• Plan Diocesano de Pastoral 2023-2027
  • Jubileo 2025
  • Protección de menores
Obispado Segorbe-Castellón
  • Noticias
    • Hemeroteca
    • Noticias por categoría
    • Entrevistas
    • La Hoja
    • Reportajes
    • Colaboraciones
    • Datos de contacto
  • Diocesis
    • Obispo
      • Biografía
      • Cartas
      • Decretos
      • Homilías
      • Agenda Institucional
    • Vicaría General
      • Vicaría General
    • Historia
      • Nuestra história
    • Episcopologio
      • Episcopologio de la Diócesis
    • Curia
      • Curia y Vicarías
    • Consejos Diocesanos
      • Consejos Diocesanos
    • Organización Territorial
      • Cabildos y Arciprestazgos
      • Parroquias y Capellanías
      • Casa Sacerdotal
    • Patrimonio Cultural
      • Patrimonio Cultural
      • Visitas virtuales 360º
      • Diócesis y arciprestazgos
  • Pastoral
    • Delegaciones
      • Vicaría de Pastoral
    • Formación y Educación
      • Escuela de Teología
      • Colegios Diocesanos
      • Centros Docentes Católicos
    • Movimientos y Asociaciones
      • Asociaciones de Fieles Públicas Laicales
      • Ordenes Terceras
      • Asociaciones de Fieles Públicas Clericales
      • Asociaciones de Fieles Privadas
  • Caritativo – Social
    • Cáritas
      • Cáritas
      • Datos de Contacto
    • Pastoral Caritativa-Social
      • Pastoral Caritativa – Social
      • Entidades
  • Vocaciones
    • Sacerdocio
      • Seminario Mayor Diocesano Mater Dei
      • Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero “Redemptoris Mater”
      • Seminario Menor Diocesano “Mater Dei”
    • Diaconado Permanente
      • ¿Qué es?
      • Comisión para el Diaconado Permanente
      • Noticias
    • Vida Consagrada
      • Vida Activa
      • Vida Contemplativa
    • Familia
      • ¿Os queréis casar?
      • Recursos para las familias
      • Delegación Diocesana de Pastoral Familiar y de la Vida
    • Laicado
      • ¿Qué es el laicado?
      • Congreso Nacional de Laicos
      • Plan Diocesano del Postcongreso de Laicos
      • Movimientos y Asociaciones de Apostolado Seglar
      • Noticias
  • Archivo
  • Participación y Transparencia
    • Dono a mi iglesia
    • xtantos
    • Organigrama
      • Organigrama
    • Memoria de Actividades
    • Estatutos y Reglamentos
      • Estatutos y Reglamentos
    • Subvenciones y Convenios
      • Subvenciones y Convenios
    • Información Económica
      • Normativa Económica
      • Información Económica
      • Manuales de buenas prácticas
    • Protección de menores
      • Oficina de protección de menores
      • Decretos
      • Protocolo de la Diócesis
      • Protocolos de la CEE
      • Vademecum
    • Protección de datos
      • Oficina de protección de datos
      • Nombramiento del Delegado diocesano
      • Decreto general de la CEE
      • Política de privacidad
  • Click to open the search input field Click to open the search input field Buscar
  • Menú Menú

La Virgen del Carmen, patrona de la gente del mar

10 de julio de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021, Secretariado Stella Maris/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

En unos días celebraremos la Fiesta de la Virgen del Carmen. Su devoción está muy arraigada entre nosotros, sobre todo, en las parroquias del litoral, y la gente del mar la tiene y la celebra como su patrona. En este día tendremos un recuerdo muy especial y cercano para todos los trabajan en el mundo de la mar y en los puertos, en especial para los marineros, los pescadores y sus familias, sobre todo en estos tiempos tan duros a causa de la pandemia del Covid-19. A todos ellos les decimos: No estáis solos, no os olvidamos. Por ello también recordamos a los capellanes y a los voluntarios que son quienes, en nombre de nuestra Iglesia, los atienden día a día humana, material y espiritualmente con su cercanía humana, dedicación personal y entrega generosa. Un recuerdo muy especial tenemos este año para el joven estibador, David, aún desaparecido desde el trágico vuelco de un mercante en el puerto de Castellón a finales del mes mayo, y para toda su familia: los tengo diariamente presentes en mi oración y os invito a todos a rezar por ellos.  

A pesar de su importancia indiscutible para la economía mundial, los marineros y los pescadores pasan desapercibidos para la mayoría de la gente. Recordemos que más del noventa por ciento del comercio mundial se transporta en barcos de todo tipo; sin la gente de mar, la economía mundial se detendría. Sin los pescadores, muchas partes del mundo sufrirían de hambre. Muchos marineros y pescadores trabajan durante largos períodos, lejos de su país y de sus familias. Su vida está marcada no solo por el aislamiento y la lejanía. Como nos recordó el papa Francisco, su vida “a veces también está herida por vergonzosas experiencias de abuso e injusticia, por la insidia de los traficantes de personas; por el chantaje del trabajo forzoso. Otras veces, no reciben el salario que se les debe o son abandonados en puertos lejanos. Además de los peligros de la naturaleza, deben hacer frente a los de los hombres, como la piratería o los ataques terroristas” (27.06.2019).

Jesús acompañaba a sus discípulos en los viajes en barca, les ayudaba en sus afanes y calmaba las tempestades. Como Jesús, también la Iglesia sale al encuentro de la gente del mar y la acompaña. Con el fin de atender las exigencias y necesidades de asistencia humana y religiosa de cuantos trabajan en el comercio marítimo o en la pesca, de sus familias, del personal de los puertos y de los que emprenden un viaje por mar surgió el apostolado del mar en la Iglesia, bajo el nombre de “Stella maris”; es el título preferido con el que la gente del mar se dirige a la Virgen María, en cuya protección siempre ha confiado.

El 4 de octubre del año pasado 2020 este apostolado del mar, el Stella maris, cumplía 100 años de apostolado y de permanente cercanía a la gente del mar. Stella maris está presente en más de 300 puertos de todo el mundo, y desde hace siete años también en el puerto de Castellón de la Plana, que cuenta con un local en el distrito marítimo de la capital de La Plana. La finalidad de este servicio diocesano es llevar la Buena Nueva del mensaje cristiano a todas las personas del mundo de la mar. Quien acoge y vive el Evangelio de Jesús, cuida, proclama y defiende con valentía la dignidad humana que a veces es descuidada y conculcada en el mundo del mar. Nuestro apostolado del mar desea acoger y acompañar, llevar luz y esperanza a la vida de la gente del mar, y ayudar solidariamente a los marineros necesitados y a todas sus familias.

Stella Maris-Castellón es como “el hogar, lejos del hogar”. La mayoría de los puertos han sido diseñados para operaciones de carga y descarga, embarque y desembarque, pero con frecuencia se ignoran las necesidades humanas, materiales y espirituales de los tripulantes de los barcos. El marino y el pescador necesitan sentirse personas, comunicarse con su familia, realizar compras, disfrutar de un mínimo tiempo de ocio o tal vez conversar con alguien o recibir asistencia, social, legal o espiritual. Además este apostolado debe ser también la voz de los sin voz, haciendo presentes sus necesidades en la sociedad.

Aprovecho esta ocasión para agradecer la implicación generosa de cuantos trabajan en nuestra Stella maris –el capellán y los voluntarios-; y para agradecer también la colaboración de la Autoridad portuaria y de las empresas del puerto.

Que la Virgen del Carmen, la Stella maris, como buena madre y patrona, proteja y guíe a todos y en especial a la gente del mar y sus familias.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

La vocación: don y llamada de Dios al amor

3 de julio de 2021/1 Comentario/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

En más de una ocasión me he referido a la urgente necesidad de cuidar las vocaciones en nuestra Diócesis. Y no me refiero sólo a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, tan necesarias para la Iglesia y, a la vez, tan escasas entre nosotros. También hemos de cuidar y presentar el matrimonio cristiano como un don y una llamada de Dios para que nuestros jóvenes descubran su belleza y lo vivan con alegría. Finalmente hemos de ayudar a los bautizados a vivir su bautismo como llamada del Señor a ser sus discípulos misioneros en la Iglesia y en el mundo.

Ya san Juan Pablo II indicaba que la dimensión vocacional es esencial y connatural en la pastoral de la Iglesia; no es algo añadido o secundario, sino algo que debe estar presente siempre en la acción pastoral de la Iglesia: de pastores y comunidades, de padres cristianos o de catequistas, entre otros. La Iglesia es la asamblea de los llamados por el Señor, y su misión es llevar a las personas al encuentro transformador y salvador con Jesús. Como Juan el Bautista en el caso de Andrés y de Juan, la Iglesia ha de dirigir la mirada a Jesús, que dice a quienes lo buscan, “venid y veréis” (cf. PDV 34).      

Hoy no es fácil hablar de vocación como don y llamada de Dios. Se pueden aducir para ello muchas razones de tipo social y cultural, y otras tantas de carácter intraeclesial. Falta una perspectiva global de la persona como proyecto de vida. Además, el contexto cultural actual propone un modelo de ‘hombre sin vocación’, totalmente autónomo, señor y dueño de su vida y existencia, sin apertura ni referencia alguna a Dios.. El futuro de niños y jóvenes se plantea, en la mayoría de los casos, reducido a la elección de una profesión, sin contar con la llamada de Dios.  

Sin embargo, una mirada creyente descubre que todos tenemos una vocación: la vocación al amor. En las primeras páginas de la Biblia leemos que “Dios creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios los creó: varón y hembra los creó” (Gn 1,27). Dios es amor, nos dice san Juan. Porque Dios es amor y somos creados a su imagen y semejanza, nuestra identidad más profunda es la llamada al amor. Dios llama a cada uno a la vida por amor y para el amor pleno. Este es nuestro origen y nuestro destino en el plan de Dios: Él nos crea para amar y ser amados en esta vida, y llegar a la plenitud del amor de Dios en la eterna. Este es el proyecto de Dios para cada uno. Por eso no hay nada más triste en este mundo que no amar ni ser amados. Cristo nos muestra que el verdadero amor consiste en la donación y entrega total por el bien del otro.

Todos estamos llamados al amor. Al hablar de amor hemos de contemplar en primer lugar el misterio mismo de Dios. Dios es amor; es comunión personas en el amor, del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Éste es el corazón de la revelación cristiana. Jesús con sus palabras y sus hechos, y, sobre todo, en la donación de sí mismo y en su entrega total de la propia vida hasta la muerte, nos ha revelado este rostro de Dios, en sí mismo y para la humanidad. “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él” (1 Jn 4, 9-10). Así es Dios y así nos ama Dios. El amor de Dios crea en nosotros la bondad y la belleza. Su mirada nos hace buenos y gratos a sus ojos.

El hombre y la mujer estamos hechos para amar y ser amados; nuestra vida se realiza plenamente sólo si se vive en el amor. La llamada de Dios creador al amor se profundiza en el bautismo que nos hace hijos e hijas amados de Dios en su Hijo, Jesucristo, y nos llama a vivir el amor en su seguimiento. Un seguimiento que se concreta en el sacerdocio, en la vida consagrada o en el matrimonio. Todo bautizado ha de estar a la escucha y preguntarse por qué camino concreto le llama el Señor para vivir su llamada al amor. En el seguimiento de Jesús, los sacerdotes entregan su vida por amor para servir a la vocación de los hermanos, en nombre y representación Jesús, el buen Pastor. Las personas consagradas son llamadas por Dios para entregarse enteramente a Él con corazón íntegro, para ser signo elocuente del amor de Dios para el mundo y de su llamada a amar a Dios por encima de todo. Asimismo el matrimonio es una llamada de Dios a vivir el amor conyugal siendo signo y lugar del amor entre Cristo y la Iglesia.

Ayudemos a todos, y en especial a los jóvenes a ponerse a la escucha de Dios para descubrir el camino concreto por el que Él los llama a vivir su vocación al amor. Esta es la clave de toda existencia humana y cristiana, y garantía de libertad y felicidad.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Oración y acción de gracias por el Papa Francisco

26 de junio de 2021/1 Comentario/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Este domingo 27 de junio, dos días antes de la fecha señalada en el calendario litúrgico, celebramos en nuestra Diócesis la solemnidad de San Pedro y San Pablo por ser el día 29 laborable en nuestra comunidad autónoma. En este día celebramos también el Día del Papa y tendrá lugar la colecta del Óbolo de San Pedro, llamada así desde los primeros siglos de la Iglesia.

En este día recordamos en primer lugar a San Pedro y San Pablo, columnas de la Iglesia y heraldos del Evangelio. Por caminos diversos, los dos anunciaron el Evangelio y congregaron la única Iglesia de Cristo, y ambos fueron coronados por el martirio en Roma a causa de la fe en Cristo Resucitado y el anuncio del Evangelio.

Entre los doce Apóstoles, Pedro ocupa un lugar especial. Todos ellos fueron testigos directos de las palabras y obras de Jesús, vieron al Señor Resucitado, y fueron enviados por Cristo para ser sus testigos y anunciar el Evangelio en todo el mundo. Pero a Pedro le corresponde por voluntad de Jesús un ministerio especial entre todos ellos: Jesús lo elige para ser su Vicario en la tierra, el apoyo firme de la fe y de la vida de todos sus discípulos. “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” y “He orado por ti para que tu fe no desfallezca. Cuando estés fuerte confirma a tus hermanos”, dice el Señor a Pedro. Los Apóstoles reconocieron a Pedro este puesto de presidencia. Después de ascender Jesús al Cielo, Pedro presidía la vida y las actividades de los Doce. Pedro es testigo, fundamento firme de la fe de todos los creyentes: él es la piedra sobre la que Jesús construye su Iglesia, el fundamento de la unidad de la comunidad de los creyentes.

Pedro anunció el Evangelio en Jerusalén, después en Antioquia, y finalmente en Roma. Situarse en Roma era una manera de manifestar la universalidad del Evangelio de Jesús. Hay testimonios muy antiguos de que los Obispos de todo el mundo se sentían vinculados a la tradición cristiana de Roma. La huella de Pedro ha dado a la Iglesia de Roma ese papel de referencia para todas las demás Iglesias, como garantía de la autenticidad y de la unidad católica de la fe y de la vida de todos los cristianos.

Al celebrar a San Pedro tenemos un recuerdo especial por el Papa como sucesor suyo en el ministerio que Jesús le confió al frente de su Iglesia. El ministerio de Pedro se perpetúa en el Obispo de Roma, hoy el Papa Francisco: él es el Vicario de Cristo en la tierra y el Primado de la Iglesia; él garantiza la unidad en la fe de todos los cristianos, de todos los Obispos y de todas las Iglesias diocesanas. Los cristianos católicos sabemos que nos encontramos dentro de la corriente viva de la fe de los Apóstoles, que arranca del mismo Cristo, si estamos en comunión con el sucesor de Pedro, con su persona y su doctrina en cuestiones de fe y de moral. Esta es la garantía para saber que nuestra fe es auténtica, que somos verdaderos discípulos de Jesús y que pertenecemos a la única Iglesia del Señor. Nuestra fe ha de ser personal, sí; pero también eclesial, apostólica y en comunión afectiva y efectiva con el Papa.

En estos tiempos la misión del Papa se ha hecho particularmente difícil. Los últimos Papas, también Francisco, están siendo “bandera discutida”, como lo fue Jesús. Las críticas de unos y otros, los rechazos de su misión, las protestas en cualquier lugar de la Iglesia, las tempestades externas a la Iglesia y los graves pecados de sus miembros, en especial de miembros destacados de la jerarquía, cargan sobre sus hombros; y puede que consciente o inconscientemente nos afecten en nuestro afecto hacia el Papa.

En la primera hora de la Iglesia, cuando Pedro estaba en la cárcel, toda la comunidad oraba por él. Hoy toda la Iglesia hemos de orar por el Papa, sucesor de Pedro. Hemos de estar muy cerca del Papa Francisco con nuestra oración y con nuestra comunión efectiva y afectiva. Oremos por el Papa para que Dios le conceda especialmente el don de sabiduría para conducir a su Iglesia en estos tiempos de cambio de época y el don de fortaleza para que su fe no decaiga y pueda confirmarnos en la fe a todos los creyentes, como pidió Jesús a Pedro (cf. Lc 22,31). El ministerio del Papa ha de suscitar en nosotros una actitud de escucha atenta y de acogida cordial. Su palabra nos confirma en la fe, nos renueva en la esperanza y nos envía a la misión.  

Demos gracias a Dios por la persona y el ministerio del Santo Padre. Avivemos nuestro amor por su papel insustituible para toda la Iglesia.

En los templos de nuestra Diócesis haremos hoy la colecta del Óbolo de San Pedro para colaborar con el Papa en sus ayudas continuas a los más necesitados del mundo; seamos generosos. Muchas gracias.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Carta del Obispo, D. Casimiro, ante la entrada en vigor de la Ley de la Eutanasia

20 de junio de 2021/2 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas 2021, Por la Vida/por obsegorbecastellon

Carta pastoral al Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón

Queridos diocesanos todos: sacerdotes, diáconos, religiosos/as y seglares.

El próximo día 25 de junio entrará ya en vigor la ley de la eutanasia. Esta ley se ha tramitado por vía de urgencia, sin necesidad social para ello, sin debate ni diálogo público, sin consulta al Consejo de Estado ni al Comité de Bioética de España y aprovechando el estado de alarma a causa de la pandemia. Este hecho es especialmente grave, pues la ley instaura una ruptura moral, un cambio en los fines del Estado -que de defensor de la vida pasa a ser responsable de la muerte infligida- y un cambio en el objetivo fundamental de la profesión médica llamada a curar y nunca a provocar intencionadamente la muerte. Esta ley aplica e impone la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes hoy en el mundo.

Recordemos que la eutanasia o el suicidio asistido es siempre una forma de homicidio. En sentido propio, por eutanasia se entiende toda acción u omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte de un ser humano con el fin de evitarle sufrimientos, bien a petición de éste, bien porque otros consideran que su vida ya no merece ser vivida ni mantenida. La Iglesia católica considera ‘como enseñanza definitiva’ que la eutanasia es un crimen, una grave violación de la ley de Dios y un atentado a la dignidad de la persona. Toda cooperación formal o material inmediata a tal acto es un pecado grave contra la vida humana. Cosa distinta a la eutanasia es aquella acción u omisión que no causa la muerte por si misma o por la intención, como son la administración adecuada de calmantes, aunque puedan acortar la vida, o la renuncia a terapias desproporcionadas, que retrasan indebidamente la muerte.

En la eutanasia y en el suicidio asistido están en juego la dignidad de la persona y el don de la vida. Todos tenemos la experiencia de que la vida nos ha sido dada. La vida es un don sagrado e inviolable. Desde su concepción hasta su muerte natural, toda vida humana ha de ser acogida, respetada y protegida por todos, incluido el Estado. Tampoco una mayoría de votos legitima para disponer de la vida de las personas. Las leyes que legalizan la eutanasia y el suicidio asistido son, pues, gravemente injustas. Nadie es dueño absoluto de la vida; ni existe un derecho a disponer de la propia vida.

Por todo ello no nos puede ser indiferente a nadie ni menos aún a los cristianos la entrada en vigor de esta ley. ¿Qué podemos hacer? En primer lugar hemos de seguir rezando por la vida humana, de forma especial los días 17 de cada mes, para que el Señor inspire a nuestros gobernantes medidas que acojan, respeten y promuevan el cuidado de toda vida humana. Frente a una ‘cultura de la muerte’ hemos de seguir trabajando para promover en nuestra sociedad la cultura de la vida.

Además hemos de urgir a nuestros gobernantes que legislen sobre los cuidados paliativos para todos –también para los menos favorecidos- y que pongan los medios humanos y económicos para este fin. No hay enfermos ‘incuidables’. Los cuidados paliativos ayudan a vivir la enfermedad grave con un acompañamiento integral a los enfermos y a sus familias; alivian el dolor, consuelan y ofrecen la esperanza que surge de la fe y da sentido a toda vida humana. No siempre se puede garantizar la curación, pero siempre debemos cuidar al enfermo. Los cuidados paliativos son la expresión más auténtica de la atención humana y cristiana de los enfermos.

Y, en tercer lugar podemos formalizar personalmente el Documento de Voluntades Anticipadas (conocido como Testamento Vital) y difundirlo entre nuestros conocidos. Nuestra Diócesis ha preparado un modelo de Documento que se ha enviado a todas las parroquias, a las que pido que se impliquen en su difusión y que ayuden a formalizarlo.

En este Documento, una persona con capacidad legal suficiente manifiesta libremente las actuaciones médicas que deben tenerse en cuenta cuando se encuentre en una situación en la que no pueda expresar su voluntad debido a la propia enfermedad, a un accidente o a la vejez. En él, el interesado manifiesta que quiere que, llegado el caso, le sean administrados los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se le apliquen medios desproporcionados ni menos aún la eutanasia. Además incluye la voluntad de tener una atención espiritual así como el nombramiento de un representante legal encargado de velar por el cumplimiento de lo dispuesto en el mismo.

Para que el Documento tenga valor jurídico y sea de obligado cumplimiento por todos, una vez rellenado, debe ser firmado personalmente por el interesado y por dos testigos, y ha de inscribirse en el registro de voluntades anticipadas de la Generalitat. Así se libera a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo en situaciones tan difíciles.

Os animo a todos, especialmente a nuestros mayores y enfermos, a hacer el Documento de Voluntades Anticipadas. Se trata de garantizar nuestra voluntad de que no se nos apliquen la eutanasia ni medios desproporcionados, y de que se respete en todo momento nuestra dignidad personal hasta la muerte natural. La vida humana es digna siempre; tiene su origen y su destino en Dios. Trabajemos por la vida.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Ante la entrada en vigor de la ley de eutanasia

20 de junio de 2021/0 Comentarios/en Cartas, Cartas 2021, Noticias, Por la Vida/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El próximo 25 de junio entrará ya en vigor la ley de la eutanasia. Esta ley se ha tramitado por vía de urgencia y sin necesidad social para ello, sin debate ni diálogo público y aprovechando el estado de alarma. Este hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral, un cambio en los fines del Estado -que de defensor de la vida pasa a ser responsable de la muerte infligida- y un cambio en el objetivo fundamental de la profesión médica llamada a curar y nunca a provocar intencionadamente la muerte. Esta ley aplica e impone la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes hoy en el mundo.

Recordemos que la eutanasia o el suicidio asistido es siempre una forma de homicidio. En sentido propio, por eutanasia se entiende toda acción u omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte de un ser humano con el fin de evitarle sufrimientos, bien a petición de éste, bien porque otros consideran que su vida ya no merece ser vivida ni mantenida. La Iglesia católica considera ‘como enseñanza definitiva’ que la eutanasia es un crimen, una grave violación de la ley de Dios y un atentado a la dignidad de la persona. Toda cooperación formal o material inmediata a tal acto es un pecado grave contra la vida humana. Cosa distinta a la eutanasia es aquella acción u omisión que no causa la muerte por si misma o por la intención, como son la administración adecuada de calmantes, aunque puedan acortar la vida, o la renuncia a terapias desproporcionadas, que retrasan indebidamente la muerte.

En la eutanasia y en el suicidio asistido están en juego la dignidad de la persona y el don de la vida. Todos tenemos la experiencia de que la vida nos ha sido dada. La vida es un don sagrado e inviolable. Desde su concepción hasta su muerte natural toda vida humana ha de ser acogida, respetada y protegida por todos, incluido el Estado. Tampoco una mayoría de votos legitima para disponer de la vida de las personas. Las leyes que legalizan la eutanasia y el suicidio asistido son, pues, gravemente injustas. Nadie es dueño absoluto de la vida; ni existe un derecho a disponer de la propia vida.

Así pues, no nos puede ser indiferente la entrada en vigor de esta ley. Por ello hemos de seguir rezando por la vida humana, de forma especial los días 17 de cada mes, para que el Señor inspire a nuestros gobernantes medidas que acojan, respeten y promuevan el cuidado de toda vida humana. Frente a una ‘cultura de la muerte’ hemos de seguir trabajando para promover en nuestra sociedad la cultura de la vida.

Además hemos de urgir a nuestros gobernantes que legislen sobre los cuidados paliativos para todos –también para los menos favorecidos- y que pongan los medios humanos y económicos para este fin. No hay enfermos ‘incuidables’. Los cuidados paliativos ayudan a vivir la enfermedad grave con un acompañamiento integral a los enfermos y a sus familias; alivian el dolor, consuelan y ofrecen la esperanza que surge de la fe y da sentido a toda vida humana. No siempre se puede garantizar la curación, pero siempre debemos cuidar al enfermo. Los cuidados paliativos son la expresión más auténtica de la atención humana y cristiana de los enfermos.

En tercer lugar podemos formalizar personalmente el Documento de Voluntades Anticipadas (conocido como Testamento Vital) y difundirlo entre nuestros conocidos. Nuestra Diócesis ha preparado un modelo de Documento que se ha enviado a todas las parroquias, a las que pido que se impliquen en su difusión y que ayuden a formalizarlo.

En este Documento, una persona con capacidad legal suficiente manifiesta libremente las actuaciones médicas que deben tenerse en cuenta cuando se encuentre en una situación en la que no pueda expresar su voluntad debido a la propia enfermedad, a un accidente o a la vejez. En él se especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se apliquen medios desproporcionados ni menos aún la eutanasia. Además incluye la voluntad de tener una atención espiritual así como el nombramiento de un representante legal encargado de velar por el cumplimiento de lo dispuesto en el mismo.

Para que tenga valor jurídico hay que rellenar el Documento y firmarlo personalmente ante tres testigos y ha de inscribirse en el registro de voluntades anticipadas de la Generalitat. Así se libera a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo en situaciones tan difíciles.

Os animo a todos, especialmente a nuestros mayores y enfermos, a hacer el Documento de Voluntades Anticipadas. Se trata de garantizar nuestra voluntad de que no se nos apliquen la eutanasia ni medios desproporcionados, y de que se respete nuestra dignidad personal hasta la muerte natural. La vida humana es digna siempre; tiene su origen y su destino en Dios. Trabajemos por la vida.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

La genuina devoción al Corazón de Jesús

12 de junio de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El mes de Junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Su devoción sigue estando presente y viva en muchas de nuestras parroquias, a pesar de que no se haya cultivado especialmente como consecuencia de una mentalidad pastoral ilustrada, reacia a todo tipo de piedad popular. Es cierto que esta devoción no se puede limitar a contemplar una imagen, venerar una reliquia o recitar una serie de plegarias, y que hay que purificarla de prácticas devocionales sensibleras.

En la devoción al Corazón de Jesús, sin embargo, se unen felizmente la piedad popular y la profundidad teológica. Esta devoción tiene su raíz en la sagrada Escritura. Ya el Antiguo Testamento habla hasta veintiséis veces del corazón de Dios. En especial lo hace el profeta Oseas, quien describe el amor con el que el Señor se dirigió a Israel en el alba de su historia (cap. 11). A pesar de la incansable predilección divina, Israel responde con indiferencia e ingratitud. Sin embargo, Dios no lo abandona en manos de sus enemigos, pues “mi corazón -dice Dios- se conmueve en mi interior, y a la vez se estremecen mis entrañas” (v. 8).

Este amor de Dios se nos revela en el Nuevo Testamento como inconmensurable pasión de Dios por el hombre. Dios no se rinde ante la ingratitud, ni siquiera ante el rechazo del pueblo que se ha escogido; más aún, con infinita misericordia envía al mundo a su Hijo unigénito para que cargue sobre sí el destino del amor destruido; para que, derrotando el poder del mal y de la muerte, restituya la dignidad de hijos a los seres humanos esclavizados por el pecado. El mismo Hijo de Dios se inmola en la cruz: “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13, 1). Símbolo de este amor que va más allá de la muerte es su costado atravesado por una lanza. El apóstol san Juan, testigo ocular, dirá: “Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” (Jn 19, 34).

Con la palabra ‘corazón’, en la Escritura se designa principalmente el centro de la persona: es el punto donde confluyen los pensamientos, los sentimientos, los afectos y las motivaciones más profundas de una persona. Por eso, cuando hablamos del Corazón de Jesús nos referimos a lo más íntimo de su ser, a lo que mueve a Jesús en todo momento, a su amor: un amor que en Jesús es humano y divino al mismo tiempo.

 El Corazón de Jesús es símbolo de la fe cristiana, particularmente amado tanto por el pueblo como por los místicos y los teólogos, pues expresa de una manera sencilla y auténtica la “buena Noticia” del amor de Dios por toda la humanidad; resume en sí el misterio de la Encarnación y de la Redención, que se convierte en manantial permanente de bondad, de verdad y de misericordia; su costado sigue abierto.

 La genuina devoción al Corazón de Jesús lleva pues a lo más íntimo de la persona de Jesús, a su conciencia profunda, a su decisión de entrega total a nosotros y al Padre. Esta devoción nos sigue invitando hoy a contemplar lo que es esencial en la vida cristiana; esto es: el amor de Dios. Y nos impulsa a vivir desde la fe en el amor de Jesucristo, revelación del amor del Padre y fuente de su designio amoroso de redención también para el mundo de hoy: esto supone dejarse transformar por la gracia del misterio mismo del Corazón abierto de Cristo, que ha entregado su vida en la Cruz por amor a la humanidad y que ha resucitado para llevarnos a la vida misma de Dios.

 Como dijo el papa Francisco, en el Corazón de Jesús, “resplandece el amor del Padre; ahí me siento seguro de ser acogido y comprendido como soy; ahí, con todas mis limitaciones y mis pecados, saboreo la certeza de ser elegido y amado. Al mirar a ese corazón, renuevo el primer amor: el recuerdo de cuando el Señor tocó mi alma y me llamó a seguirlo” (Homilía 03.06.2016).  

La principal necesidad de toda persona está en encontrar un amor que dé un sentido pleno a su existencia: el ser humano está hecho para amar y para ser amado. En el Corazón de Jesús podemos experimentar el amor misericordioso de Dios: un amor que nunca falla, que sana y llena nuestra afectividad, que endereza nuestra voluntad y nos impulsa a amar a nuestro prójimo como Cristo nos ama.

La misión de la Iglesia y de los cristianos es ofrecer y atraer a todos los hombres a Cristo. Evangelizar es llevar a las personas al encuentro personal, transformador y salvador con el Corazón de Cristo: ahí está la fuente para conocer a Jesucristo, para experimentar su amor y dejarse transformar por él, y para ofrecerlo a todos con obras y palabras.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Corpus Christi y compromiso caritativo

5 de junio de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Caridad, Cáritas Diocesana, Cartas, Cartas 2021/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Este Domingo celebramos la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Christi. Esta Fiesta resalta nuestra fe en la presencia real y permanente de Cristo en la Eucaristía, memorial del sacrificio redentor de Jesús en la Cruz y banquete de comunión. Un sacrificio que actualizamos de modo incruento cada vez que celebramos la santa Misa. En el sacramento de la Eucaristía, el Señor se nos da en comida y se ha quedado entre nosotros a fin de que, en adoración, contemplemos su amor supremo, participemos de él y, transformados por este amor, seamos sus testigos comprometidos. Esta fe la hacemos pública y la ofrecemos al mundo en la procesión del Corpus.

La Eucaristía es el signo mayor del amor de Dios hacia todos los hombres, manifestado de una vez para siempre en el sacrificio redentor de Cristo en la Cruz. El Corpus Christi nos recuerda el verdadero rostro de Dios: Dios es amor y ama a todos los hombres. Tal es su amor por los hombres, que nos ama hasta el extremo de entregar a su propio Hijo en sacrificio “por todos nosotros” y el perdón de los pecados; Cristo Jesús nos ofrece su Cuerpo como comida de Amor y de Vida y se queda sacramentalmente para siempre entre nosotros en este sacramento, como fuente inagotable de su Amor.

El Corpus Christi nos lleva a la raíz y a la fuente permanente de la caridad y nos impulsa a construir la fraternidad universal, como nos pide el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti. Por su sacrificio y entrega total en la Cruz, Cristo nos ha redimido del pecado y ha restaurado el estado original de amistad y comunión de los hombres con Dios, con los demás y con la naturaleza entera. En la Eucaristía, el mismo Jesús se nos da como alimento de Vida y de Amor, que cambia y transforma a las personas y sus corazones. La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia y de todo cristiano; es la fuente de la que nos nutrimos y el motor para vivir el día a día desde el amor de Dios; es el anticipo de la vida eterna y el inicio de la nueva tierra  y los nuevos cielos, cuando todo quede restaurado en Cristo. 

En la Eucaristía, el Señor mismo nos invita a su mesa y nos sirve; Él se nos da a sí mismo en el Pan partido y repartido, que es su Cuerpo. Jesús nos muestra así que amar es no solo dar sino darse. La comunión del Cuerpo de Cristo une a los cristianos con el Señor y crea la unión de unos con otros. La Eucaristía crea y recrea la nueva fraternidad que es expansiva y no conoce fronteras.  Por ello, la Eucaristía tiene unas exigencias concretas para el vivir cotidiano, tanto de la comunidad eclesial como de los cristianos; de ella brota el mandamiento nuevo del Amor: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Y Cristo nos ha amado dándose a sí mismo por puro amor, de forma totalmente gratuita y desinteresada. La Iglesia y cada cristiano estamos llamados a dejarnos empapar por este amor entregado de Cristo y a vivirlo de tal modo que este amor llegue a todos, pues a todos está destinado. 

Por todo ello, en la Fiesta del Corpus Christi celebramos el Día de la Caridad, este año bajo el lema: “Tiende tu mano y ¡comprométete!”. Así el Amor de Dios llegará a través de cada uno de nosotros a todos, en especial a los pobres y excluidos de nuestra sociedad y del mundo entero: así todos podrán formar parte de la nueva fraternidad creada por Cristo Jesús. Quien en la comunión comparte el amor de Cristo es enviado a ser su testigo compartiendo su pan, su dinero, su tiempo y su vida con el que está a su lado, con el que está necesitado no sólo de pan sino también de amor: los enfermos, los pobres, los mayores abandonados, los marginados y los excluidos.

Es encomiable y agradezco de corazón la respuesta generosa ante la actual crisis sanitaria, laboral y económica que estáis dando tantos fieles y tantas personas de buena voluntad con aportaciones en dinero y en alimentos a las cáritas parroquiales, interparroquiales y diocesana, y en otras organizaciones de la Iglesia. No puedo olvidar ni dejar de agradecer el trabajo silencioso y gratuito de muchos voluntarios en las cáritas y en otras entidades, cuyo número ha crecido en este tiempo de necesidad. La persistencia de la crisis nos urge a redoblar nuestro esfuerzo y compromiso en favor de todos los que peor lo están pasando para que a todos llegue el amor del Señor a través de nuestra caridad generosa. Seamos desprendidos y austeros; prescindamos de tantos gastos superfluos e incluso de los necesarios a favor de los más necesitados. Y ¿por qué no fijarnos un tanto por ciento de nuestros ingresos mensuales para cáritas?

Cristo Eucaristía nos invita y envía a ser testigos comprometidos de su Amor.

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Cerca de Dios y del dolor humano

29 de mayo de 2021/1 Comentario/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021, Delegación para la Vida Consagrada/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

En la Fiesta de la Santísima Trinidad, este Domingo 30 de mayo, celebramos la Jornada ‘Pro orantibus’, es decir, por los que oran: los monjes y las monjas de vida contemplativa. Nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón cuenta en este momento con diez monasterios de monjas de vida contemplativa. Apartadas en sus conventos o monasterios se dedican a la oración y a la contemplación y cada día del año rezan por todos nosotros y por nuestras necesidades.

En esta Jornada tenemos un especial recuerdo para todas ellas y les queremos mostrar nuestro cariño y reconocimiento, nuestra gratitud y nuestra alta estima por lo que representan para nuestra Iglesia y nuestra sociedad. Son un rico patrimonio espiritual para todos nosotros, que con frecuencia no es conocido ni valorado suficientemente en un mundo dominado por el dinero y lo útil, por las prisas y la superficialidad.

Nuestras monjas no se desentienden de nada de lo que ocurre en nuestra Iglesia ni de lo que pasa en nuestro mundo. Aunque separadas de todo, viviendo en el silencio, en la oración y en la contemplación de Dios, están unidas a todos nosotros porque nada humano ni eclesial les es ajeno. También en esos momentos de dolor por la crisis sanitaria de la pandemia y sus duras consecuencias familiares, laborales, económicas y sociales están “cerca de Dios y del dolor humano”, como reza el lema para la Jornada de este año. Ya desde el primer momento de la pandemia no sólo rezaron por los contagiados, sus familias, los sanitarios y por el fin de la pandemia; también confeccionaron mascarillas para los internos de nuestros centros penitenciarios y ofrecieron sus donativos a pesar de su pobreza.       

Las monjas y los monjes sufren cuando el mundo sufre, porque su apartarse del mundo para buscar a Dios es una de las formas más bellas de acercarse al mundo del dolor a través de Dios. Su vida diaria está entretejida por su cercanía con Cristo y con el dolor humano en la que uno y otro -el Señor que salva y el ser humano sediento de salvación- se requieren y se encuentran cada día a través de la búsqueda y la contemplación del rostro de Dios, que es compasivo y misericordioso. Porque están cerca de Dios, lo contemplan y glorifican; y por esta misma razón no pueden por menos de estar cerca del dolor de mundo, orando por los hermanos y hermanas que sufren. En su oración diaria están presentes los fallecidos a causa del coronavirus y sus familias, muchas de ellas desoladas; están presentes los contagiados y los enfermos, así como los sanitarios y capellanes que los cuidan; y también los que sufren el paro y la pobreza, el miedo ante el contagio y la incertidumbre ante el futuro, o las personas vulnerables o que sufren soledad. Ningún necesitado es ajeno a su oración y a su caridad solidaria.

Los monasterios y los conventos de vida contemplativa son escuelas de fe en el corazón de nuestra Iglesia y de nuestro mundo; son ‘faros luminosos’ en medio de un mundo que ha perdido la luz de Dios y tantas veces la esperanza. Nos hacen presente a Cristo Jesús que siempre nos acompaña y nunca nos abandona: Él es la esperanza que nunca defrauda.

Las monjas y los monjes nos recuerdan que hay una Palabra por antonomasia -la de Dios- que es preciso escuchar, y que hay una presencia por excelencia -la de Dios-con-nosotros-,  que siempre debemos acoger. Con su estilo de vida, viviendo en fraternidad y con austeridad, sin perder nunca la alegria por saberse amados y nunca abandonados por Dios, nos marcan el camino en esta situación de crisis global. Este camino no es otro sino volver nuestra mirada a Dios para escuchar qué nos quiere decir Dios en estos momentos. Esta situación nos urge a repensar y cambiar nuestros modelos vida, personales, familiares, económicos, sociales y políticos, tantas veces marcados por el egoísmo y la insolidaridad. La crisis actual nos ofrece la oportunidad de construir entre todos un mundo más solidario, más fraterno y más justo para todos, en especial para los más desfavorecidos y necesitados en todo el mundo.

Recordemos en esta Jornada a todos los monjes y monjas con gratitud y esperanza. Pidamos al Señor que los custodie en su amor y los bendiga con nuevas vocaciones, que los aliente en la fidelidad cotidiana y los mantenga en la alegría de la fe. Como ellos sigamos orando a Dios por las necesidades y los padecimientos en todo el mundo: y, como ellos, estemos, cerca de Dios y cerca del dolor de cada ser humano.

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Caminar y discernir juntos para la misión

22 de mayo de 2021/1 Comentario/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021, Delegación para los Laicos/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

El día de Pentecostés, Jesús, el Señor Resucitado, cumple la promesa que había hecho a los Apóstoles antes de ascender a los cielos: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra” (Hech 1, 8). Recibido el Espíritu Santo, los apóstoles vencen el miedo y comienzan a proclamar la salvación realizada en Cristo: Jesús ha muerto y ha resucitado para que todo el que cree en Él tenga Vida eterna. Comienza así el tiempo de la Iglesia, que sale a proclamar el Evangelio a toda la creación (cf. Mc 16,15). La Iglesia es convocada por Jesús para ser enviada a la misión; su razón de ser es llevar el Evangelio a todos los pueblos. La Iglesia es y ha de ser siempre una “Iglesia en salida”, en feliz expresión del papa Francisco.  

El libro de los Hechos narra que la primera comunidad cristiana era constante “en la enseñanza de los Apóstoles y en la comunión de vida, en la fracción del pan y en las oraciones” (2,42). Se dice así lo que es la Iglesia y cómo ha de ser su camino en la historia. La comunidad de los creyentes, la Iglesia, es apostólica, basada en la enseñanza de los apóstoles y en comunión con ellos y sus sucesores, los Obispos; ella es orante y eucarística, por tanto centrada en su Señor: la Iglesia es ‘santa’; la Iglesia es una y unida en torno a su Señor y la guía de sus pastores; y, una vez ha recibido el Espíritu Santo, la nueva comunidad se expresa en todas las lenguas, es decir, se entiende a sí misma ‘católica’, universal, destinada a todos los pueblos.

La venida del Espíritu Santo fortalece en los discípulos la experiencia de su encuentro con el Señor Resucitado, y los convierte en misioneros del Evangelio, en promotores de vida, creadores de unidad y testigos de esperanza. Saben que su secreto es la fuerza y presencia del Espíritu; es la fuerza del amor de Dios, la que les da energía y les hace proceder con audacia.

En la Fiesta de Pentecostés, la Iglesia celebra el día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que nos impulsa a descubrir la riqueza del laicado en la vida del Pueblo de Dios. Si siempre hemos de tenerlo presente, más ahora cuando nos disponemos a aplicar en nuestra Diócesis el Congreso Nacional de laicos, celebrado en Madrid en febrero de 2020. Hay dos cosas que no podemos olvidar en el cumplimiento de nuestra misión evangelizadora: la sinodalidad y el discernimiento comunitario.

Sinodalidad significa caminar juntos. Y nos debe llevar a descubrir que pastores, religiosos y laicos formamos un único Pueblo de Dios y que todos estamos llamados y somos necesarios para llevar juntos a cabo la tarea evangelizadora en la Iglesia y en el mundo, cada uno según su carisma, vocación y ministerio. Por el sacramento del bautismo, todos nos tenemos que sentir llamados y enviados, discípulos misioneros, como nos recuerda el papa Francisco (EG 120).

La sinodalidad pide también vivir la comunión entre Movimientos, Asociaciones y Cofradías, superando prejuicios y exclusiones, así como la comunión afectiva y efectiva de todos ellos y de todas las parroquias con la diócesis. El modelo del camino sinodal de la Iglesia y su alimento cotidiano lo encontramos en la Eucaristía. En torno a ella se reúne y de ella se alimenta el entero Pueblo de Dios. Desde esta comunión con Cristo, sin el cual nada podemos hacer, hemos de salir alentados por el Espíritu a la misión a todas las periferias existenciales y geográficas.

La otra actitud permanente debe ser la del discernimiento comunitario. Este método que implica, según el papa Francisco, reconocer-interpretar-elegir, es algo especialmente necesario para que la Iglesia, y por tanto también los laicos, lleven a cabo su misión evangelizadora, sin quedarse en bellos propósitos o buenas intenciones (GE 169). El discernimiento nos permitirá captar lo que Dios nos dice y nos pide hoy, su plan de salvación hoy; hemos de preguntarnos como en el Evangelio: “Entonces, ¿qué debemos hacer?” (Lc 3, 10).

Discernir no consiste solo en ver, en mirar la realidad, sino en ser capaces de captar cómo Dios está actuando en la historia y qué nos está diciendo. Porque Dios nos habla en la historia, y en nuestra historia hablamos de Dios. De ahí que somos interpelados a descubrir la voz de Dios en el grito de cada uno de los seres humanos que encontramos en nuestro caminar, hemos de preguntar a nuestros conciudadanos qué llevan en su corazón, aprender a escuchar para sanar heridas, generar espacios de escucha y de encuentro. Esto lo haremos de modo especial en el próximo curso para discernir cómo ha de ser nuestra misión aquí y ahora, y en el futuro más inmediato,

Seamos dóciles a una nueva efusión del Espíritu Santo que guía siempre a la Iglesia.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Ahora más que nunca, clase de Religión

15 de mayo de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021, De Enseñanza/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos, y queridos padres y madres:

En breve comenzará la admisión y matriculación para el nuevo curso escolar 2021-2022, que se hará de forma primordialmente telemática. Ante la aprobación de la nueva Ley de Educación, la LOMLOE o “Ley Celaá”, puede que haya quien se pregunte si ha cambiado algo en relación con la asignatura de Religión y Moral católica. En este momento sólo está publicado el texto de la Ley. Aún faltan los desarrollos normativos de cada etapa educativa. No obstante, a día de hoy se puede afirmar que la LOMLOE ha mantenido literalmente su compromiso con el cumplimiento de los Acuerdos Iglesia-Estado, en la disposición adicional segunda. Esto significa que la Religión Católica seguirá siendo área o materia en todas las etapas educativas, de oferta obligatoria por todos los centros, y opcional para las familias. 

Así pues todos los centros –de iniciativa pública o social (concertados y privados)- han de ofrecer la enseñanza de la Religión y Moral católica, que será de libre elección para los padres o los alumnos. Es lo estipulado en los Acuerdos Iglesia-Estado, según el principio de la libertad en materia religiosa y el derecho fundamental de los padres a la educación religiosa de sus hijos. La asignatura de Religión no ha sido, pues, suprimida; y también los padres deberán velar para que los colegios cumplan con esta obligación de ofertarla, que lo hagan de hecho con las horas que le corresponden y no se escuden en excusas diversas para no hacerlo.

Por su parte, los padres católicos que así lo deseen, deberán inscribir a sus hijos a la clase de Religión o deberán procurar que sus hijos se inscriban en ella. Es algo que hay que hacer personalmente en la inscripción para el próximo curso escolar. Al elegir la educación religiosa católica para sus hijos, los padres hacen uso de un derecho fundamental, ya que ellos -y no el Estado-, son los primeros y originarios  educadores de sus hijos. Esta asignatura garantiza el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones religiosas. Es un derecho de los padres, reconocido por nuestra Constitución, cuyo ejercicio efectivo, libre y no discriminatorio el Estado ha de garantizar siempre.

Señalo algunos motivos por los que los padres deben apuntar a sus hijos a clase de religión.  En primer lugar, porque esta asignatura forma parte de la educación en la fe de los hijos, a la que los padres os comprometisteis libremente al presentarlos para el bautismo. La educación en la fe ha de llevarse a cabo en la familia, en la parroquia y en la escuela. Los tres ámbitos son distintos, necesarios y complementarios.

Esta asignatura ayuda además al alumno en la formación de una personalidad sólida, verdaderamente libre y responsable, y abierta a la trascendencia. Es un instrumento precioso para crecer en el conocimiento de todo lo que significa la fe cristiana a la par que se van desarrollando los saberes en otros campos; los alumnos aprenden así a darse y a dar razón de su fe en diálogo con cuestiones que pudieran plantear otras asignaturas.  Esto es muy importante ante propuestas en otras áreas de una compresión del ser humano cerrado a Dios, o comprensiones del hombre y de la mujer contrarías a la naturaleza y a la revelación cristiana así como de una comprensión de la libertad totalmente autónoma.

En clase de religión comprenderán además que la fe en Dios ilumina las preguntas más profundas que todos llevamos en el corazón: cuál es nuestro origen, qué hacemos en esta vida y cuál es el sentido último de la existencia humana. Asimismo, en ella se muestra que Jesucristo es la revelación plena del misterio de Dios y del ser humano, por lo cual es el modelo para la existencia humana. En clase de religión, vuestros hijos conocerán y podrán adquirir una serie de principios y criterios, de virtudes y de valores, sin los cuales el ser humano queda expuesto al albur de modas y de manipulaciones interesadas. Siempre pero más en estos momentos de crisis, debemos volver a valorar la necesidad de transmitir a nuestros hijos principios éticos y morales. 

Y, finalmente, en clase de religión adquirirán una visión del otro, de la vida humana y del mundo que les capacitará para ser ciudadanos más libres y responsables, constructores de verdadera convivencia y de una sociedad fraterna, solidaria y en paz.

Por todo ello y ahora mas que nunca: Padres, apuntad a vuestros hijos a clase de religión. También los párrocos, los catequistas y los fieles en general hemos de preocuparnos de que los padres apunten a sus hijos a clase de Religión, tan necesaria para una educación humana y cristiana de nuestros niños y jóvenes.

Con mi afecto y bendición,

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir
Página 3 de 6‹12345›»
Search Search
Lo más leído
Lo último
Comentarios
Etiquetas
Lo más leído
  • El Obispo de la Diócesis nos exhorta a «abrir nuestro...16 de octubre de 2021 - 13:25
  • El Obispo inicia mañana, en La Vall d´Uixó, una tanda...18 de octubre de 2021 - 14:13
  • Inscríbete en la Jornada diocesana del Primer Anuncio:...3 de octubre de 2023 - 10:58
  • Ciento cincuenta fieles de nuestra diócesis asisten a la...10 de septiembre de 2019 - 09:53
Lo último
  • Cáritas Diocesana organiza un Campo de Trabajo de Verano...22 de mayo de 2025 - 10:42
  • Las Monjas Agustinas de Benicàssim avanzan en la renovación...21 de mayo de 2025 - 12:23
  • “¿Pero… la clase de Reli sirve para algo?”21 de mayo de 2025 - 11:29
  • El Obispo celebrará la Pascua del Enfermo con una Eucaristía...21 de mayo de 2025 - 09:21
Comentarios
  • José Rebollo RamosMi enhorabuena a Augusto Belau, por su concierto en Roma....21 de mayo de 2025 - 08:53 por José Rebollo Ramos
  • José MasipUn placer haber podido ayudar a un gran Párroco, y a una...17 de mayo de 2025 - 22:09 por José Masip
  • EmilioSiempre en comunión con D.Casimiro López Llorente, mis...7 de mayo de 2025 - 17:00 por Emilio
  • AgustinaSiempre por la vida!!! Todo por esos bebés y sus mamás!!! Fuerza...27 de marzo de 2025 - 09:09 por Agustina
Etiquetas
Año jubilar 775 años sede Segorbe carta obispo Castellón catedral de segorbe Concatedral de Santa María Conferencia Episcopal Española coronavirus cuaresma cáritas cáritas diocesana eucaristía Fondo Diocesano ante el Covid-19 La Hoja mater dei navidad Obispo Papa Francisco segorbe Semana Santa vila-real

Siguenos

  • facebook
  • twitter
  • instagram
  • youtube

Diócesis Segorbe-Castellón

Diócesis Segorbe-Castellón
La información más destacada de la Iglesia de Segorbe-Castellon en EL ESPEJO de COPE.
Entrevistamos a Noelia Nicolau, Presidenta de la Hospitalidad Diocesana de Lourdes en los preparativos de la peregrinación de este año
Toda la información de la Iglesia de Segorbe-Castellón en la semana del cónclave y de la elección de León XIV como Papa
Castellón ha vivido un fin de semana repleto de fervor y tradición en honor a su patrona, la Mare de Déu del Lledó, con motivo de su fiesta principal. Los actos litúrgicos y festivos han contado con una alta participación de fieles, entidades sociales, culturales y representantes institucionales de la ciudad, en un ambiente marcado por la devoción mariana y la alegría pascual.
Ver más... Suscribirse

SegorbeCastellón Seguir

•Cuenta oficial de la Diócesis de Segorbe-Castellón •YT https://t.co/X3e2AUwG4v… •IG https://t.co/2WsUUxB95k…

segorbecastello
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
12 May 2024

#JornadaMundialdelasComunicacionesSociales

📄✍️ Hoy se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «#InteligenciaArtificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone @Pontifex_es 💻❤️

Responder en Twitter 1789571078366597300 Retuitear en Twitter 1789571078366597300 Dar me gusta en Twitter 1789571078366597300 Twitter 1789571078366597300
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
12 May 2024

#CartaDelObispo #MayoMesDeMaria

💐🙏 El Obispo nos exhorta, en su carta semanal, a contemplar a la Virgen e imitarla en su fe, esperanza y caridad, porque ella dirige siempre nuestra mirada hacia Jesús; y nos ofrece y nos lleva a Cristo ✝️

Responder en Twitter 1789568711168233927 Retuitear en Twitter 1789568711168233927 Dar me gusta en Twitter 1789568711168233927 Twitter 1789568711168233927
Load More

Facebook

Diócesis de Segorbe-Castellón

3 días atrás

Diócesis de Segorbe-Castellón
#ApúntaleAReli #AsignaturaDeReligión 📚 ¿Pero… la clase de Reli sirve para algo?Nueva campaña “Son tantas las razones… apúntale a Reli” para acompañar a las familias en la matrícula del próximo curso.Un vídeo cercano abre el diálogo sobre el valor real de esta asignatura en la formación integral de los hijos.🎥 Descúbrelo en 👉 apuntaleareli.com ... Ver másVer menos

Apúntale a Reli | Apúntale a Reli

apuntaleareli.com

“Pero... ¿la clase de Reli sirve para algo?” Si como padre o madre te haces esta pregunta o no sabes dar respuestas cuando te preguntan, todas estas razones están disponibles para ti.
Ver en Facebook
· Compartir

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedIn Compartir por correo electrónico

Listado

  • mayo 2025
  • abril 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • diciembre 2024
  • noviembre 2024
  • octubre 2024
  • septiembre 2024
  • agosto 2024
  • julio 2024
  • junio 2024
  • mayo 2024
  • abril 2024
  • marzo 2024
  • febrero 2024
  • enero 2024
  • diciembre 2023
  • noviembre 2023
  • octubre 2023
  • septiembre 2023
  • agosto 2023
  • julio 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • abril 2023
  • marzo 2023
  • febrero 2023
  • enero 2023
  • diciembre 2022
  • noviembre 2022
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • julio 2022
  • junio 2022
  • mayo 2022
  • abril 2022
  • marzo 2022
  • febrero 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • noviembre 2021
  • octubre 2021
  • septiembre 2021
  • agosto 2021
  • julio 2021
  • junio 2021
  • mayo 2021
  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • febrero 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • agosto 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • diciembre 2016
  • noviembre 2016
  • octubre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • diciembre 2015
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • julio 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
  • enero 2015
  • diciembre 2014
  • noviembre 2014
  • octubre 2014
  • septiembre 2014
  • julio 2014
  • junio 2014
  • mayo 2014
  • abril 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • noviembre 2013
  • octubre 2013
  • septiembre 2013
  • julio 2013
  • junio 2013
  • mayo 2013
  • abril 2013
  • marzo 2013
  • febrero 2013
  • enero 2013
  • diciembre 2012
  • noviembre 2012
  • octubre 2012
  • septiembre 2012
  • julio 2012
  • junio 2012
  • mayo 2012
  • abril 2012
  • marzo 2012
  • febrero 2012
  • enero 2012
  • diciembre 2011
  • noviembre 2011
  • octubre 2011
  • septiembre 2011
  • agosto 2011
  • julio 2011
  • junio 2011
  • mayo 2011
  • abril 2011
  • marzo 2011
  • febrero 2011
  • enero 2011
  • diciembre 2010
  • noviembre 2010
  • octubre 2010
  • septiembre 2010
  • julio 2010
  • junio 2010
  • mayo 2010
  • abril 2010
  • marzo 2010
  • febrero 2010
  • enero 2010
  • diciembre 2009
  • noviembre 2009
  • octubre 2009
  • septiembre 2009
  • julio 2009
  • junio 2009
  • mayo 2009
  • abril 2009
  • marzo 2009
  • febrero 2009
  • enero 2009
  • diciembre 2008
  • noviembre 2008
  • octubre 2008
  • septiembre 2008
  • agosto 2008
  • julio 2008
  • junio 2008
  • mayo 2008
  • abril 2008
  • marzo 2008
  • febrero 2008
  • enero 2008
  • diciembre 2007
  • noviembre 2007
  • octubre 2007
  • septiembre 2007
  • julio 2007
  • junio 2007
  • mayo 2007
  • abril 2007
  • marzo 2007
  • febrero 2007
  • enero 2007
  • diciembre 2006
  • noviembre 2006
  • octubre 2006
  • septiembre 2006
  • agosto 2006
Obispado Segorbe-Castellón - Enfold WordPress Theme by Kriesi
  • Link to X
  • Link to Facebook
  • Link to Instagram
  • Link to Youtube
  • Política de privacidad
  • Vaticano
  • Noticias Vaticano
  • Conferencia Episcopal
  • Agencia SIC
  • Caritas
  • Contactar
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba

Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.

Aceptar todasOcultar notificaciónConfiguración

Cookies y configuración de privacidad



Como usamos las cookies
Cookies Necesarias
Cookies para Google Analytics
Otros servicios externos
Política de Privacidad
Como usamos las cookies

Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.

Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.

Cookies Necesarias

Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.

Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.

Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.

Cookies para Google Analytics

Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.

Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:

Otros servicios externos

También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.

Google Webfont:

Google Maps:

Google reCaptcha:

Vimeo and Youtube videosembeds:

Política de Privacidad

Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.

Política de privacidad
Aceptar la configuraciónOcultar notificación
Open Message Bar Open Message Bar Open Message Bar
Lightbox image placeholder

Previous Slide

Next Slide