El Obispo en la Misa Funeral por el Papa: ‘Damos gracias a Dios por el regalo extraordinario que ha sido Francisco’
Esta mañana, la Concatedral de Santa María en Castellón ha acogido una solemne Misa Funeral por el Papa Francisco, quien falleció el día 21 de abril, lunes de Pascua. Ha sido presidida por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente, concelebrada por numerosos sacerdotes, con la asistencia de diáconos, seminaristas, y una destacada presencia de fieles y autoridades que han querido unirse en oración por el eterno descanso del Santo Padre.

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En su homilía, ha destacado el profundo amor y entrega con los que el Papa vivió su vida, sirviendo al pueblo de Dios y a la humanidad. “Francisco ha pasado por el umbral de la muerte a la vida sin fin. Ha llegado a la Casa del Padre para el encuentro definitivo con Cristo Resucitado», y ha expresado que, aunque sentimos la tristeza de su partida, sabemos que ahora goza de la plenitud de la vida eterna, en comunión con Cristo.

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El Obispo ha resaltado la profunda cercanía y misericordia que caracterizaron a Francisco en su pontificado, algo que se reflejó en gestos concretos a lo largo de su vida. “Ha sido una muestra conmovedora de una fe viva y vivida con gestos concretos de cercanía y de misericordia”, ha dicho recordando los momentos en los que el Santo Padre, a través de su ejemplo, nos enseñó a vivir el Evangelio en acciones concretas, como su visita a los más necesitados, los emigrantes y marginados, y su incansable trabajo por la paz y la unidad en el mundo.

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También ha citado el Evangelio proclamado de San Juan, en el que Jesús le pregunta a Pedro: “Simón, ¿me amas?”, un pasaje que, según D. Casimiro, refleja el amor profundo que el Papa vivió hacia Cristo y hacia los demás hasta el último momento de su vida. Este examen de amor, ha señalado, es también una llamada para cada uno de nosotros, para vivir nuestra fe con un amor auténtico y sincero.

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Asimismo ha destacado el legado de Francisco, un Papa que no solo vivió de acuerdo con los principios del Evangelio, sino que también fue un defensor de la justicia social y la dignidad humana. “Damos gracias a Dios por el regalo extraordinario que ha sido Francisco para la Iglesia y para la humanidad.” En este sentido, ha recodado momentos emblemáticos de su pontificado, como la histórica visita a Lampedusa en 2013 para orar por los inmigrantes que arriesgan sus vidas buscando un futuro mejor, o el emotivo gesto de rezar solo en la Plaza de San Pedro durante la pandemia del COVID-19.

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Uno de los temas centrales de la homilía ha sido la paz, una de las grandes preocupaciones del Pontífice. “Con la mirada puesta en Cristo, Francisco ha sido un defensor incansable de la dignidad de todo ser humano frente a todo tipo de ideologías”, ha indicado resaltando su especial preocupación por la paz, citando su llamada a la reconciliación y su incansable trabajo para resolver los conflictos bélicos, especialmente el de Ucrania, en el que se mostró profundamente preocupado y comprometido.

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También ha puesto en valor su magisterio, recordando documentos claves como Evangelii Gaudium, Christus vivit, Gaudete et exultate, Laudato si’, Fratelli tutti o Amoris laetitia. “Nos llamó a una conversión pastoral y misionera y nos invitó a soñar con una Iglesia en salida”, ha subrayado, añadiendo que su legado aún interpela a la Iglesia actual, especialmente en su impulso sinodal. Pero «será recordado como el Papa de la misericordia y de la esperanza por su constante preocupación por abrir las puertas de la Iglesia a todos y llevar el abrazo de Jesucristo y su mensaje de esperanza a todas las gentes, en especial a los que más sufren», ha continuado.

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Al finalizar, el Obispo ha invitado a dar gracias a Dios por la vida de Francisco, un hombre que, con su ejemplo de fe, amor y servicio, dejó una huella imborrable en la Iglesia y en el mundo. “Hoy le damos gracias a Dios por su vida, por su testimonio de amor, por su compromiso con la justicia, la paz y la misericordia”, ha dicho mientras instaba a seguir el ejemplo del Papa, viviendo cada día con mayor cercanía a los demás, buscando la justicia y la paz en el mundo.
Puedes leer AQUÍ la homilía completa

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El cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro comenzará el miércoles 7 de mayo, tras la conclusión de las Misas de sufragio por el eterno descanso del difunto Papa Francisco, en la Capilla Sixtina del Vaticano. Aunque solo los cardenales votan, toda la Iglesia participa espiritualmente en la elección del nuevo Papa. Oremos por la asistencia del Espíritu Santo para que guíe a los cardenales y vuelva a conceder a la Iglesia un Pastor según el corazón de Cristo.