El Obispo hace un llamamiento a superar los prejuicios hacia los emigrantes
El Obispo , D. Casimiro López Llorente, ha hecho un llamamiento a superar los prejuicios existentes hacia los emigrantes: «Nuestra actitud debe ser la de ver en cada ser humano una criatura de Dios. La migración no es un fenómeno, los emigrantes no son un número, son personas con los que se identifica el mismo Jesús«. Así se ha manifestado en la homilía durante la Misa celebrada el domingo 27 de septiembre en la Concatedral de Santa María, en Castellón, con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado.
Dirigiéndose a los presentes, el Obispo les ha asegurado que la iglesia diocesana es su casa, y los ha invitado a integrarse en la sociedad y también en sus parroquias: «Vosotros necesitáis de la comunidad parroquial, y ésta de vosotros para revitalizar la vida«. Le escuchaban fieles originarios de varios países africanos, de Perú, Venezuela, Colombia y Rumanía, entre otros. También ha estado presente el párroco de la parroquia ortodoxa rumana de San Nicolás en Castellón, Nicolae Ionita.
Al final de la celebración, D. Casimiro López Llorente ha asegurado que Dios bendice siempre, «también en estos momentos de pandemia». Y añadía una exhortación a que los mismos emigrantes sean generosos: «El Señor de la vida nos llama a cuidarnos y a cuidar de los otros. Cuidemos la vida y vivamos la caridad, todos, porque siempre hay más pobres que nosotros. Seamos fraternos y no solo solidarios. Colaboremos en hacer un mundo más justo en el que toda persona, independientemente de su origen, pueda desarrollarse».
Como Jesucristo, obligados a huir
La Jornada Mundial de Migrante y Refugiado se celebra en la Diócesis al inicio de un curso que tiene como prioridad la caridad y la justicia social. A nivel mundial, esta 106ª edición tiene por lema «Como Jesucristo, obligados a huir» y que trata de poner rostro a las personas vulnerables “rescatándoles de las listas anónimas de cifras”, tal como recuerdan en su mensaje los obispos de la Subcomisión Episcopal de Migraciones y movilidad humana de la Conferencia Episcopal Española. En la Diócesis el acto está organizado por el Secretariado de Migraciones, que este año ha tenido que limitar los eventos a la Eucaristía.
Cuando un emigrante deja su casa sus raíces y sus costumbres para irse a otro país arriesgando sus propias vidas que mal lo estará pasando pero es mad fácil juzgar que comprederles por la agonía que pasan yo he estado en cooperación en otro país y la verdad que lo que sentí en mi corazón fue verdadero dolor de ver y sentir a estas pobres gentes