Un artículo del ICAP recupera la historia de la Tercera Orden Franciscana Seglar en Segorbe
El número 29 de la revista del Instituto de Cultura del Alto Palancia, de diciembre de 2022, desde ayer en las librerías, recoge la apasionante historia de “La Tercera Orden Franciscana Seglar en Segorbe”, objeto de una conferencia por sus autores el día de la presentación del mismo, el pasado 3 de marzo. La Tercera Orden secular es una institución que, inspirada por San Francisco de Asís en el siglo XIII, trató de acercar a los feligreses al mundo espiritual de la conventualidad, pero sin pertenecer a ella. De su existencia, al menos en Segorbe, se conocía escasas informaciones, que en el presente artículo se detallan como novedosas, con nueva documentación al respecto-, con gran importancia en los siglos XVII y XVIII hasta el siglo XIX, tiempo en que -llevada por el empuje del obispo Francisco de Asís Aguilar, terciario desde su juventud- volvió a arraigar en la sede diocesana segorbina.
La investigación, realizada por los doctores Montolío Torán y Guerrero Carot, incide en los orígenes, en la primitiva ciudad episcopal. La historia de la Tercera Orden Franciscana comienza en la antigua diócesis de Albarracín Segorbe entre 1373 y 1390, con la fundación del convento de San Francisco de Chelva. La plasmación de este primer establecimiento franciscano diocesano resultó de la iniciativa de un grupo de frailes deseosos de encontrar una mayor autenticidad en sus vidas después de los grandes y negativos episodios bélicos y de la peste negra vividos en la Corona de Aragón. Para ello, obtuvieron permiso para vivir como ermitaños, al modo de los primitivos cristianos, en cuevas en el término de Chelva, siendo el entonces legado apostólico, Pedro de Luna, futuro Benedicto XIII, quien les autorizó en un «breve» a admitir novicios y nuevos aspirantes, entre los que destacaron grandes personajes espirituales como el padre Juan de Catina y el lego Pedro Dueñas, mártires en Granada en el año 1397. Un hecho que acabó constituyendo el comienzo de la reforma franciscana en los reinos de España, dividiendo la orden entre claustrales o conventuales, residentes en los primitivos conventos, y observantes, que buscaban la autenticidad de los orígenes del movimiento.
Papel importante en la consolidación de la orden franciscana la tuvo el patronazgo de la reina María de Luna, cuando el 22 de mayo de 1402 pedía al pontífice Benedicto XIII la creación de un nuevo convento en Gilet (Valencia). El 16 de agosto de 1403 se promulgó la bula Eximiae devotionis affectus. Aquel mismo año solicitaba una vicaría propia conformada por los cenobios de Chelva, Manzanera, Santo Espíritu (inaugurado en 1404) y otras futuras, todas ellas enclavadas en el Camino Real de Aragón, eligiendo la propia monarca al primer guardián de Santo Espíritu, su confesor Francesc Eiximenis, por las bulas Eximie devotionis y Dum Sincere.
Años más tarde, el 23 de febrero de 1413, con intermediación de personajes tan importantes como fray Bertomeu Borrás y fray Bernat Escariola, el Papa Benedicto XIII concedía la bula Sacrae religionis,facultando a los frailes de Santo Espíritu de constituir una nueva comunidad en la ciudad de Segorbe, “Santa María de los Ángeles”. El 28 de julio de 1413, el prelado franciscano Juan de Tauste (1410-1427) autorizaba su fundación y otorgaba la ermita de San Blas para su establecimiento, que comenzará su andadura en 1415. Además, se ponía bajo la obediencia del nuevo Guardián, fray Blai de Campells, a la ciudad de Segorbe y las villas y lugares de Jérica, Altura, Viver, Pina, Castellnou, Onda y Betxí con sus términos y territorios.
La Custodia Regular Observante de Segorbe y Santo Espíritu sería instituida el 26 de junio de 1424, conformada, según la bula «Ad ea»de Martín V, por los conventos de Segorbe, Santo Espíritu, Chelva y Manzanera, impulsada en buena medida por el obispo segorbino, el franciscano Juan de Tahust (1410-1427). Una Custodia a la que, en 1425, se agregarán los conventos de Tarazona, Morvedre, Cariñena, Alpartir y Alumna, modificando su denominación por el de «Nuestra Señora de la Vega». Un listado de conventos observantes de la provincia de Aragón al que se le irán añadiendo otros muchos a partir de 1438 de las diócesis de Barcelona, Tortosa, Tarazona, Zaragoza, Valencia o Cartagena. Entre ellos, en las actuales demarcaciones diocesanas de Segorbe-Castellón, cabe destacar la fundación del convento de Santa Catalina de Onda en 1448, a instancias de la reina de María de Castilla. En 1530 se establecían en Castielfabib y pocos años después, en el Capítulo de febrero de 1560, fundando los colegios de filosofía y teología en los cenobios de Chelva y Segorbe.
La última etapa franciscana duró de 1898 a 1973, año en que se marchó la comunidad, aunque siguieron atendiendo la iglesia hasta 1996. Desde entonces la Tercera Orden Seglar, inspirada en el Seráfico Padre San Francisco de Asís, de alguna manera, ha quedado olvidada entre los fieles y sus gentes.
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