La Comisión de emigración anticipa las necesidades tras el ‘Aquarius’
Creada con la crisis de los refugiados sirios de 2015 – y la dramática foto del pequeño Aylan de tres años tendido en una playa turca – la Comisión de emigración para la Acogida de Refugiados se ha vuelto a reunir. Esta vez el detonante ha sido la llegada a Valencia de 629 inmigrantes a bordo del ‘Aquarius‘. Cuando la semana pasada se supo que el navío sería recibido en España, Mons. Casimiro López Llorente dispuso que se buscaran medios para una ocasional acogida. Una vez en tierra, el desafío que se plantea es la inserción a medio plazo.
En la reunión han participado representantes de Cáritas Diocesana e interparroquial de Castellón, del Secretariado de Migraciones, de las Hijas de la Caridad y de las Hermanas de la Consolación. D. Yago Gayo, vicario general, presidía el encuentro. El director de Cáritas, Juan Manuel Aragonés, ha explicado los contactos que se han mantenido con Cáritas Valencia y las administraciones públicas en la operación Esperanza.
Aunque las organizaciones de la Iglesia han ofrecido los medios disponibles, no ha habido un petición para atender las primeras necesidades. Sin embargo los miembros de la Comisión están convencidos que a medio plazo se encontrarán con las personas que han llegado. “La gran cuestión es legal: ¿se les reconocerá como refugiados, o se encontrarán con una orden de expulsión sobreviviendo en nuestras ciudades?”, se preguntaba uno de los participantes. En 45 días se debe dirimir su estatus.
El protocolo usado establece tres fases. En la primera se recibe toda la ayuda. En la segunda se dan unos pasos de autonomía. Y en la tercera la persona no depende de las organizaciones. A partir de la experiencia, las entidades de la Comisión advertían que se proporciona ayuda material, pero que no hay un acompañamiento suficiente y al final estas personas se encuentran solas.
Acercamiento a las parroquias
En ese momento suelen acercarse a las Cáritas parroquiales, y recurren a los numerosos recursos de acogida de la Iglesia. Por ejemplo, una de las grandes dificultades es la comunicación. Por eso muchas parroquias cuentan con clases de castellano, como Santa María, la Trinidad, San Francisco, la Esperanza o Santo Tomás en Castellón, o los Santos Evangelistas en Vila-real.
Preguntados por el Vicario General, las diversas entidades han comunicado que se pueden conseguir unas veinte plazas de acogida con un acompañamiento seguido. También se ha pensado en identificar personas que estén disponibles para tareas de traducción. El objetivo es estar preparados para el momento en que los emigrantes se puedan encontrar al margen de las ayudas oficiales, y entonces dar una respuesta.
Compartiendo el viaje
Esta preparación coincide con los días más activos de la campaña “Compartiendo el Viaje”, promovida por el Papa Francisco para sensibilizar sobre la situación de los que se ven forzados a dejar su país por diversas razones. Precisamente en el Ángelus del domingo 17, hizo un llamamiento a “estar cerca de los refugiados, a encontrar momentos de encuentro con ellos, a valorar su contribución, para que ellos también puedan integrarse mejor en las comunidades que los reciben”.
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