La Asunción de Onda celebra con Alzira el primer mártir valenciano
Cuando se piensa en un mártir valenciano, rápidamente se presenta a san Vicente. Pero el diácono martirizado a principios del siglo IV era de Huesca. El primer mártir en entregar su vida por Cristo originario del Reino de Valencia fue San Bernardo, nacido como Ahmet Ibn Al Mansur, hijo del rey musulmán Al Mansur de Carlet- Pintarrafes, hacia 1135. Las peripecias de su imagen relicario durante la guerra han hermanado Onda con la población valenciana, y cada 23 de julio lo celebran juntos.
Ahmet fue educado en la corte musulmana de Valencia, donde destacó por su gran prudencia. Es enviado a negociar con el conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV, el rescate de unos cautivos. De regreso, el grupo se siente atraído por los cantos de los monjes cistercienses de Poblet. La bondad de los religiosos, su vida austera y contemplativa le fascinan, y decide hacerse cristiano, tomando el nombre de Bernardo.
Ingresa en la comunidad cisterciense, donde destacará por su buena administración de los bienes del monasterio, y su generosidad con los pobres. Pero no olvida a su familia, y decide volver a anunciar el Evangelio. Sus hermanas Zaida y Zoraida se convierten y reciben el nombre de María y Gracia en su bautismo. Pero el hermano mayor los persigue, y en un bosque junto a Alzira los martiriza al no querer renunciar a su fe. Fue el 20-21 de agosto de 1180.
Cuando el Rey Don Jaime toma Alzira, encuentra los cuerpos y construye sarcófagos de mármol. A partir de aquí comienzan las peregrinaciones y la devoción. En el futuro convento de San Bernardo Mártir se colocó una imagen relicario, hasta que con motivo de la Guerra Civil un comerciante de naranjas la llevó a casa de un amigo de Onda para salvarla de la quema de objetos religiosos: José María Llopico.
Alzira y Onda hermanadas
A principio de los cuarenta se descubrió que la imagen del Santo no se había perdido, y los restos de San Bernardo volvieron a Alzira. Desde entonces las dos poblaciones están hermanadas, y desde hace unos años se ha recuperado la costumbre de visitarse. El lunes, día de la fiesta, un autocar de fieles de La Asunción viajó a la localidad de valenciana para participar en la Eucaristía y procesión. D. Domingo Galindo, párroco de la Asunción, explica que es un gesto de comunión entre dos comunidades.
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