Celebración diocesana de la Sagrada Familia
La Delegación Diocesana de Familia y Vida organizó en la Basílica de Ntra. Sra. del Lledó una celebración diocesana en la víspera de la fiesta de la Sagrada Familia. Siguiendo la estela que dejó una primera celebración en 2014, se han convocado las familias de la Diócesis a una Misa y Vigilia de Oración con motivo de la Jornada de la Sagrada Familia. Este año, la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal ha dado el lema de “Hogar que acoge, acompaña y sana”. Mons. Casimiro López Llorente, que presidió la Misa, invitó a recordar estas tres palabras para ser familias felices que muestren el Evangelio de la Familia.
El Obispo presentó la Sagrada Familia como un modelo que propone la Iglesia para que guíe el día a día del matrimonio y la familia. Ésta se caracteriza en que José, María y Jesús “vivieron el proyecto de Dios en sus vidas; los tres se preocupaban que cada cual vivera según la vocación recibida”. Según Mons. López Llorente es necesario recuperar la comprensión del designio de Dios como un camino de felicidad: “Lo mejor que nos puede pasar es descubrir y seguir la llamada de Dios, porque él quiere nuestro bien”.
Ante un contexto social y legislativo en el que no se respeta el sentido propio de la familia, el Obispo describió el papel de la Iglesia y los matrimonios cristianos: “Lo que nos toca es anunciar de palabra y vida la belleza del matrimonio y de la familia apoyados en Dios. Que por vuestras buenas obras los que os vean digan que merece la pena acoger el Evangelio”.
Retomando el lema de la Jornada de la Sagrada Familia, Mons. López Llorente invitó a acompañar a los niños y jóvenes para que crezcan en la fe, a los novios, los matrimonios jóvenes y a las familias en dificultad. También pidió atender las familias heridas, y aseguró que ante los casos de violencia machista, hay que ir a las causas: “La familia cristiana, en la que se cultiva el respeto y el perdón, colabora fuertemente a que desaparezca la violencia entre hombre y mujer”.
Vigilia con la Amoris Laetitia
Después de la Eucaristía la Delegación Diocesana había previsto un tiempo fraterno con chocolate y actividades lúdicas para los niños. La celebración culminó con una vigilia de oración en la que pasajes de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia inspiraron una oración específica para las madres, los padres y los hijos.
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