isaac es sustituido por un cordero, Cristo es el Cordero, y su sangre purifica.
También ha explicado como el día del Yom Kipur, el Sumo Sacerdote hace un sacrificio expiatorio. «Para sacrificar a un cordero se le ataba, y era necesaria la mansedumbre. Si al atarlo balaba lo desataban y lo descartaban, ya que la perfección está relacionada con la mansedumbre». «Cristo es un Cordero que pastorea, el verdadero pastoreo es desde la mansedumbre», decía.
Es necesario un inocente que expíe el pecado de los demás. Caifás profetizó: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación» (Jn. 11, 49-50).
El sufrimiento de los inocentes
«¿Cuál es el pensamiento que elegimos cuando hay problemas, el de la violencia o el del amor?», preguntaba, «aceptemos en la Iglesia la figura del Siervo de Yahveh». «¿Dónde está el secreto de los inocentes?, detrás de la Cruz de Cristo. ¿Por qué a mí?, es la única pregunta de la humanidad. La mayor gracia que tenemos es la de no escandalizarnos del sufrimiento».
Por otra parte, ha indicado aquellas tentaciones con las que la sociedad atea busca salir del sufrimiento. «Marx pretende salvar a los hombres en el igualitarismo, suprimiendo el sufrimiento. La segunda tentación es la del cientificismo, buscando culpables de tu historia (Freud). Y la tercera es la del superhombre (Nietzsche), no soportar el no ser Dios». «El sufrimiento es distinto del dolor: el dolor se puede controlar con drogas, pero el sufrimiento se te impone. Si sufres porque no has encontrado sentido a la vida, la Cruz tiene una función terapéutica», ha dicho.
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