Un adulto de la parroquia de El Carmen, en Castellón, recibe los Sacramentos de Iniciación Cristiana
Ayer tarde se celebró con júbilo y alegría para la Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón la iniciación cristiana de Aldo Arguelles. El Obispo, D. Casimiro López Llorente, presidió la celebración en la que este adulto de la parroquia de El Carmen recibió el Bautismo, la Comunión y la Confirmación.
Durante la homilía nuestro obispo significó que cuando un adulto decide recibir el Bautismo y ser Confirmado en una primera Eucaristía «es un motivo de celebración grande, no solo para ti y para tu familia, sino también para esta parroquia y para nuestra comunidad diocesana». Para Aldo, dijo D. Casimiro, «porque a través del Bautismo Dios te hace hijo suyo, haciéndote participar de esta nueva vida que brota del Señor Resucitado, llenándote de su amor y otorgándote del don del Espíritu Santo a través de la Confirmación».
A través de los Sacramentos recibidos, enfatizó el Obispo, «Dios te llama a una nueva vida» y recordando a San Pablo «a través del Bautismo volvemos a nacer a una vida de plenitud». D. Casimiro exhortó también a mantenerse unido a su nueva comunidad y a ser testigo a través de esta nueva vida cristiana. «La semilla sembrada – dijo el Obispo – está llamada a germinar, a crecer y a dar frutos porque nos apremia el amor de Cristo para llevar ese amor a otros a través de nuestra forma de ser y de nuestra forma de actuar.
Próximamente, Aldo Arguelles, se unirá a su pareja sacramentalmente a través del matrimonio. En este sentido, D. Casimiro le exhortó a «ser testigo también a través de la vocación matrimonial, pues es una nueva llamada del Señor para dar el amor recibido a través del amor conyugal». Y es que, resaltó el Obispo, «cuando dejas entrar a Dios en tu vida, la vida cambia porque Él nos enseña a perdonarnos, a amarnos como Él nos ha amado, buscando siempre el bien del otro».
En este proceso, Aldo Arguelles ha sido acompañado por la comunidad cristiana de la parroquia de El Carmen, presentes en la celebración, en la que también participó el párroco, Joaquín Muñoz.
La Iniciación Cristiana es un don de Dios, ya que es Él quien regala de forma generosa y eficaz la llamada a la fe, a la que responde y se adhiere el iniciado con libertad, insertándolo la Iglesia en su vida con caridad de madre.
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