Las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim han organizado unos nuevos encuentros mensuales basados en la Lectio Divina, la lectura orante de la Palabra de Dios, un diálogo con Dios que nos habla y nos escucha.
“Los verdaderos profetas”
Serán un sábado al mes de 11 a 13 h., a través de los profetas. El primero de ellos tendrá lugar el próximo sábado, día 24 de septiembre, bajo el título “Noé cumplió la orden que Dios le dio”, de la mano de María José Sevilla.
La lectura orante de la Palabra, más que una reflexión, es una experiencia de encuentro personal e íntimo con Dios, que nos ama y sale a nuestro encuentro. Estos pasos nos van llevando al mismo interior de la Palabra:
1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?
2. ¿Cómo ilumina mi vida?
3. ¿Qué rasgos de Jesús encuentro en él?
4. ¿Qué mensaje particular me quiere hacer llegar Dios?
Las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Benicàssim, estrenan este nuevo curso con el lanzamiento de su nueva página web. El carisma de la congregación, fundada en el año 1875 en Roma por la beata Franciszka Siedliska, es imitar a la Sagrada Familia, siento testigos y difundiendo el amor de Dios mediante una entrega total al servicio de la Iglesia, especialmente a la misión por la familia.
La nueva página, www.hermanasnazaret.es, incorpora varios apartados, entre los que destaca su actividad apostólica entre los niños, los jóvenes, las familias y los mayores. Además, entre otros datos de interés ofrece información sobre el carisma y la misión de la Congregación, sobre la fundadora, y mártires.
También acerca de la capilla, en la que ofrecen la oportunidad de participar en la adoración vespertina diaria del Santísimo Sacramento, así como un lugar para realizar retiros y para jornadas de formación.
Los próximos tres martes de agosto, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Benicàssim, han organizado tres encuentros matrimoniales bajo el lema «La vida es bella».
El objetivo de estas sesiones es ofrecer formación a los matrimonios aprovechando el tiempo vacacional, al igual que ya se hizo el pasado año. Los encuentros se iniciarán con una charla que motiviará a los participantes a la reflexión y al trabajo en grupo para poner en común las cuestiones más relevantes.
Cada encuentro finalizará con la oración y adoración al Santísimo Sacramento del Altar. Cabe recordar que el éxito de estos breves, pero intensos encuentros, tuvieron como fruto, el pasado año, los encuentros matrimoniales que se han celebrado a lo largo del año en diez sesiones teniendo como referencia diez parejas bíblicas cuyo ejemplo ha contribuido a fortalecer el amor conyugal a más de 60 matrimonios.
Finalizan los «Encuentros Matrimoniales» organizados con motivo del Año de la Familia
El pasado sábado,11 de junio, tuvo lugar la última sesión de los «Encuentros Matrimoniales» que, organizados por la Delegación diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, con la colaboración de las Hnas. de Nazaret y el equipo del Teen Star, se han venido celebrando a razón de un encuentro mensual desde el pasado mes de septiembre. La última sesión llevaba por título: «El matrimonio es cosa de tres: Dios, él y ella» en la que el Delegado diocesano para la Familia, D. Luis Oliver, ofreció una charla que tuvo como protagonistas al matrimonio formado por la Virgen María y San José.
Los protagonistas de las sesiones anteriores fueron otras nueve parejas bíblicas: Adán y Eva, Abraham y Sara, Rut y Booz, Abigail y Nabal, Tobías y Sara, Oseas y Gomer, Zacarías e Isabel, Ananías y Safira, Aquila y Priscila. A partir de la historia que narran las Sagradas Escrituras de cada una de estas parejas y de las catequesis de San Juan Pablo II sobre el matrimonio, casi 70 de matrimonios de nuestra Diócesis han ido profundizando en diversos aspectos de su vida conyugal, a la luz de los ejemplos facilitados, así como a mejorar la comunicación entre ellos. En este sentido, el Delegado diocesano para la familia, D. Luis Oliver, ha puesto de relieve que estos encuentros han sido «una ocasión de descanso, formación y oración para muchos matrimonios». De descanso «porque se rompe con la dinámica intensa de la vida laboral y familiar»; de formación, «porque se han recibido unos contenidos en las charlas de cada encuentro para profundizar en la vida conyugal de un modo concreto para ponerlo por obra en el día a día»; y de oración, «porque en cada sesión han tenido un encuentro con Dios, ha habido confesión, y sacerdotes disponibles para hablar».
Y estos aspectos son los que valoran los 67 matrimonios participantes. Así lo confirman David y Sara de 34 y 33 años, con tres hijos (Javier, Iván y Mateo), quienes pese a vivir una vida de fe (Camino Neocatecumenal) la experiencia les ha ayudado a «hacer frente a los ataques brutales que en la sociedad actual vive la familia y a crecer espiritualmente en comunión». En este sentido, ponen el acento «como el Espíritu Santo trabaja en cada uno de los movimientos de la Iglesia para crecer en comunión y así lo hemos experimentado en cada sesión al poner en común los aspectos trabajados en cada charla viendo como, en las diferentes circunstancias que vivimos cada pareja, el Espíritu Santo nos ha tocado el corazón en el mismo sentido a todos los matrimonios». A través de los encuentros mensuales, muchos matrimonios han podido conocer otras realidades como Proyecto Amor Conyugal, que también se inició en la Diócesis el pasado febrero, en cuyo retiro participaron, entre otras parejas, David y Sara. Tal como se diseñaron las sesiones, los matrimonios también han podido disponer de un espacio de calidad para orar ante el Señor. Cada una de las sesiones comenzaba con la oración de la mañana por los frutos de cada encuentro. A continuación tenía lugar la charla que servía también para interpelar a los participantes y así poder meditar y reflexionar en privado y en grupo junto a otros matrimonios aquellos aspectos de la vida conyugal que se han ido trabajando en cada sesión.
Un papel fundamental han tenido las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret (Benicàssim) que tal como expresó la superiora de la comunidad de Benicàssim, la Hermana Catalina, además de las prácticas comunes de la vida religiosa (orar por el mundo y crecer en comunidad por la misión que el Señor les ha encomendado) desde que llegaron, ahora hace cuatro años, desarrollan también su misión en distintos ámbitos de la Pastoral Familiar y de Defensa de la Vida, promoviendo, entre otras actividades encuentros para discernir la vocación.
En los encuentros de este año, además de preparar todo el material de trabajo para la reflexión de los esposos a partir de las catequesis de San Juan Pablo II, han atendido a los hijos de los matrimonios participantes con actividades y dinámicas que también les han permitido acercarse al Señor.
Peregrinación a Polonia tras las huellas de San Juan Pablo II
Los frutos de estos Encuentros ya se han producido pues, a raíz de los mismos este próximo mes de agosto, del 17 al 21, se ha organizado una peregrinación a Polonia que recorrerá Cracovia, Kalwaria Zebrzydowska, Eadowice, Lagiewniki, Czestochowa y Auschwitz siguiendo las huellas de San Juan Pablo II.
Está organizada por la Delegación diocesana para la pastoral Familiar y Defensa de la Vida y las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret. Para ampliar la información y reservar plaza: pastoralfamiliar@obsegorbecastellon.org
El próximo sábado,11 de junio, a partir de las 10.30 h, en el Seminario Mater Dei, tendrá lugar la última sesión de los «Encuentros Matrimoniales» que, organizados por la Delegación diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida se han venido celebrando a razón de un encuentro mensual desde el pasado mes de septiembre.
Esta última sesión lleva por título: «El matrimonio es cosa de tres: Dios, él y ella» en la que el Delegado diocesano para la Familia, ofrecerá una charla que tendrá como protagonistas al matrimonio formado por la Virgen María y San José. Como en cada sesión, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, atenderán a los hijos de los participantes con juegos y dinámicas, que contribuyen a que los más pequeños crezcan en valores
Los protagonistas de estas sesiones han sido diez parejas bíblicas: Adán y Eva, Abraham y Sara, Rut y Booz, Abigail y Nabal, Tobias y Sara, Oseas y Gomer, Zacarías e Isabel, Ananias y Safira, Aquila y Priscila, y, en la de mañana, la Virgen María y San José. A partir de la historia que narran las Sagradas Escrituras de cada una de estas parejas y de las catequesis de San Juan Pablo II sobre el matrimonio, casi 70 de matrimonios de nuestra Diócesis han ido profundizando en diversos aspectos de su vida conyugal, a la luz de los ejemplos facilitados, así como mejorar la comunicación entre ellos.
Tal como se diseñaron las sesiones, los matrimonios también han podido disponer de un espacio de calidad para orar ante el Señor. Cada una de las sesiones comenzaba con la oración de la mañana por los frutos de cada encuentro. A continuación tenía lugar la charla que servía también para interpelar a los participantes y así poder meditar y reflexionar en privado y en grupo junto a otros matrimonios aquellos aspectos de la vida conyugal que se han ido trabajando en cada sesión.
Las jornada de la próxima semana finalizará con la Adoración al Santísimo Sacramento y la Bendición a los esposos y sus hijos, tal y como ha venido sucediendo durante todo el curso. Por tratarse de la última sesión, los niños podrán disfrutar de la piscina y, al finalizar la sesión se celebrará una comida de fraternidad.
Ayer, domingo 24 de abril, segundo domingo de Pascua, la Iglesia celebraba la festividad de la Divina Misericordia, establecida por san Juan Pablo II en el año 2000, año en el que fue canonizada Santa Faustina Kowalska, Apóstol de la Divina Misericordia.
El Centro de Orientación Familiar «Domus Familiae» celebra este día especialmente, ya que está dedicado a La Divina Misericordia. En esta conmemoración, los colaboradores y voluntarios del Centro se reunieron para celebrar la Eucaristía, que tuvo lugar en el convento de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Benicàssim, y que estuvo presidida por D. Rafael Manzaneque, Capellán del Centro.
La misión principal del COF, que lleva trabajando 22 años en la Diócesis de Segorbe-Castellón, es ser una auténtica ayuda efectiva para los matrimonios y las familias, como un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones. Escuchando, orientando y acompañando a cada persona que lo solicite.
En el Evangelio de este Domingo Jesús dice «paz a vosotros», “porque sabe que probablemente no tenemos paz, y es lo que más necesitamos en nuestro corazón “, decía el Capellán en la homilía.
Señaló, como una de las principales causas por las que no tenemos paz y no podemos vivir en la alegría de la Pascua, “la falta de seguridad, la precariedad y la incertidumbre que nos produce el futuro”. Y ante la tribulación el Señor nos anima a esperar, a perseverar y a tener fe, “porque todo lo que hay en tu corazón se va a cumplir”.
Otra de las causas “son las relaciones personales y los conflictos”, apuntó, “entre hermanos, esposos, padres e hijos, compañeros de trabajo, amigos… se dan circunstancias que nos hacen daño”. Ante ello tenemos dos caminos: “el camino de la justicia y de la razón, reteniendo el pecado del otro y haciéndonos daño a nosotros mismos”, o “el camino de la misericordia, acercándonos al otro y no retenerle el pecado, sino perdonárselo”.
Son palabras de ánimo de la Madre Ángela, Superiora General de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret que desarrollan su misión en 13 países de 5 continentes diferentes: África, Asia, Australia, Europa y América del Norte. Uno de esos países es Ucrania con casas en Cherson (Diócesis de Odesa), dos casas en Kiev y una en Zhytomyr (Diócesis de Kiev-Zhytomyr), en Gniewan (Diócesis de Kamieniec-Podolski), y una más en Browary (Diócesis de Kiev-Zytomierz). La misión en Ucrania estuvo precedida de mucho discernimiento hasta que en septiembre de 2014, siendo la Hermana Jana Zawieja (ahora en Benicàssim) la Superiora General de la Congregación visitó Ucrania junto con las dos Superioras Provinciales de Polonia, estableciéndose una nueva unidad administrativa en la Región de San Miguel Arcángel en Ucrania.
Desde que estallara la guerra, las hermanas siguen unidas en oración y, fieles a su carisma, atendiendo y ayudando a las familias que lo necesitan. Hasta allí llegan las palabras de ánimo y consuelo de la Superiora General que nos presenta la situación actual de las 14 hermanas que todavía permanecen en Ucrania. A pesar de la tragedia provocada por la guerra, las hermanas no cesan en prestar su servicio allí donde un alma llora necesitada de alimento, techo, abrigo, e incluso consuelo,
Ucrania (carta de Madre Angela, Superiora General de la Congregación) 14 de marzo, 2022
Queridas Hermanas,
La mirada de casi todo el mundo está puesta en lo que está sucediendo en Ucrania. Como Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, nuestros corazones, pensamientos y oraciones también se centran allí. Me gustaría daros a conocer cuál es la situación de nuestras hermanas en este conflicto.
Las catorce hermanas que quedaron en Ucrania me momento están a salvo. Hay momentos tranquilos, pero también hay momentos en los que los enfrentamiento suceden tan cerca que se oyen perfectamente, las hermanas siempre están alerta por si suenan las alarmas por ataque o bombardeo. Así nos lo contó la hna. María Beata Wilk, la superiora regional: «Nuestra situación es bastante incierta. No sabemos lo que sucederá mañana o esta misma noche. Por eso tratamos de vivir al día».
Las hermanas de Kiev y Brovary todavía pasan la noche en los sótanos de los monasterios o iglesias cercanos. Durante día y noche, las hermanas ayudan a las familias y a los niños que se alojan con ellas en los refugios. La gente viene y va constantemente, y siempre hay alguien nuevo, incluidos refugiados de otras partes de Ucrania.
Las hermanas de Zhytomyr (oeste de Ucrania) ayudan a desempaquetar y distribuir productos de ayuda humanitaria que les llegan a través de Caritas. Todas las noches, las hermanas rezan el rosario en directo, vía zoom, reuniendo a más de 100 personas, familias y comunidades de Ucrania, Polonia, Bielorrusia, Italia, Francia, EE. UU…. tal vez incluso más. Esto parece ser una fuente de fortaleza y esperanza para muchos.
En Gnievan (cerca de Kiev), las hermanas siguen dedicando sus días a ayudar y apoyar a los afectados por la guerra. Por la noche, también duermen en el edificio parroquial, donde se sienten más seguros.
Gracias a Dios, las familias de nuestras hermanas ucranianas también están bien. La mayoría se quedaron en Ucrania, aunque al menos una familia fue evacuada a Polonia, donde se alojan con nuestras hermanas en uno de nuestros conventos.
También resultó providencial la presencia de las hermanas que estuvieron en Ucrania y ahora están en Polonia. Por ejemplo, una de ellas ayuda en la frontera acompañando a grupos de refugiados a lugares seguros, ayuda con la traducción, luchando contra la desinformación y ofreciendo su presencia para escucharles y acompañarles espiritualmente. También asiste en la organización de la ayuda humanitaria enviada a Ucrania. Otra hermana ayuda en Rabka, donde hay niños evacuados de un orfanato, y una tercera hermana se encuentra en Komańcza, muy cerca de la frontera con Ucrania.
Queridas hermanas, aunque la guerra en Ucrania es ciertamente una terrible tragedia que causa mucho dolor y sufrimiento, también hay muchos signos de amor y esperanza que brotan de este trágico evento . Vemos en nuestra Congregación cómo nuestras hermanas han estado a la altura de las circunstancias y buscan en todo momento formas de ofrecer apoyo a quienes lo necesitan desesperadamente. Así que me gustaría compartir con vosotras una simple pincelada de lo que está sucediendo.
Nuestra primera y más fuerte respuesta a esta crisis es la oración. En todos los países donde nuestras hermanas están presentes, hay intensas oraciones por el fin de la guerra, incluso en lugares tan lejanos como Australia o Filipinas. Mucha gente reza el Rosario, se celebran muchas Misas, se celebran Horas Santas y vigilias nocturnas de oración, y las hermanas se reúnen cada día con mucha gente (incluso con estudiantes de nuestras escuelas) para rezar por la paz.
Las hermanas de Bielorrusia, conmocionadas por estos hechos, también ayunan y oran fervientemente todo el día por el fin de la guerra. En una de sus conventos cercano al aeropuerto militar, las hermanas sufren profundamente, sabedoras de que los aviones que oyen son aviones rusos que se dirigen a Ucrania. Como dijo una de las hermanas: «Es aterrador y estamos llorando junto al pueblo ucraniano».
Una de las trágicas consecuencias de la guerra es la enorme cantidad de refugiados obligados a huir de sus hogares, separando casi siempre a esposas e hijos de los padres que se quedaron para defender su país. Para aliviar este sufrimiento, familias de refugiados fueron acogidas en nuestros conventos de Polonia: Komańcza, Cracovia, Lublin, Ostrzeszów, Poznań, Rabka, Varsovia y Żdżary. Los miembros de la Asociación de la Sagrada Familia también acogieron a familias de refugiados. Otras comunidades e instituciones en los Estados Unidos, Francia e Italia también han expresado su disposición a aceptar refugiados si surge la necesidad.
Las comunidades que no pueden aceptar refugiados por sí mismas intentan ofrecer asistencia de otras formas, incluso comprando artículos, como alimentos y ropa de cama, para otras instituciones. Varias hermanas trabajan como voluntarias en estaciones de tren y otros centros de refugiados en Cracovia y Varsovia. Se están haciendo esfuerzos para ayudar a las madres de estas familias a encontrar trabajo o alojamiento permanente.
Para los niños alojados en varios centros temporales, las hermanas organizaron actividades, incluidas clases de polaco. Los niños ucranianos fueron admitidos en nuestras guarderías y escuelas en Częstochowa, Gdynia, Kalisz, Cracovia, Łuków, Poznań y Varsovia. También en Kalisz, los niños forman parte incluso de las actividades de oratorio.
Nuestras instituciones están constantemente recolectando artículos de primera necesidad. En muchas de nuestras escuelas y guarderías se recogen ropa, medicinas, alimentos, artículos de higiene y pañales. Ya han llegado camiones de Polonia a Ucrania y se han enviado paquetes a Polonia desde EE. UU. También se enviaron rosarios a los soldados para brindarles apoyo espiritual.
Las donaciones de dinero provienen de escuelas, hospitales y parroquias para ayudar tanto a Ucrania como a los refugiados que llegan a Polonia. Por ejemplo, algunas escuelas en Estados Unidos han recaudado fondos de manera creativa al animar a que los estudiantes hagan una donación y además vengan a la escuela vestidos de azul y amarillo en apoyo a los niños y al pueblo ucraniano. Muchos de nuestros monasterios también han hecho donaciones, e incluso algunas hermanas a título personal han donado parte de la pequeña paga que reciben.
Además, las hermanas utilizaron varios medios a su disposición para compartir información sobre las necesidades de nuestras hermanas y la nación ucraniana con quienes les rodean, incluso a través de las redes sociales y reuniones parroquiales. Algunas incluso acudieron a las instituciones nacionales para pedir un mayor apoyo a Ucrania.
Queridas hermanas, como mostró Jesús a través de la cruz, sólo el amor puede vencer al mal. Por eso os agradezco ser instrumentos del amor de Dios. Agradezco a cada hermana y comunidad por todas sus oraciones y esfuerzos. Esto ha sido sólo una pincelada, sería imposible mencionar todas las buenas acciones y sacrificios que habéis realizado en esta carta. Solo quiero daros una visión general del bien que se estado haciendo. Sin embargo, Dios que lo sabe y lo ve todo, seguramente bendecirá cualquier esfuerzo en modos que tal vez nunca sepamos.
Finalmente, me gustaría compartir la reflexión de la hna. María Beata: “Esperamos que esta guerra termine lo antes posible. Confiamos en que Dios nos protegerá y que todavía podremos servir a la Iglesia en Ucrania. Gracias por vuestras oraciones, contamos mucho con ellas”.
Nada más estallar la guerra en Ucrania, y fieles a su carisma, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim, en solidaridad con miles de familias rotas, con los refugiados que huyen de la barbarie y son acogidos en países vecinos, y por las comunidades que la Congregación Polaca tiene tanto en Ucrania como en países que hacen frontera con la zona del conflicto bélico, se han unido en oración «por la paz».
Cada martes, en la Capilla del convento de Benicàssim, los fieles se unen en oración con las hermanas conscientes de la fuerza que tiene la oración y también por la necesidad de unirse espiritualmente con aquellos que sufren que si bien, no mitigan su dolor, se sienten arropados, tal como nos dice el Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma, «con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra». Un mensaje que nos invita a «no cansarnos de hacer el bien» porque, «a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos«.
Bajo ese convencimiento, cada martes, a través de la oración personal y, también en comunidad como hacen las hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret con los fieles de Benicàssim que las acompañan, suenan con eco las palabras del Santo Padre en su mensaje y renuevan fuerzas porque «Dios da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto. […] Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas». Y con la oración se mantienen unidas a sus hermanas en Ucrania, quienes piden «oración para no perder la fuerza y seguir asistiendo a quienes las necesitan».
Con la cita de la Epístola de los Romanos (Ro. 12, 15) que utilizamos para titular esta crónica, nos responde una de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret afincadas en Benicàssim, a quienes recurrimos para conocer cuál es la labor de las hermanas de esta Comunidad. Dos son los focos principales del servicio de las hermanas. Por un lado Ucrania, zona del conflicto bélico; y por otro, en Polonia, país que en estos momentos se está convirtiendo en uno de los principales acogedores de refugiados que huyen de Ucrania.
Desde el Convento de Benicàssim aseguran que la primera forma de ayudar es a través de la oración «rezando por la paz y por la gente que se ha quedado allí, por nuestras hermanas y todas las familias que ahora sufren mucho», dice la hermana Karolina. De hecho, afirma, «cuando hablamos con nuestras hermanas siempre nos piden por favor que recemos por ellas para que tengan fuerza espiritual para servir a la gente». La fuerza de la oración es fundamental para continuar con su labor, para que no se agote su fuerza física y espiritual en atender al necesitado y especialmente a las familias, siendo fieles a su carisma.
En estos momentos, las principales necesidades materiales son alimentos de primera necesidad y no perecederos (aceite, harina, macarrones, conservas), además de material sanitario para curar heridas. La ayuda puede hacerse llegar a través de un donativo económico a través de una transferencia o ingreso bancario en la cuenta de Caixabank ES42 2100 2827 5102 0013 3036 (Concepto: Ucrania) «y nosotras lo enviamos directamente a nuestras hermanas pues además de las necesidades actuales y urgentes, todas dicen que tras la guerra vendrán muchas más necesidades».
Tal y como relata la hermana Karolina, en Polonia «la situación con la gente que huye de Ucrania es difícil pero hacen todo lo que es posible y necesario». Hasta allí están llegado diariamente cientos de miles de refugiados y «ellas, con sus posibilidades, no dejan a nadie sin ayuda», tal como les ha transmitido la hermana Margarita que se encontraba en Polonia haciendo sus ejercicios espirituales cuando estalló la guerra y permanece allí colaborando con el resto de la Comunidad.
Respecto a Ucrania, la Congregación tiene un total de 6 comunidades repartidas por el país, aunque tal como han confirmado, «las hermanas de Jersón (al sur de Ucrania) se trasladaron a Polonia porque evacuaron la casa ante los ataques». El resto siguen en Ucrania asistiendo a los ciudadanos que todavía permanecen allí. «Nuestras hermanas están viviendo con la gente en los sótanos de las Iglesias en Kiev y Brovary (al este de Kiev)». Las que todavía siguen en Zhytomir «permanecen en el convento pero duermen en los pasillos que son más seguros que las habitaciones». En cualquiera de los casos acogen a cuantos no tienen casa o refugio donde resguardarse. «Nos cuentan que en los sótanos con ellas cada noche hay más de cien personas…¿qué hacen allí?…. rezan con la gente, les consuelan, ayudan a distribuir los alimentos, hacen los bocadillos para hombres que luchan, todo lo que es necesario». Durante el día, salen de los sótanos para visitar y asistir a los enfermos y ancianos. Pese a que la situación es muy compleja, «todas quieren permanecer allí».
Nuestras hermanas, aseguran desde el convento de Benicàssim, «no hacen cosas grandes… cada una de nosotras estamos llamadas a vivir con la gente como dice el Evangelio: alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran».
Desde que Rusia comenzara los bombardeos contra Ucrania, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim permanecen unidas espiritualmente al resto de hermanas de la Congregación bajo el firme convencimiento de que, a pesar que toda ayuda económica que puedan destinar será bienvenida, también es importante estar unidas en la oración. Por ello, durante todo el tiempo litúrgico de la Cuaresma, cada martes a las 19.00h en la Capilla de su convento (C/ Tirant lo Blanch, 10), rezarán el Santo Rosario «por la Paz en Ucrania».
Mañana sábado, día 5 de marzo, las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim celebrarán un nuevo encuentro “Interior” en su convento (C/ Tirant lo Blanc, 10). La dinámica de estas convivencias consiste en unas charlas formativas combinadas con un testimonio sobre un tema de actualidad, de interés para los jóvenes, junto con un rato de oración ante el Santísimo Sacramento y la posibilidad de confesarse.
En esta ocasión se abordará el tema de la adopción, para lo que se contará con en la experiencia de D. Leo Segura, que hablará de cómo ha vivido esta situación a lo largo de su vida. También se contará con la aportación de Dña. Esther Porta, psicopedagoga, que hablará desde el ámbito de la psicología.
Las hermanas han querido animar “a participar en esta segunda convivencia del ciclo “La vida humana: don y misterio”, titulada “Cristo hace nuevas todas las cosas”.
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