El camino del duelo desde la fe. Novena para acompañar a quienes han perdido a un ser querido
Durante 9 días recorreremos un camino acompañando a quienes han perdido un ser querido, gracias a una Novena que ha organizado D. Daniel Castro, responsable de la Pastoral del Duelo de la Diócesis, «para que puedan elaborar sanamente el duelo y recibir la paz interior que os dará Jesús Resucitado».
Desde hoy, 25 de octubre al 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos; «aunque puede realizarse en cualquier fecha cuando el duelo por un ser querido así lo requiera». Para ello es importante entender nuestro dolor, pues «en el camino del duelo vamos a reflexionar como lo estamos transitando, siguiendo la pedagogía de Jesús Resucitado iremos confrontando el sufrimiento para poder asumirlo, sanarlo, amando en verdad y libertad». Se trata de un proceso que «lleva su tiempo, entonces durante estos nueve días iremos reflexionando y percibiendo si hay algo en nuestro duelo que no esta bien, algo que podamos mejorar, actitudes que podamos cambiar para ir sanando las heridas, porque mas importante que el tiempo que estemos en duelo, es que hacemos con ese tiempo».
Esta Novena está disponible en la aplicación Hozana. Al descargarla en nuestro dispositivo móvil (está disponible tanto en App Store como en Google Play) tendremos acceso a un Itinerario en el que cada día recibirás un texto para meditar, un audio para escuchar y una oración para hacer.
Itinerario
Día 1: Discípulos en duelo
Día 2: Como entender lo sucedido
Día 3: Caminando con Jesús
Día 4: Jesús nos escucha
Día 5: La sana confrontación
Día 6: Sufrimiento
Día 7: Purificar el amor
Día 8: Duelo personal, pero no solo
Día 9: El final del duelo
Oración de la Novena: Oración en el duelo
Padre y Dios nuestro. te bendecimos, te alabamos, te damos gracias: -Porque en Cristo brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección. -Porque Cristo aceptó la muerte para librarnos del morir eterno. -Porque Cristo es la vida de los hombres y la resurrección de los muertos. -Porque Cristo entregó su vida para que todos tuviéramos vida eterna. -Porque la vida de los creyentes no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. Amén.