El Obispo clausura el Año Santo de la Misericordia en la prisión de Castellón
El pasado domingo, 20 de noviembre, nuestro Obispo, don Casimiro López Llorente, junto con un grupo de voluntarios de Castellón, tuvieron una cita importante con los presos del Centro Penitenciario de Castellón I. El motivo del encuentro fue la clausura de la Puerta Santa, que fue abierta hace justo un año, coincidiendo con la apertura del Año Santo de la Misericordia.
En este gesto tan especial del Obispo con los presos, que coincide con el del Papa Francisco, que hace unas semanas tuvo también un encuentro con los reclusos, se pudo ver el cariño, la dedicación y el interés que el señor Obispo tiene con estas personas.
Por ello, celebró una eucaristía en el mismo Centro, a la que acudieron alrededor de 30 voluntarios y 100 presos y presas de tercer grado, y Mons. Casimiro López Llorente les dedicó en la homilía unas palabras de esperanza y caridad: “Con esa clausura, no se cierra la Misericordia de Dios. No lo olvidemos nunca: Dios es Misericordia. Ese es su nombre”. Así, el Obispo animó a los presentes a tener fe, en que “Dios nunca los abandona”, y a valorar la dignidad y “pedirle perdón a Dios por nuestros pecados”.
Al finalizar la celebración, todos acudieron a la Puerta Santa del Centro Penitenciario y allí, formando un círculo, algunos presos pudieron expresar de viva voz lo que había sido para ellos este año tan especial: “La Misericordia de Dios me ha tocado en todos los sentidos de mi vida”, proclamaba una, “no sois conscientes de lo contentas que nos ponemos cuando venías a vernos», anunciaba con sinceridad una de las presas que estuvo con el Papa Francisco a principios de mes en Roma, mientras otra de ellas revelaba, con la mano sobre el corazón: “La Misericordia de Dios es capaz de convertir las rejas en experiencias de libertad”.
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