«En este día hacemos nuestro el canto de la Virgen que proclama la grandeza del Señor»
Palabras del Cardenal Arzobispo Mons. Antonio Cañizares en la concentración mariana en el Santuario de la Cueva Santa
Cientos de fieles de nuestra Diócesis rinden pleitesía a la Virgen Peregrina de los Desamparados
El Santuario de la Virgen de la Cueva Santa, Patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, ha sido esta mañana, escenario de la devoción y el fervor hacia la Mare de Déu dels Desamparats, Patrona de la Comunidad Valenciana, donde cientos de fieles han acudido a rendirle pleitesía.
Procedentes de diferente puntos de la geografía diocesana y pertenecientes a diferentes movimientos, asociaciones, Cofradías y Hermandades marianas, la Virgen Peregrina ha acogido a sus hijos en esta peregrinación que, como otras tantas se están celebrando por toda la geografía valenciana en preparación de la celebración del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen que tendrá lugar el próximo mes de mayo de 2023.
La conmemoración recuerda la ceremonia de Coronación que se celebró en el Puente del Real de Valencia, el 12 de mayo de 1923 ante la presencia de una multitud de valencianos. Por ello, a lo largo de este Año Jubilar Mariano se han organizado actos celebrativos como el que ha tenido lugar hoy en el Santuario de la Cueva Santa, en la localidad de Altura.
La visita ha sido organizada como respuesta a la invitación del Cardenal Antonio Cañizares a todos los Obispos de las diócesis de la Comunitat Valenciana a sumarse a estos recorridos especiales de la imagen procesional de la Mare Déu a los principales santuarios marianos de las distintas Diócesis. De esta forma, nuestro Obispo, Mons. Casimiro López Llorente, hizo extensiva la invitación para participar en esta concentración para acoger a la Virgen Peregrina en el Santuario diocesano por ser la casa de nuestra Patrona.
La acogida a la Virgen peregrina se ha producido a las 10.30 de la mañana y, a continuación se ha rezado el Santo Rosario en la explanada, donde posteriormente se ha celebrado la Eucaristia, que ha estado presidida por el Cardenal Arzobispo de Valencia, Mons. Antonio Cañizares y concelebrada por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
La Liturgia de la Palabra daba paso a la homilía, en la que el Cardenal Arzobispo, ha saludado con afecto y cariño a su «querido hermano Obispo de Segorbe-Castellón», así como a «los hermanos sacerdotes y a los fieles, en esta visita a este lugar tan entrañable», en alusión al Santuario en cuyo interior se alza la imagen de la Virgen de la Cueva Santa.
Las palabras de nuestro Arzobispo han sido un canto a la grandeza del Señor que, a través del Magníficat, nos ha exhortado a hacer nuestro. María «llena de gracia y a quien no tocó el pecado primero, fue preservada al designio de gracia, de amor y de misericordia de Dios, destinada a ser la Madre de su Hijo, salvador de todos los hombres».
Toda la homilía ha sido un canto a María, a través de la cual, ha dicho Mons. Cañizares, «hemos de hacer un espacio a Dios cada día de nuestra vida para que ocupe nuestro tiempo y hacerlo más amplio y más rico». Y es que esta concentración ha coincidio también en plena Novela de la Inmaculada Concepción, a quien se ha referido el Cardenal por ser «figura de la Iglesia, Inmaculada y toda Santa».
Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad
Ella, refiriéndose a la Virgen María, ha dicho Mons. Cañizares, «contempla al Señor a lo largo de toda la historia de la Salvación, hasta la cruz, y que llega a nosotros de generación en generación mostrándose como esclava del Señor que, en todo, se pliega a su voluntad, unida a Él y siendo su primera discípula».
Las palabras del Arzobispo nos han unido a María, especialmente, porque «nos refleja la familiaridad con la Palabra, siendo dichosa de escuchar la Palabra de Dios y cumplirla». Irradia amor y bondad «porque habla, piensa y actúa como Dios, viviendo su palabra y estando inmersa en ella, recibiendo la luz interior de su sabiduría».
Una sabiduría que nos ha trasladado hasta el pasaje evangélico de las bodas de Caná y que, como ha enfatizado Mons. Cañizares, «nos dice ahora a nosotros: haced lo que Él os diga». Si nosotros hacemos lo que Él nos dice, ha recalcado el Cardenal, «participaremos de la conversión en nuestras vidas que, como el vino de las bodas de Caná, nos lleva a la obra final del Señor: el amor». Un amor, ha proseguido el Arzobispo, «que se da hasta el extremo en la Cruz, un amor del que se recibe el perdón y la reconciliación y nos lleva hasta la alegría».
Esta misma alegría es de la que participaremos la noche Santa de la Navidad a la que nos estamos preparando en este tiempo de Adviento y que tampoco ha pasado desapercibido para el Arzobispo de Valencia.
Llamados al amor de Jesucristo
El Cardenal Cañizares se ha referido también a este tiempo de Adviento en el que estamos llamados a la conversión y a través de la devoción a María, ha dicho, «llamados también a hacer la voluntad del Hijo de Dios». Y con la alegría desbordante de la celebración del acontecimiento que cambió el rumbo de la historia, hacer que este mundo «pase de la amargura a la alegría desbordante que llevará el amor de Dios a todos, porque todos estamos llamados al amor de Jesucristo, que no tiene límites, que siempre es servicio y que, como Él, llevemos a todo el mundo la alegría de la paz y la esperanza».
El encuentro mariano de hoy ha sido «hermoso y grande» para Mons. Cañizares, donde las advocaciones de la Virgen de la Cueva Santa y la Virgen de los Desamparados ha de conducir a las Diócesis de Segorbe-Castellón y la de Valencia «a vivir una fraternidad más grande, más unida y más fuerte y así, acompañados por la Virgen María, podamos ser signo de esperanza a toda la sociedad».
Una sociedad que, como la española en el momento actual, ha señalado el Arzobispo, «vive momentos de confusión y desconcierto». Por ello ha elevado su petición final a la Virgen María, a Nuestra Señora de la Cueva Santa, y a la Virgen de los Desamparados, para que ayuden y amparen «a todas las familias, a los más necesitados, a los enfermos y quienes viven en soledad». También ha encomendado a las autoridades «para cumplir con el deber de procurar el bien común para los ciudadanos».
La homilía ha finalizado con un agradecimiento a Dios por un día que ha sido «muy dichoso» para nuestro Arzobispo, en el que ha recordado con cariño el tiempo que fue diocesano en Segorbe-Castellón , donde estudio y comenzó «el aprendizaje de lo que soy en este momento».
Así se ha dado paso a la Liturgia de la Eucaristía, concelebrada por el Obispo de nuestra Diócesis, acompañados en el Altar por los Vicarios Generales de las Diócesis de Valencia y de Segorbe-Castellón, D. Vicente Fontestad y D. Javier Aparici respectivamente. En la concentración mariana de hoy también ha participado, el rector de la Basílica de los Desamparados de Valencia, D. Melchor Seguí, el rector del Santuario de la Cueva Santa, D. Juan Manuel Gallent, y una nutrida representación de sacerdotes diocesanos entre quienes se encontraban el Prior de la Basílica de la Mare de Déu del Lledó (también Vicario de Pastoral) y el Vicario para el Clero. D. Marc Estela.
A ellos se han sumado asociaciones, cofradías y hermandades de nuestra Diócesis en la que ha sido una jornada excepcional en la que ha sido una ocasión única para manifestar nuestra devoción a la Virgen María. Ella, como dijo nuestro Obispo en una carta dirigida a toda la Diócesis «nos ayudará a crecer en comunión como Iglesia diocesana y nos impulsará a salir con renovada alegría a la misión».
La parte musical de la celebración litúrgica ha corrido a cargo de la Capilla de la S.I. Catedral de Segorbe, acompañados al teclado por el organista, Santiago Díaz.
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