Intenciones de oración del mes de diciembre
Con el inicio del mes de diciembre se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre dirige su intención por los peregrinos de la esperanza: “oremos para que este Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana”.
En su carta a Mons. Rino Fisichella para el jubileo 2025, Francisco decía lo siguiente:
Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna. Pienso especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras. Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra: «podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos» (Lv 25,6-7).
Por lo tanto, la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente. Sintiéndonos todos peregrinos en la tierra en la que el Señor nos ha puesto para que la cultivemos y la cuidemos (cf. Gn. 2,15), no descuidemos, a lo largo del camino, la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común. Espero que el próximo Año Jubilar se celebre y se viva también con esta intención. De hecho, un número cada vez mayor de personas, incluidos muchos jóvenes y adolescentes, reconocen que el cuidado de la creación es expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad.
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por las personas mayores, especialmente por quienes viven solos, para que encuentren el apoyo y la solidaridad que necesitan”.
En su carta del 23 julio de 2022, nuestro Obispo D. Casimiro nos decía lo siguiente:
Muchas personas mayores sufren el drama de la soledad no deseada, que no consiste en estar solas, sino en sentirse solas, no queridas y abandonadas. Este drama lo sufren alrededor de la décima parte de los mayores. Hemos de trabajar para prevenirlo o tratar de evitar que dure en el tiempo. Esto nos incumbe a todos: a la misma persona mayor y a la familia, a las instituciones sociales y a la Iglesia. Otro reto es favorecer el diálogo y la convivencia entre generaciones. Los mayores destacan por su experiencia y sabiduría acumuladas. Los jóvenes lo aprecian y ven en ellos referentes y modelos para su vida. Frente a la ansiedad, inseguridad o miedo ante el futuro, el testimonio de los ancianos les puede ayudar afrontarlo con confianza y esperanza. […]Es muy importante valorar a los abuelos, las abuelas y las personas mayores y darles el lugar que les corresponde en la familia, la sociedad y por supuesto en la Iglesia. La ancianidad es un tiempo de gracia, que puede ser de especial vitalidad. Nuestra Iglesia diocesana, en sus parroquias y movimientos, hemos de cuidar con esmero la pastoral para las personas mayores; estamos llamados a acompañarlas, escucharlas y educarlas para que sepan vivir esta etapa de la vida como oportunidad para crecer en la fe, en la vida cristiana y en el camino de la santidad. Y también hemos de cuidar la pastoral de las personas mayores con el debido acompañamiento, incluido el espiritual y religioso.