El Obispo reivindica el matrimonio como ‘un don sagrado de Dios’ en la Romería de Segorbe al Santuario de la Cueva Santa
Ayer fue un día significativo para los segorbinos, que como cada primer sábado de octubre, participaron en la tradicional Romería al Santuario de la Virgen de la Cueva Santa, Patrona de la ciudad y de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Los peregrinos realizaron el trayecto a pie, en coche o a caballo, en un ambiente de fervor y devoción.
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Por la tarde, el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente, presidió la Santa Misa en el Santuario, seguida de la procesión de antorchas durante la cual se rezó el Santo Rosario. La celebración fue solemnizada por el Coro de la Catedral y contó con la participación de numerosos romeros, además de la presencia de las Reinas y Corte de Honor y los miembros de la corporación municipal, encabezados por la alcaldesa, Mª Carmen Climent.
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En su homilía, y a la luz de la Palabra de Dios, el Obispo subrayó la importancia del matrimonio como un don divino y destacó su carácter sagrado según la enseñanza cristiana. Reconoció los retos actuales que enfrenta el matrimonio, debido a la creciente tendencia a desvalorizarlo, pero insistió en que, según el plan de Dios, la unión entre un hombre y una mujer debe ser para siempre, reflejando así el amor divino.
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Remarcó que el matrimonio es mucho más que una simple unión física; es una comunidad de vida y amor que recibe la gracia de Dios para superar los desafíos. Animó a las familias cristianas a ser un testimonio vivo de la presencia divina, y a acompañar a las parejas jóvenes en su camino hacia una vida matrimonial plena y fiel. También recordó que el perdón mutuo y la misericordia son claves en la vida matrimonial.
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D. Casimiro también abordó los desafíos sociales y culturales actuales que afectan a la institución matrimonial, como la cultura del «usar y tirar» y el individualismo, que debilitan el compromiso y las relaciones familiares. Sin embargo, hizo un llamado a la esperanza, recordando que con la fe y el acompañamiento de la Iglesia, las parejas pueden encontrar la fuerza para vivir plenamente su vocación matrimonial.
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Finalmente, alentó a las comunidades cristianas a apoyar a las familias, especialmente aquellas que atraviesan momentos de crisis o sufrimiento. Subrayó que la pastoral familiar debe ser una prioridad en la acción evangelizadora de la Iglesia, ofreciendo espacios de escucha y acompañamiento. Concluyó su homilía pidiendo oraciones por las familias y matrimonios, para que permanezcan fieles a su vocación y sean testigos del amor de Dios en el mundo.
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