D. Casimiro nos invita «a vivir con entrega, siguiendo las huellas de Jesús, como sacrificio a imitación suya en la entrega generosa a los demás»
Esta tarde se ha celebrado la Eucaristía de clausura del 49º Congreso Nacional de Hospitalidades Españolas de Nuestra Señora de Lourdes, así como del 39º Encuentro Nacional de Jóvenes Hospitalarios que se ha celebrado en Castellón.
La Diócesis de Segorbe-Castellón ha sido así la anfitriona de los casi 300 congresistas participantes que han representado al 90% de las Hospitalidades españolas. Esta cita, de importante relieve y muy significativa, lo ha sido en un momento especial pues nos encontramos en plena fase Diocesana del sínodo de los Obispos, proceso que de la mano del Espíritu Santo, nos ha de impulsar, mediante la oración, al discernimiento para juntos, salir a la misión. Una misión que incluye, como recordó el Obispo en la inauguración, a los enfermos porque a través de sus ojos vemos, «con los ojos de la fe, al mismo Señor que sale a nuestro encuentro, que quiere ser atendido”.
La ceremonia ha estado presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, y concelebrada por el Obispo de Girona y Consiliario de las Hospitalidades Españolas, D. Francesc Pardo i Artigas; Monseñor Olivier Ribadeau Dumas, Rector del Santuario de Lourdes; D. Domingo José Galindo, Consiliario de la Hospitalidad de Segorbe-Castellón; D. Miguel Simón, deán-párroco de la Concatedral de Santa María, y un nutrido grupo de sacerdotes entre quienes se encontraban el Padre Horacio Brito, Consiliario del Santuario; y el Padre Mauricio Elías, Coordinador en Lourdes para peregrinos de habla española.
Tras la Liturgia de la Palabra (Marcos 13,24-32) D. Casimiro ha centrado su homilía en Cristo Jesús, Nuestra Señora de Lourdes, y los enfermos, poniendo en valor la Eucaristía «que es el centro de la vida y la misión de nuestra Iglesia, de todo cristiano, de toda Hospitalidad y también de todos aquellos que se sienten enviados por el Señor». La celebración lo ha sido de Acción de Gracias por los frutos del Congreso. Frutos, ha dicho D. Casimiro, «de fraternidad, de fortalecimiento de vuestra condición de Hospitalarios para seguir caminando en esta tarea hermosa de promover la devoción a Nuestra Señora de Lourdes a los enfermos y a cuantos se acercan al santuario para sentir la cercanía del Señor a través de su Madre, la Virgen».
La Eucaristía de hoy, ha resaltado el Obispo, es también un punto de salida porque el Señor «nos ha convocado a estar con Él para enviarnos a todos a la misión», que en el caso de los Hospitalarios y voluntarios que han llenado la concatedral de Santa María, «es una llamada del Señor a vivir la vocación desde la Palabra, desde Cristo Jesús que nos indica el camino». Y citando el Evangelio que se ha proclamado ha destacado que «su venida gloriosa al final de los tiempos es lo que nos da firmeza en nuestro caminar». Porque, en definitiva, ha dicho, «todos somos peregrinos al encuentro definitivo con El Señor, y todo lo que acontece está encaminado a ese encuentro». Un encuentro al que nos preparamos y nos ha de ayudar «a vivir con entrega siguiendo las huellas de Cristo Jesús, incluso entregando la propia vida (Carta a los Hebreos, 10 11-14.18) como sacrificio a imitación suya en la entrega generosa a los demás». Y caminando hacia nuestro encuentro definitivo con Él, no ha de desviar nuestra mirada del presente porque «la Palabra que acabamos de escuchar nos ha de llevar a vivir con esperanza el presente y no limitarla a vivir unos días de entrega en el santuario, sino a avivar nuestra fe cada día».
Y ese encuentro constante del Señor con cada uno de nosotros se personaliza en la Eucaristía, «donde Él nos ama directamente y se nos da como alimento necesario para seguir caminando porque lo que llevamos entre nuestras manos no es obra nuestra, es obra del Señor que a través de nosotros quiere llegar a todos». La Eucaristía, ha concluido nuestro Obispo, «es un encuentro anticipado del encuentro definitivo con el Señor para que se mantenga firme nuestra la fe y nuestra esperanza». Y para terminar ha implorado a María «que como a Bernardette nos lleva al encuentro con el Señor enviándonos a la misión».
Antes de la bendición final, el Presidente de la Federación de Hospitalidades Españolas, D. Pablo Garamendi, ha elevado una oración de acción de gracias a Nuestra Señora de Lourdes y, recordando las palabras de San Juan Pablo II, ha invitado a los presentes a que «cada persona enferma y frágil pueda ver en nosotros el rostro de Jesús y que nosotros también podamos reconocer en la persona que sufre la carne de Cristo».
Este Congreso, en palabras del presidente de la Hospitalidad de nuestra Diócesis «va a contribuir a salir fortalecidos en la fraternidad entre todos para afrontar, en el futuro a corto y medio plazo, las peregrinaciones tras la pandemia».
La parte musical de la ceremonia ha corrido a cargo de la coral Barreros de la Mare de Déu del Lledó que ha contado con la brillante participación del tenor José Navarro-Forcada, y al teclado Augusto Belau, organista titular de la Concatedral Santa María.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!