«Le dije que sí a Jesús. Quería entregarle mi vida para perderla por Él y hacerlo siendo Carmelita Descalzo»
Con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que celebramos mañana, martes 2 de febrero, entrevistamos a Miguel Mateu (Miguel María del Corazón de Jesús), Novicio en la Comunidad de Carmelitas Descalzos del Desierto de las Palmas.
Miguel tiene 20 años, es de Castellón y pertenece a la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen. Desde bien pequeño quería estudiar Medicina, concretamente le atraía la Traumatología, hasta que descubrió que el Señor le llamaba a consagrarse y a formar parte de esta comunidad.
Háblanos un poco de ti, ¿cómo descubriste tu vocación?
Fue aquí, en el Convento del Desierto de las Palmas, yo iba a 1º de Bachiller y tenía 16 años. A través de mi profesor de Religión, que nos invitó a una Pascua Joven, en 2016. Yo no iba buscando a Dios, era metalero, tocaba la guitarra eléctrica, tenía un piercing, solo me importaba salir con mis amigos…
Al año siguiente estaba muy agobiado por los estudios y por las cosas de esa edad, y ya venía buscando paz en un sitio especial como este. Nada más llegar vi a un Novicio, que no sabía ni lo que era, de rodillas rezando en la iglesia, y esa imagen me llamó mucho la atención, y me pregunté: “¿y ese que estará haciendo ahí, y por qué irá vestido así?”. Ese fue el primer toque que me dio el Señor.
Al día siguiente, un chico trajo agua del Jordán y nos hicieron la señal de la cruz con ella, y nos impusieron las manos, y en ese momento arranqué a llorar porque algo estaba pasando dentro de mí, y yo no sabía que era. Luego con los amigos volví a la misma vida de siempre, pero me acerqué a un fraile a explicarle lo que había experimentado, me dijo: “bueno, ya vamos hablando, vamos a dejar que el Señor haga”.
Llegó otra vez la Vigilia de Pascua y le dije que sí a Jesús, que quería entregarle mi vida y perderla por Él, y que además quería hacerlo siendo Carmelita Descalzo, sin saber bien que era, porque el Señor puso esa certeza en mí desde el principio. Estuve toda la celebración llorando.
¿En qué consiste el noviciado?
Es una etapa de más recogimiento, donde lo que se pretende es probar al Novicio para ver si esta es su verdadera vocación, de profundizar en tu vida interior, intentando reducir al mínimo todos los estímulos de fuera para conocerte mejor y escuchar la voz del Señor.
Yo diría que es la etapa más importante, en el sentido de que se forma al religioso en su propio carisma. La mitad de la mañana trabajamos, o barremos, que es nuestro hobby favorito, y por la tarde tenemos dos horas de clase.
Ser joven y optar por la vida consagrada hoy en día ¿no es un poco raro?
A ojos del mundo, seguir a Cristo es muy raro. Por desgracia, hoy en día vemos que los valores cristianos se han convertido en contravalores de la sociedad, incluso a veces dentro de la misma Iglesia, algunos valores, como la castidad, no se entienden.
Ser consagrado de Dios significa ser “de uso exclusivo para Él”, y hoy en día el compromiso es algo que da terror y que no está bien visto, además, lanzarse a un compromiso con alguien que no se ve con los ojos físicos desde luego que en el mundo no se entiende, y a veces incluso nosotros no lo entendemos. Seguimos a Cristo porque Él se ha enamorado de nosotros. Uno no decide de quien se enamora, es algo que acontece, y el amor como tal, por esencia es eterno. Otra cosa son los sentimientos, pero el amor es eterno, y el consagrado responde a ese amor que ha recibido de Dios.
¿Qué estudiáis los novicios?
Básicamente como ser un seguidor de Cristo, un buen religioso y un buen Carmelita Descalzo. Con el estudio y la lectura de nuestros santos, de la regla y las normas por las que nos regimos, y nos preparamos para la consagración religiosa a la que nos llama Cristo mediante la Iglesia. También hacemos cursos de los votos (obediencia, pobreza y castidad), de vida religiosa, de liturgia….
¿Qué es lo que te atrae de este modo de vida?, ¿crees que puedes encontrar la felicidad en la vida consagrada?
Muchas veces pensamos que Jesús nos llama aquí para ser felices, y la felicidad conforme se entiende y se nos vende, de estar bien, de no estar nunca triste, que no te pase nada, sin problemas… yo no he venido a buscar eso, porque Jesús me propone mucho más que todo eso.
Si Cristo murió por nosotros en la cruz, expresándonos el mayor amor que puede haber, no he venido a preocuparme por si soy feliz o no lo soy, he venido a seguirle. Si estoy aquí no ha sido por una decisión mía, ha sido porque Jesús me mostró en un momento que estaba enamorado de mí, y yo, sin poder prácticamente resistirme a su amor le dije que sí, y eso es lo que mueve mi vocación.
¿Qué papel juega la oración en la vida de un novicio?
Doy gracias a Dios porque tenemos dos horas de oración personal comunitaria, donde nos reunimos todos los hermanos de la comunidad en la capilla y estamos en silencio, buscando a ese Dios escondido y que se encuentra dentro de nosotros, buscando el conocimiento propio, que no es otra cosa que saber nuestra propia miseria y que no somos nada, y ¿qué miseria es esa?, pues que somos limitados, que las cosas y lo que hacemos no es como a nosotros nos gustaría, esa es nuestra verdad, y es una miseria que nos ayuda a amar a Dios. La verdad de uno mismo, aunque así nos lo vendan, no se puede encontrar sin Dios. Solo ante los ojos de Dios podemos saber quiénes somos realmente. Y eso es lo que se pretende en la oración. Dice Santa Teresa de Jesús que “el alma es de cristal, castillo luminoso, perla oriental”, en el alma mora Él, y con la oración pretendemos unirnos a Jesús y ser completamente de Él. Sin oración yo no entiendo mi vida, ni mi vocación, y nada tendría sentido. Si hay algún eje transversal en mi vida es la continua búsqueda de Dios, y sin la oración no hay búsqueda de Dios.
La vida interior es un aspecto fundamental y esencial de la vida cristiana, ¿crees que la cuidamos lo suficiente?
A veces arrasamos con nuestra vida interior, y vivimos como si Él no existiera, y es normal, porque profundizar en nuestra vida interior es una de las cosas más desgarradora que hay. A nadie le gusta reconocer su miseria, o ser sabedor de que todo no depende de sí mismo, de que necesita ayuda.
La vida interior hace que seas consciente de tus propios sentimientos y eso es mortal, porque te preguntas porqué estas triste, porqué sufres, es la expresión de la autocrítica, de cuestionarse, y este mundo vende todo lo contrario, vende la aparente superficialidad, donde todo es plano y no hay movimiento, y se busca el no sufrir, el no cuestionarse las cosas, el acallar la voz interior.
Los cristianos, que estamos en esta sociedad corremos el riesgo de beber de esta forma de pensar y de caer en la superficialidad que destroza nuestra vida interior e impide la comunicación con Dios, porque si el hombre tiene un anhelo de Dios, mucho más es el amor y el anhelo que tiene Dios de nosotros, siempre Él nos busca primero a nosotros, y sin vida interior no hay vida de fe, no hay vida de oración, no hay vida con Dios.
¿Quién es Dios para ti?
El Dios que se me muestra siempre ha sido un Dios muy amoroso, pero incluso en un sentido muy humano, con mucha pasión, muy parecido a una relación amorosa entre dos personas, Él es el amado, el esposo del alma, quien por las mañanas me levanta de la cama diciéndome: “es hora de amar, es hora de amarme”. Mi relación con Dios es como una canción de amor de estas muy empalagosas.
Me ha gustado mucho este testimonio. Estamos muy necesitados de éstas palabras de amor y paz. Tengo la suerte de conocerlo, cada día lo tengo presente en mi oración. Se lo prometí y lo cumplo. Gracias.